lunes, 24 de marzo de 2008

LUNES DE PASCUA: COLOFÓN


Ya han pasado los Días Santos, pero la realidad objetiva, persistirá renovadamente por siempre y para siempre: Cristo, el Hijo de Dios, ha resucitado de entre los muertos. Se puede creer o no. Ello depende tan sólo de que se quiera o no creer. Tengo la esperanza -y algo he oído ya- de que el "festival humano", se haya saldado con menos muertos que en años anteriores. De ser así, hay que alegrarse por ello. También hay que alegrarse de que, muchas personas, hayan disfrutado en paz y alegría de esta última semana. Pero, no se si ha de caber tanta alegría respecto a quienes hayan hecho de ella un uso, no ya más o menos respetuosamente distante, sino abiertamente impropio y ofensivo, al menos respecto a las creencias ajenas, cuando no sórdido y propiamente miserable. Y si así fuera, yo me permito preguntarte -a quien seas, cualesquiera que seas- ¿adónde vas, hacia dónde caminas sin Dios, y sin su verdad más radical y absoluta, que no es otra sino la más pura y ferviente del amor a todo y a todos...? Como diría aquel enjuto, ápero y durísimo asceta medieval llamado Tomás Hemerken de Kempis -el que dejó tantos años "enfermo" a Amado Nervo- aunque pudieras gozar de todas las cosas de este mundo, hasta estrujarlas como un limón, ninguna de ellas podría saciarte "porque no has sido creado para gozar tan sólo de ellas". Por ello, gozar de cuantos placeres puedan presentarse a los ojos humanos, y "aún en el supuesto de que puedas tener cuanto quieras y desees, ¿Cuánto crees que te va a durar? ¡Qué efímeros y engañosos, que desenfrenados y torpes son todos esos placeres!. Se desvanecerán como el humo y no quedará recuerdo alguno de los goces pasados". Por ello, es necesario, "darlo todo por el Todo"... Felices Pascuas y Feliz Resurrección a una vida nueva. Luis Madrigal.-


ALFONSO CARBAJAL, TAMBIÉN SE DESPIDE:


¡¡RESUCITÓ!!

El que en la Cruz expiró,
vertiendo sangre preciosa,
con la Luz resucitó,
levantando pétrea losa,
para cerrar la honda fosa
que por el hombre se abrió.

Aquel que a todos salvó,
sin ser ninguno gran cosa,
ya en la tierra no reposa,
que de los muertos salió.

La Muerte, ya ha claudicado
y ya el hombre es redimido
del agravio cometido,
por el Hombre que ha pagado.

Del Infierno, tan temido,
las llamas se han sofocado;
el fuego ya está apagado
por la Cruz en que ha vencido.
La Tierra, se ha iluminado.
El Cielo, se ha complacido.



Alfonso Carbajal


(Del Primer Libro de Poemas: "Amor y Tinieblas". Poema 99)