jueves, 30 de abril de 2009

YO SÉ DONDE ESTÁ EL CAPITÁN ESCARLATA







¿Todavía se acuerda alguien del Capitán Escarlata? Tengo la impresión, quizá equivocada, de que, excepto en otro y en este mismo humildísimo Blog, han desaparecido ya todos aquellos reclamos, en su día gráficamente presentes e insistentes, pidiendo la vuelta, el regreso a su primitivo Blog, o a otro similar, de aquel viejo soldado de Flandes. El tiempo lo borra todo y todo se lo lleva. Yo, no quiero presumir de nada, y menos aún de ser el mejor amigo del Capitán. En su día fui el último y, más bien que amigo, enconado enemigo, hasta el punto de haberme desafiado a un duelo a muerte. Pero aquel incidente, quedó zanjado y sustituido por una noble amistad. No soy el más indicado, digo, para insistir nuevamente en su presencia, pero sí he de decir, muy sinceramente, que echo mucho de menos al Capitán Escarlata y sí que me gustaría celebrar su reaparición, aunque fuese con otra envoltura. Entre otras cosas, no puedo olvidar que el Capitan, como no podía ser menos, escribía Sonetos. Menos aún, que por dos veces, tuvo la gentileza de regalarme los de Don Miguel de Unamuno, que torpemente por mi parte perdí en el primer envío, por cuyo motivo, el Capitán se molestó en enviármelos por segunda vez. Desde entonces los guardo como un joya, en vitrina de oro. Y por ello, entre otras cosas, me alegraría mucho poder reencontrarme con el Capitán.

El muy pillín, trató de hacernos creer que se había quedado en Flandes. Pero, no es verdad... No está allí. De vez en cuando hace acto de presencia, totalmente embozado, bajo las siglas JL, para visitar, de modo clandestino, algunos de los lugares más queridos para él, pero sin dar la más mínima señal de que se trata de el mismo Capitan Escarlata que tan gentil y noblemente solía moverse por estos pagos. Desde luego, reaparezca o no, yo pienso seguir acerrimamente fiel a mi promesa de no retirar el diseño, en su día creado, para reclamar su vuelta. "Por el Regreso del Capitán Escarlata", como podrá verse en la columna derecha de este humilde Blog. Pero, vuelva o no, por su propia voluntad, desde luego, si así lo hiciese, yo sé muy bien donde está, y voy a formular una sugerencia a todos quienes fueron, y supongo siguen siendo, sus más fervorosos amigos, consistente en suscribir, apoyar y proclamar, una especie de Conovocatoria, no ya para el regreso de, sino para el encuentro con el Capitán Escarlata, allí donde él se encuentra. Y para ello, he publicado, más que para ilustración de esta entrada, para señalar el lugar de cita de ese gran encuentro, las fotografías que arriba pueden observarse. Y el plan sería, más o menos este, si a "ustedes-vosotros" os parece bien: Cuando sea la hora que indica el reloj que aparece (de arriba abajo) en la 1ª de dichas fotografías, cuántos quieran encontrarse con el Capitán Escarlata, habrán de hallarse situados en alguno de los lugares que se reflejan en las fotografías 2ª, 3ª ó 4ª, e incluso -para los amantes de la alta velocidad- en el lugar que indica la fotografía 5ª. Será un gran honor para mí, poder conducir a cuantos allí se congreguen a la presencia de nuestro ilustre amigo el Capitán Escarlata, quien, estoy seguro, de su gallardía y noble generosidad, no dudará lo más mínimo en obsequiar a todos los presentes a una Recepción en su Palacio, que es el que figura en la fotografía 6ª y última, en la que, entre otros manjares, se nos ofrecerá el vino más exquisito del mundo (mal que les pese a los franceses, y no digamos a los ingleses, que se lo llevan a sus tristes islas por arrobas). Sin duda, también sonarán las fanfarrías y toda la trompetería de Palacio, mientras en el Patio de Armas del Castillo formará su Guardia de Honor y, a través de las almenas, todos podremos avistar una de las más hermosas Ciudades de cuantas existen en el Planeta. Se ruega confirmación a los posibles asistentes. Luis Madrigal.-

martes, 28 de abril de 2009

Música Culta (XII) Johann Kaspar KERLL (1627)



UN GRAN CUADRO DE DIEGO RIVERA


"Mujeres peinándose", del mejicano Diego Rivera. No importa, que se trate, fundamentalmente, de un muralista, y nada menos que de los más celebrados de las Naciones Unidas. Ni siquiera importa que fuese comunista. En cualquier caso, era un gran pintor.

UN SONETO A LA ETERNIDAD



De los Andes lejanos, un gemido
trae hoy el viento, que mi alma siente.
Es el lamento del silencio hiriente
que grita soledad, tan afligido.

Llega hasta mí, hasta mi pecho herido,
un grito de quietud, manso y doliente,
tan ausente de mí, mudo y silente,
que eternamente grita enmudecido.

Ayer como mañana -un hoy eterno-
vuestras nieves albergan signo fuerte,
que os hará vivir un largo invierno.

Hasta que -muertos- un clamor despierte,
sin visos de terror, muy suave y tierno...
La eternidad, no existe sin la muerte.


Luis Madrigal


En cariñosa répica a mi cólega y amiga, la poetisa argentina, Alicia María Abatilli, y a su poema "De la soledad, la eternidad y los Andes"


Arriba, "Andes argentinos". Seguidamente, Plácido Domingo, un madrileño universal, canta "El Condor pasa".




domingo, 26 de abril de 2009

¿QUIÉN ES QUIÉN? (I)


Conste que no pretendo, ni mucho menos, "examinar" a nadie de nada, y menos aún de arte pictórico, pero en la mezcla de fotografías que encabeza esta entrada, figuan dos retratos. Ambos al óleo. Ambos sobre tela. Ambos de cuerpo entero, o casi, uno de ellos. Ambos de similares dimensiones. Ambos, más o menos, de la misma época. Pero... ¿de qué personajes?. ¿De qué pintor, uno y otro?. ¿Eran conocidos o amigos los pintores, o por el contrario en su vida se vieron ni una sóla vez? ¿Qué otras cosas se pueden decir al respecto? ¿Les gustan los cuadros? ¿Cuál de ellos les gusta más? ¿De qué estilo y escuela son, uno y otro cuadros? ¿Cuál de ellos les parece mejor, efectuado con más arte? ¿Son o fueron igualmente famososos o célebres sus autores?. ¿Quiénes eran estos? ¿O tal vez, ambos cuadros son del mismo personaje y del mismo autor? Aunque también puede tratarse de un mismo autor y distintos personajes. O de dos autores distintos, siendo el personaje el mismo. ¿Nadie puede opinar al respecto? ¿Será posible que aún, ni así, logre yo incrementar el número de mis lectores?. O, más bien de mis comentaristas. ¿De verdad, de verdad, que nadie tiene, puede o quiere decir nada? Un cordial saludo, amigos de la pintura y del arte en general. Luis Madrigal.-




Puede ampliarse la imagen. Se verá mejor. La solución, otro día, se lo prometo.


viernes, 24 de abril de 2009

UNA SÓLA NACIÓN, UN SÓLO ESTADO


La publicación, días pasados, en el delicioso Blog musical de Marga Fuentes, de unas fotografías de Lisboa, hizo volar mi recuerdo, nada menos que al año 1962, en el que yo estuve por vez primera en Portugal, lo que me sirvió, ya entonces, para preguntarme, a la vista de todo cuanto allí pude ver y oír, la razón por la cual Portugal y España habían terminado siendo dos Estados distintos e independientes. E incluso, me atrevería a decir, dos Naciones. Por favor, hermanos portugueses, nada de anexionismos, ni falsas superioridades, ni pretensiones imperialistas de ningún género. Lo que yo allí, pude comprobar, muy gratamente, y con verdadera emoción, fue entonces que los portugueses me querían de verdad, que, salvo muy ligeras costumbres, la cultura y el tipo de vida eran lo mismo que en España. ¡Que diferencia pude observar ya entonces con respecto a Francia, donde también había estado! En esta primera ocasión, visité Coimbra, su Universidad, con la “Sala de los Capelos”, y el “Portugal dos Pequeninos”, la “Quinta das lágrimas”, en cuyo jardín la española Inés de Castro, amante del Rey Pedro I de Portugal, fue degollada, pese a la súplica que Camoens inserta en la estrofa 127 del canto III de “Os Lusíadas” , narrando así la petición de clemencia de Doña Inés: “Ó tu, que tens de humano o gesto e o peito / (Se de humano é matar hûa donzela, / Fraca e sem força, só por ter sujeito / O coração a quem soube vencê-la),/ A estas criancinhas tem respeito, / Pois o não tens à morte escura dela; / Mova-te a piedade sua e minha, / Pois te não move a culpa que não tinha”. No debieron servir de mucho las súplicas, puesto que Inés fue degollada, pese a la repercusión que tal hecho tuvo más tarde en aquel roquedo tan romántico, llamado Penedo da Saudade, también en Coimbra, lleno de romanticismo y melancolía, donde se dice que el Rey Don Pedro iba con frecuencia para llorar la pérdida de Inés. Y asimismo, y desde luego, también la venganza posteriormente tomada. Los asesinos de Inés de Catro, Pero Coelho y Álvaro Gonçalves, que se habían refugiado en Castilla, son devueltos a Portugal, en virtud de un acuerdo entre ambos reyes. Diego Lopes Pacheco, más afortunado, consigue cruzar a tiempo la frontera con Aragón y de allí pasa a Francia, donde no se vuelve a saber nada de él. Pero, respecto Gonçalves y Coelho, la venganza fue consumada en el palacio de Santarém en presencia de otros cortesanos. D. Pedro mandó preparar un espléndido banquete de ceremonia mientras las víctimas eran amarradas a sendos postes de suplicio y torturados con toda crueldad. Luego, mientras comía con parsimonia, (“e bebe o seu vinho tinto”, según las crónicas portuguesas) ordenó al verdugo arrancarles el corazón: A Gonçalves por la espalda y a Coelho por el pecho. Por último, insatisfecho con el tremendo martirio, aún tuvo ira suficiente para morder aquellos corazones, que para él, por siempre serían malditos.

En mi segunda visita, en los Jerónimos de Lisboa, el guía me dijo, mientras me daba un fuerte abrazo, entre gentes de todas las nacionalidades europeas, al saber que yo era español: “¡Pero, si somos hermanos…!” Y, una emoción muy especial embargó mi corazón. Desde entonces, me aficioné a recorrer la Historia de Portugal, tan ligada a la de España, y no me duele reconocer existen, tal vez -de existir éstas, que tampoco existen- más razones para la independencia de Cataluña que para la de Portugal. Por otra parte, ¿nadie se pregunta por qué Galicia, ha permanecido dentro de España, mientras Portugal no? Y, si una Nación -según se dice- antes que nada es su lengua (caso de Cataluña), no debería olvidarse que el idioma hablado tanto en Portugal como en Galicia, y naturalmente también en el Brasil (y esto no lo digo yo, sino un lingüista del prestigio del Profesor de Oxford, William J. Entwistle, o del alemán Humboldt), es lingüísticamente conocido como “galaico-portugués”. ¿Y alguien ha pensado en lo que hoy, ahora mismo, Portugal y España, unidas al menos bajo un único Estado, podrían significar, tanto para sí mismas, como para el mundo? Y sin embargo, movidos por falsos “nacionalismos”, y exaltación de lo “patriótico”, tanto españoles como portugueses hemos puesto especial interés en explotar lo que nos separa, que apenas es nada, en lugar de potenciar lo que nos une, que es mucho, y no sólo históricamente, sino vitalmente. Viene a ahora a mi memoria, al respecto, lo que ha significado siempre y aún significa, la cultura y convivencia humana de lo que se llama “La Frontera”. Naturalmente la de las gentes que, de uno u otro lado, hacen su vida en las comarcas y pueblos que se extienden a lo largo de la frontera entre Portugal y España. ¿Qué idioma hablan? ¿Qué tipo de relaciones humanas practican? ¿Contraen matrimonio habitualmente entre si? ¿Nacen hijos de esas uniones conyugales?. Cierto que sí. Unos, serán “españoles” y otros “portugueses”, pero todos ellos son “de La Frontera”, que es una unidad de espíritu muy superior al de las unidades políticas territoriales y que no se extiende limitativamente al tramo entre Ayamonte y Faro o Vila Real -como señala el fado “español”, de Carlos Cano -que tan sólo es la Frontera del Sur- sino, desde ese mismo lugar hasta la Guardia, donde el Río Miño hace de Frontera. Y esto, es muy entrañable y debería haber servido de algo y para algo más.

Cuando yo pienso en la unidad entre España y Portugal, no me estoy refiriendo a Aljubarrota, el día 14 de Agosto de 1385, en el que las tropas portuguesas, al mando del Rey Juan I de Portugal y de su Condestable Nuno Álvares Pereira, derrotaron a los castellanos, consolidando la entronización de la Casa de Aviz (de la que por cierto, y ello es curioso y una muestra más de lo que trato de decir, después descendería nada menos que Isabel I de España). Ni tampoco me refiero a los agobiantes momentos, tras la muerte sin descendencia del impetuoso Rey Don Sebastián de Portugal, en la Batalla de Alcazarquivir, en territorio africano, en los que los nobles portugueses están deliberando acerca de los derechos sucesorios a la Corona de Portugal por parte de Felipe II, que, efectivamente, eran superiores, de más alto linaje, que los de los otros dos candidatos, el Prior Crato y la Duquesa de Braganza, por ser Felipe II nieto de Don Manuel el Afortunado. Pero, lo reconozco, no estuvo nada bien, sino que fue un acto prepotente e innecesariamente beligerante, que el Duque de Alba invadiese Portugal, en 1580, para tomar militarmente Lisboa, tras la Batalla de Alcántara. Ni estuvo bien eso, ni tampoco la forzada anexión de Portugal por España, no sólo durante el reinado de Felipe II, sino también del de su hijo Felipe III (“los Felipes”, como les llaman nuestros hermanos portugueses con evidente antipatía, y a los que no perdonan los casi cien años de dominación española de Portugal. Pero, como ya he dicho, tampoco me refiero a ninguna de esas dos fechas, sino, respectivamente, a 253 y 448 años antes. Me refiero al año 1132. Ahí, a mi juicio radicó el error, un error objetivamente grave, por encima de cualquier sentimentalismo, que mermó notablemente la capacidad y redujo las energías ibéricas, tanto peninsulares como de su expansión en América.

Y me duele admitir que fue un ilustre y egregio “paisano” mío, El Rey de León -también antes que de Castilla- Alfonso VI, de muy feliz memoria, por otra parte, a quien se debe tal error histórico. Portugal -el Condado de Portu Cale- había sido hasta entonces territorio del Reino de León, y estaba sometido a su soberanía. Alfonso VI, se equivocó de “yerno”. Casó a su hija legítima Urraca, con el Conde de Borgoña, Raimundo, mientras la ilegítima, Teresa, contraía nupcias con otro borgoñón, Enrique, de más alto rango, era Duque de Borgoña, mientras Raimundo, tan sólo Conde. No seré tan ingenuo de pensar que la diferencia de rango en el linaje, pudo ser la causa, sino más bien -como siempre- el talento y capacidad humana, si a ellos se asocia la ambición. Del matrimonio entre Enrique y Teresa, Condes del Portu Cale, nació Alfonso I Enriquez, que será el primer rey de Portugal. Claudio Sánchez Albornoz, ha visto como contraria a la idea imperial leonesa, y extraña a su tradición y a la castellana, la concesión “iure hereditario” del gobierno del Condado de Portugal a Enrique, casado con su hija Teresa. Cierto que también lo hizo con Alfonso Raimundez, al cederle el gobierno de Galicia, con la diferencia capital y crucial que del matrimonio de Urraca y Alfonso, nació Alfonso Raimundez, lo que hubiese dado lugar también, probablemente, a una Galicia independiente hoy de España, pero este resultado no pudo producirse, al convertirse Alfonso Raimundez en Alfonso VII de Castilla y León. Pero, en mi opinión, para desdicha de España, y creo que también de Portugal, no sucedió lo mismo con el Portu Cale. Por eso, únicamente por eso, Portugal y España no son una sola Nación y un solo Estado.

Yo, sin embargo me he prometido a mi mismo que algún día solicitaré la nacionalidad portuguesa, amparándome en el Tratado de doble nacionalidad. También quiero ser portugués, que no es en absoluto incompatible con ser español. Mi padre, nació en un pequeño pueblecito, Robledo de Sanabria, en la Provincia de Zamora, a una escasa media docena de kilómetros con la Frontera de Portugal. Él habló portugués durante su juventud, naturalmente además de español y, muchas veces, me contaba historias, quizá sólo leyendas, entrañables de portugueses y españoles. Y siempre amó a Portugal. Del mismo modo, yo también he aprendido a amarlo. Luis Madrigal.-


Arriba, como recordatorio, con el que casi me emociona ilustrar esta entrada, mi propia fotografía, cuando era mucho más joven que ahora, haciendo más bien “el idiota”, pero con el sincero deseo de abrazar a Portugal, en el Complejo Turístico “Portugal dos Pequeninos” de Coimbra. Seguidamente, el Vídeo de la canción de Carlos Cano “María la portuguesa”, interpretada por el propio Cano y por Amalia Rodrigues, que sellan su interpretación con un fraternal abrazo. Ellos, los dos, ya no están entre nosotros, lamentablemente. Pero queda su espíritu. El mismo con el que ellos se dieron ese fraternal abrazo. Hermanos portugueses. ¡Viva Portugal” y… ¡Viva España! Mucho mejor, aún. Vivan siempre los dos juntos. ¡Somos hermanos!

P.D.- ¡Ah...!, se me olvidaba. Por supuesto, la Capital en Lisboa, mirando hacia nuestra América Ibérica... Nada de "latina". Eso, es cosa de Francia.




jueves, 23 de abril de 2009

PUESTO YA UN PIE EN EL ESTRIBO...


“Puesto ya un pie en el estribo…” Miguel de Cervantes, no murió un 23 de Abril, sino un 22 del mismo mes. Eso si, no de hoy, sino de 1616, es decir, hace ayer mismo, 393 años. Esto, más o menos, ya lo decía yo en este mismo y humilde Blog el pasado año 2008. Pueden verse, las entradas correspondientes a los días 22 y 23 de Abril de dicho pasado año. Pero, este, no pienso repetirme, sino buscar nuevos episodios, acerca del fallecimiento del gran escritor. Y lo primero que me apetece decir, y mucho, es que este año el “Premio Cervantes”, oficiosamente considerado como el Nobel de Literatura en lengua castellana, ha sido otorgado a un escritor catalán, Don Juan Marsé (Barcelona, 1933), del que mi escasa cultura literaria me impide conocer un solo párrafo y hasta una sóla línea, de las 24 obras suyas que he podido catalogar, pero, eso sí, celebro especialmente su triunfo y su premio, porque Marsé (sin duda, estamos ante un caso que supera al de Josep Plá (Palafrugell, 1897- Llofriu, curiosamente, esta vez sí, un 23 de Abril de 1981), no ha escrito jamás en catalán, sino siempre en castellano, según he podido saber, puesto que de lo contrario, muy probablemente, no habría podido ganar el Premio Cervantes. Me alegro, muy en especial, porque este señor ha dado muestra de su indudable inteligencia, al decir literalmente: “Soy catalán y escribo en castellano, y no veo nada anormal en ello”. Que Dios le conserve su prodigiosa vista y larga mirada, señor Marsé. Yo, tampoco veo nada anormal, entre otras cosa porque, de esta manera, a partir de hoy, podré leer, sin traductores, toda su obra.

A estas horas del día de hoy, 23 de Abril de 2009, Juan Marsé ya habrá cumplido con el rito de ser el iniciador de la XIII Lectura del Quijote que, desde hace otros tantos años, organiza el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y que comenzó ayer, 22 de Abril, para concluir mañana Viernes, 24 de Abril. Y, desde luego, tampoco habrá podido hacerlo “en catalán”, porque este glorioso clásico español no está escrito en esa pequeña lengua occitana, tan minúsculamente hablada en el mundo, y desde luego, en la Península Ibérica. Ni, por descontado, en la Argentina, Méjico, Chile, Cuba, Uruguay, Perú, Ecuador, Colombia, Paraguay, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Florida, Tejas, Nuevo Méjico, California, Nueva York… ¿Me dejo a alguien o a alguno más?. Si así fuera, mis más cumplidas disculpas. Bueno, sí, aún quedan Guinea Ecuatorial, Filipinas, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica, Bolivia y República Árabe Saharaui Democrática… Creo que ahora ya están todos los lugares en los que suena -con sus bellas variedades, naturalmente- la hermosa lengua en la que escribió Miguel de Cervantes.

Y, tras esto, me parece oportuno, para lo que suele denominarse “el gran público” -el gran público hispano, desde luego- aclarar que la frase con la que iniciaba yo hoy el texto de esta entrada (tristemente llamada “spot”), no pertenece, como alguien ha supuesto alguna vez, al Prólogo del Persiles, sino a la carta escrita por Cervantes, el día 19 de Abril de 1616, a su protector y mecenas el Conde de Lemos: “Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, y que comienzan: ´Puesto ya un pie en el estribo´, quisiera yo no vinieran tan a pelo en esta mi epístola, porque casi con las mismas palabras la puedo comenzar diciendo: ´Puesto ya el pie en el estribo / Con las ansias de la muerte / Gran señor, ésta te escribo´ /. Ayer me dieron la Extremaunción, y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y con todo esto, llevo la ida sobre el deseo que tengo de vivir, y quisiera yo ponerle coto hasta besar los pies a vuesa Excelencia […]. Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos, por lo menos sepa vuesa Excelencia este es mi deseo”. Esta es la carta de Cervantes al Conde de Lemos.

El Prólogo a su obra póstuma “Los Trabajos de Persiles y Segismunda”, redactado de un tirón el 20 de Abril de 1616, y cuya obra apareció en Madrid en 1617, contiene estas otras palabras: “Mi vida se va acabando y al paso de las efemérides de mis pulsos, que, a más tardar, acabarán su carrera este domingo, acabaré yo la de mi vida […]. Adiós gracias, adiós donaires; adiós regocijados amigos: que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida”. Sirvan estas dos pequeñas joyas de nuestro castellano, como ejemplo de la maravillosa prosa cervantina, y sirvan también para situar todos sus textos en su verdadero lugar. Con Miguel de Cervantes, aparte de tantas injusticias cometidas en vida, desde el Propio Felipe II hasta otras muchas pequeñas gentes, se ha cebado la Historia en crasos errores. Ya he comentado, en las aludidas entradas de este mismo Blog, el pasado año, el relativo a la verdadera fecha de su muerte -tal vez en el intento de hacerla coincidir con la de William Shakespeare y con la del Inca Garcilaso de la Vega, el gran escritor peruano Gómez Suárez de Figueroa (Cuzco, Virreinato del Perú, 1539-Córdoba, España, 23 de Abril de 1616). Y ya dije el pasado año que la muerte de estos tres escritores se produce en tres fechas distintas, si bien, en lo que se refiere a las de Cervantes y Gómez Suárez de Figueroa, la diferencia es tan sólo de un día, y no caben discrepancias en cuanto al tipo de calendario, porque ambas han de computarse conforme al Calendario Gregoriano, establecido en España en 1582, y no así en lo relativo a la muerte de Shakespeare, porque, en Inglaterra, continuaba en vigor el Calendario Juliano, con lo que, el 23 de Abril, equivalía al 3 de Mayo, eso sí, ambos del año 1616. El error, en este último caso, no se debió a ningún español, sino al inglés John Bowle, primer comentarista del Quijote, y su difusión a Victor Hugo, que, en relación con la muerte de Shakespeare, escribió: “Tenía ese día cincuenta y dos años justos, pues había nacido el 23 de Abril de 1564. Este mismo día, 23 de Abril de 1616, murió Cervantes, genio de la misma altura”. Ciertamente, las discrepancias se fueron manteniendo desde 1749, hasta que Astrana Marín, en 1936, impugnó la interpretación dada a la partida de defunción de Cervantes. La fecha del 23 de Abril, es la de la inhumación, tras velar el cadáver la noche del 22 al 23.
Sin duda tal error, es lo de menos, porque, en cuanto a injusticias, siempre mucho más graves que los errores, muchas se cometieron en vida del genial escritor, desde la de su exilio a Italia, sospechoso de un equívoco delito de honor; su exclusión de la pléyade de intelectuales de su época (“ingenio lego”, llegó a llamarlo Lópe de Vega, no satisfecho de haberlo “expulsado” del Teatro, sin duda por los propios méritos de Lópe, muy superior en el género; su cautiverio en Argel; el intento de robo del Quijote y la burla del falso, de Avellaneda… Y, por último, el desplante final de Felipe II, tras el que hubo de correr hasta Lisboa, pese a ser un héroe de Lepanto bajo las banderas de su propio hermano, Don Juan de Austria. ¡Pobre Cervantes! Pero él, estaba persuadido de haber alcanzado una obra maestra, única, que superaba con creces su fracaso en el Teatro y la falta de talento en la Poesía, como él mismo llegó a reconocer: “…la gracia que no quiso darme el Cielo”. Pero, el propio Cielo le otorgó la gloria. Luis Madrigal.-
Arriba "Agonía de Cervantes", de Eduardo Cano de la Peña, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla

viernes, 17 de abril de 2009

ENRIQUE BAYANO, El Poeta de Madrid




Paseaba yo, esta misma mañana, mi tristeza (en unión de mis frustraciones y hasta mi indignación por la hora presente que vivimos), por la Gran Vía de Madrid, la gran arteria urbana que abrió aquel gran Alcalde que fue el Conde de Peñalver. Caminaba, sin ver, y casi sin oír, pese al estruendo que habitualmente se produce en tal lugar, motivo de ubicación y títulos de zarzuelas importantes, siempre relativas a Caballeros. El de Gracia, que bailaba tan alegre aquel vals, no debería andar muy lejos del punto exacto en que me encontraba, pero hoy el cuadro que pude contemplar, no era de ese tipo de desamprensivos gandules a quienes, demasiadas veces, se ha llamado "caballeros", sino de otro aspecto mucho más entrañable para mí, sin duda también mucho más romántico y, sobre todo, creo yo, bastante sobrecogedor. Tampoco es, ni para gastar bromas, ni para perderese en bucólicos romanticismos teóricos. El hecho es que, placidamente sentado, al pie de la entrada principal de la "Casa del Libro", de Espasa Calpe, se encontraba lo que, en principio, me pareció un mendigo y, sin embargo, resultó ser mucho más que eso. Era un poeta. No pedía limosna, ni mucho menos. Simplemente, ofrecía sus poemas a cambio de "la voluntad", ese dicho tan breve, y tan tradicionalmente español, que demasiadas veces se ha identificado con el hambre, cuando no con la miseria. Pero, el hombre que allí permanecía sentado, junto al anuncio de sus "servicios" y de un pequeño cajoncito en el que los transeuntes depositaban algunas monedas, no era un hambriento, ni tampoco un desaliñado. Vestía humildemente, pero con absoluta corrección y decoro. A su lado, yacía también un mazo o bloque de folios blancos, ya previamente escritos. Eran lo que él llamaba sus poesías, de las que estaba dispuesto a desprenderse, más que por una cochinas monedas, por la mera oportunidad de hablar con alguien. Yo, me acerqué, sorprendido de la "mercancía" ofrecida y, con la mayor sinceridad, le dije: "Señor, yo también soy poeta, aunque quizá no tan bueno como usted...¿Me permite que charlemos un momento?". El hombre, sin levantarse del suelo, en el que se encontraba sentado, lo que sí levantó fue la vista, para mirarme agradecido y mostrarme con un gesto de la mano su producción literaria. Inmediatamente, nos hablamos de "tu". Me dijo que se llama Enrique Bayano, pero que prefiere usar el título con el que hace ya tiempo fue distinguido: "El Poeta de Madrid". Un poco presuntuoso me parece eso, Enrique, le dije, en Madrid ha habido y seguro que todavía queda alguno, muchos grandes poetas. Pero, él replicó que hacía ya muchos años -creo que me dijo más de catorce- que ejercía su arte poético en el mimo lugar, sin moverse de él, al pie de "La Casa del Libro" y que, aunque sólo fuese por tal motivo, bien ganado se tenía el título. Además, me mostró las fotografías que tiempo atrás le hizo Leo Cobo publicadas en Internet, en el Blog o Colección de Flickr, de las que me ofreció la referencia, autorizándome expresamente a reproducirlas aquí, lo que le agradecí en el alma. También le pregunté si conocía a mi buen amigo el desdichado poeta Alphonso Carbajal, (que recientemente ha cerrado su Blog de Poesía Clásica, por temor al plagio, aunque yo creo que exagera) y, naturalemente, me dio que no. Por último quise saber si escribía Sonetos, y me dijo que sí, que cultivaba todo tipo de estrofas, pero que, en aquel momento, no había llevado ningún Soneto "porque a la gente, eso no le gusta", me aclaró. "Tengo algunos octosílabos", me dijo... "¿Los quieres..." Naturalmente, acepté encantado. Lo que pensé iba a ser algo pasajero, se convirtió en cerca de una hora de charla con un coléga, con quien se podría hablar de ello, mucho mejor, con mucha mayor seriedad, que con otros "poetas" y "poetisas" que dicen serlo, pero cuya sensibilidad real, y no la formal, cuando así cabe apreciar, anda por el suelo, con la aspereza propia del papel de lija. Enrique, no. Él es un poeta de verdad, aunque no encuentre editor -yo tampoco- sin duda porque Enrique es pobre, ni ha tenido a su alcance un "papá" rico, cuando no Presidente del Gobierno, o al menos algún tío director de periódico. Cuando le dije que yo podría publicar sus octosílabos en este humilde Blog, advirtiéndole expresamente de ello, de que mi Blog no era la "Casa" en cuyos aledaños se encontraba sentado, Enrique se mostró igualmente satisfecho y hasta contento. Seguramente, no podrá leer su composición, salvo que acuda a algun "Ciber", como a veces me dijo hace, para ver qué es lo que los grandes poetas y poetisas, que por esos mundos de Dios andan sueltos, dicen en Internet. Y me alargó el folio que he escaneado, para que puedan y podais todos -poetas y poetisas del mundo- apreciar la Poesía de Enrique Bayano, el Poeta de Madrid, que en plena Gran Vía, está dispuesto a demostrar que la Poesía no "se vende", no es un producto de mostrador, y por ello, tan sólo pide "la voluntad", lo que cada cual libremente quiera depositar en su cestito... Por eso, yo no le di a cambio, ninguna sucia moneda, ese escremento de Satanás que decía Papini era el dinero. Por eso, porque la Poesía no se puede "vender" y, además, porque desde hace algún tiempo, tengo el más firme propósito de hacerme amigo de los pobres, de los que no sólo carecen de editor, sino de casa para dormir a cubierto. Por eso, querido Enrique, acepté tu Romance, justo en el metro propio de nuestro "Romancero", cuyo facsimil ahora mismo publico, como te prometí. Y, como te prometí, también volveré a visitarte, en tu "agora", para volver a charlar contigo de Poesía. Este, que puede verse arriba, bajo la fotografía de Enrique, es el Romance. ¡Felicidades, amigo y colega, por esta primera aparición de tu obra en Internet! No creo que desentone demasiado de otras muchas. De las mías, por ejemplo. Luis Madrigal.-

Y, también en honor de Enrique y de todos los poetas pobres y anónimos, carentes de editor, quiero publicar a continuación, al pie de este mismo texto, el glorioso canto académico con el que Haendel quiso ensalzar al Arte y a la Ciencia, que no conocen fronteras y pueden habitar en cualquier parte. Hasta, en el suelo, al lado de "La Casa del Libro", y que, sin duda por ello es el canto que, entre otros, forma parte del protocolo seguido por la Universidad española en la investidura de un Doctor.



jueves, 16 de abril de 2009

UN CUADRO DE FLORES DE JOSÉ MANUEL FONFRÍA


José Manuel Fonfría, amigo muy querido para mí, y a cuyas marinas ya me he referido en alguna otra ocasión, además de este género que toma el mar por objeto principal y casi único -actualmente José Manuel es el Presidente de la Asociación Española de Marinistas, además de Academico de la Real de la Mar- solía también pintar bodegones, de flores la mayor parte de las veces, y algunas otras verdaderas maravillas en miniatura de bodegones litúrgicos. Hoy quiero recordarle, aunque espero y deseo volver a verlo pronto en persona, en uno de sus cuadros florales, tomado de uno de los catalogos que conservo. Si título es, "Flores silvestres y rosas". La gran humanidad y la gran humildad de José Manuel, como persona y como artista, le hace anteponer las flores del campo a las solemnes y aristocráticas rosas, a las que no obstante iguala y hermana en la magnífica pintura que ilustra esta entrada. Un fuerte abrazo, José Manuel. Luis Madrigal.-

miércoles, 15 de abril de 2009

REALIDAD HISTÓRICA, NO MITO


La Resurrección del Señor es una verdad histórica, dice el Papa


VATICANO, 15 Abr. 09 / 08:48 am (ACI)


Hablando ante más de 30.000 personas reunidas en
la Plaza de San Pedro para la audiencia general de los miércoles, el Papa Benedicto XVI dedicó la catequesis a la alegría del tiempo pascual que “ningún sufrimiento o pena pueden borrar” y subrayó, contradiciendo algunas escuelas de interpretación bíblica, que la Resurrección del Señor, es un hecho histórico auténtico, y no un mito.

El Santo Padre, recordó que "la novedad sorprendente de la Resurrección es tan importante que la Iglesia no deja de proclamarla, prolongando su recuerdo, especialmente el Domingo, que es el día del Señor y la Pascua semanal del pueblo de Dios". Seguidamente, dijo: "Para nuestra fe y nuestro testimonio cristiano es fundamental proclamar la Resurrección de Jesús, como un hecho real, histórico y atestiguado por muchos testigos acreditados. Lo afirmamos resueltamente porque, también en nuestra época, no faltan los que intentan negar su historicidad, limitando el relato evangélico a un mito".

Benedicto XVI, explicó que ciertamente la Resurrección no fue para Jesús un simple regreso a su precedente vida terrenal, sino "el paso a una dimensión de vida profundamente nueva", que "implica a toda la familia humana, a la historia y al universo".
Este evento, prosiguió el Papa, "cambió la vida de los testigos oculares" y "a lo largo de los siglos generaciones enteras de hombres y mujeres lo acogieron con fe y lo testimoniaron incluso con el martirio".

Por ello, proclamamos con San Agustín que: "La Resurrección de Cristo es nuestra esperanza y nuestro futuro", que "ilumina nuestra peregrinación terrenal y el enigma del dolor y de la muerte". Añadió el Papa que "la fe en Cristo crucificado y resucitado es el corazón de todo el mensaje evangélico", porque "en el misterio pascual se cumplen las palabras de la Escritura", y porque "en la Pascua, Dios se revela a si mismo y la potencia del amor trinitario que aniquila las fuerzas destructoras del mal y de la muerte", concluyó el Santo Padre.

Qué gran alegría he podido experimentar yo, personalmente, al seguir estas palabras del Papa, porque, verdaderamente, ellas me confirman en la fe, conforman mi esperanza y ahuyentan, no ya la duda sino toda pasión o tendencia hacia la nada... Puede verse mi modesto artículo "Esta Noche, es la Vigilia de Pascua", en la entrada del padado día 11 de Abril, en este mismo Blog. Tengo en estos momentos la jubilosa impresión de que, sin ser yo nada ni nadie, mis pobres ideas vienen a coincidir, más o menos, con las palabras del Papa. Y, del mismo modo que,
la Resurrección no fue para Jesús un simple regreso a su precedente vida terrenal, sino "el paso a una dimensión de vida profundamente nueva", como literalmente ha dicho hoy mismo el Papa, también para mí, en esa profundidad nueva de vida, en nada precisaré de mi maltrecho cuerpo. Creo yo, o eso me ha parecido. Luis Madrigal.-


Arriba, "La Resurrección de Cristo", de Pedro Pablo Rubens (1612)






martes, 14 de abril de 2009

UN PAR DE VÍDEOS




AQUELLA MISERABLE REPÚBLICA...

Hoy es 14 de Abril y, con ello, se cumplen exactamente 78 años de aquel 14 de Abril de 1931. Yo, soy, o me considero republicano. Republicano, en general, o si se quiere "abstracto", en cuanto entiendo que este sistema político, en lo relativo a la forma del Estado, es mucho más adecuado a los tiempos modernos que su antípoda, el monárquico, sin duda ya "pasado de historia", aunque sea también al mismo tiempo el propio de nuetra tradición española, y haya nacido yo, por otra parte, en una Ciudad, Capital de un Reino que tuvo 12 Reyes y con Asturias 21. También el primer sistema político de la Madre Roma fue la Monarquía... Pero aquellos eran "otros tiempos". Puede que incluso hoy, ahora mismo, en la propia España, y pese a todo, sea también la Monarquía el sistema más adecuado, para garantizar no sólo su unidad, sino su propia cohesión interna, tras los recientes disparates operados, desde 1975, por el corporativismo autonómico. Sin embargo, pese a todo ello, mantego mi punto de vista, e incluso mis sentimientos republicanos. Ahora bien, desde luego no puedo defender en lo más mínimo a aquella "República de facinerosos" que se instauró en 1931, fundamentalmente por la cobardía de un Rey, y que condujo a España a su más sangriento acontecimiento, el de la Guerra civil de 1936 a 1939, que tendría que haber sido ya olvidado, pero que con tanto denuedo se esfuerza el partido político hoy gobernante, en recordar. No es necesario decir cómo, o cuáles han sido las muestras más patentes y recientes de tal recordatorio, plagado de odio y de pretendida pero inútil revancha. Una de las muestras que más está llamando la atención, es esa estúpida serie de TV, llamada -también participa del signo de los "culebrones venezolanos"- "Amar en tiempos revueltos", fabricada por y para ignorantes de la Historia, que parece tener tantos televidentes, y que yo mismo sigo, de vez en cuando, al exclusivo fin de poder saber hasta dónde son capaces de llegar. Pero, si "el asesino de Franco", hubiese perdido aquella Guerra y la hubiesen ganado ustedes, (aquel "santo" que era don Francisco Largo Caballero y su proyecto de "sovietización" de España, y otros por el estilo), ahora mismo estaríamos, al igual que todo esos países -con independencia que podamos estarlo otra vez pronto, merced a su incapacidad- en la misma situación que la propia Rusia, tras la caída de la ex-URSS, Polonia, Hungría, Checo-Eslovaquia, Albania, Rumanía, Bulgaria... que, no solo vivieron entre la opresión y el subdesarrollo durante casi un siglo, sino que ahora mismo están obligados a hacer "milagros" para poder incorporarse al tren del verdadero progreso. En fin, sigan, sigan ustedes, pero, pese a que no anda demasiado allá el "coco", la substancia gris, de los españoles, no podrán engañar a nadie. Absolutamente a nadie. Siguen tan torpes como siempre, porque, no por ningún "arte de magia", siempre han sido los últimos de la clase. Para que los guionistas de tal serie lo disfruten y para que, en general, los "chicos" de ahora, que todos tienen ya entre 30 y 34 años, puedan apreciar el pésimo gusto musical, seguidamente publicaré el Himno de aquella República, el de Riego. No sólo la música sino también la letra. Es una maravilla, aparte su paletería. Pero, en ningún caso mostaría la apócrifa, porque sentiría vergüenza ajena, y casi de mi mismo. Yo, también soy español. No se pierdan ustedes tampoco, amigos, los dos vídeos de la entrada anterior. Luis Madrigal.-



UN CHICO ORGULLOSO DE SER CATÓLICO

domingo, 12 de abril de 2009

3 SONETOS DE RODILLAS y 1 AL CERRAR LOS OJOS (IV)


HOY ES DOMINGO DE RESURRECCIÓN Y...
HAY QUE IR A GALILEA




IV



SÓLO TÚ, SEÑOR, SÓLO POR TI...

Tantas veces busqué, sin encontrarte,
Señor, tu rostro y faz ensangrentada...
Y nunca pude ver, sentir, ni oír nada,
por más y más trataba de buscarte.

Mas hoy, al fin, sin más ardid ni arte,
cierro los ojos y buso tu mirada...
Yo, quieto estoy, mi mente sepultada,
Tú, mueves mi razón y ansias de amarte.

Sólo Tú, Señor, puedes saberme
y hacer por mí lo que sin Ti no puedo.
Sólo por Ti -mi brío es fuerza inerme-

puedo ser yo, y no burdo remedo
del "Yo" que es... Si Tú puedes quereme
y, en Ti, querer yo a otros, con denuedo.




Luis Madrigal








sábado, 11 de abril de 2009

3 SONETOS DE RODILLAS y 1 AL CERRAR LOS OJOS (III)




ESTA NOCHE, ES PASCUA DE RESURRECIÓN



III




DE RODILLAS ANTE CRISTO RESUCITADO

No puedo ver, ni mi razón entiende
que sólo he de vivir sin, en Ti, un dia muero.
No lo puedo saber, mas verdadero
lo creo, como creo que se extiende

el ancho mar, que salta y ruge allende...

Como la golondrina, en el alero,
hace su nido cada Abril primero.
Como el fuego, al arder, el prado prende.

No he de tocar tus llagas con mi mano,
ni penetrar, abierto, tu costado...
Pero he de verte, vivo y soberano,

de la muerte por mí Resucitado,
bajar hata mi lecho como Hermano
si hermano soy del hombre... Arrodillado


Luis Madrigal.-


ESTA NOCHE, ES LA VIGILIA DE PASCUA

De la Pascua de Resurrección, de la Pascua "florida", como decían los viejos Catecismos... Esta Vigilia y esta Fiesta son conmovedoras para mí, siempre lo fueron, desde los tiempos en los que litúrgicamente, tan sólo se bendecía el agua, que al día siguiente se recogería para llevar a casa y depositarla en aquellas viejas "benditeras", hoy puestas de moda, tal vez como simple objeto de decoración. Pero, entonces, aquel agua permanecía en la casa, en cada uno de los dormitorios, sobre la cabecera de la cama, hasta el año siguiente y, en los momentos de angustia o tribulación, en unión de la vela que había lucido junto al Santísismo, en el Monumento del Jueves Santo, eran el único motivo de fortaleza y esperanza frente a toda clase de males, del cuerpo o del alma, y hasta frente a los bruscos fenómenos de la Naturaleza, cuando tronaba y caían rayor sobre las piedras... Eran aquellos tiempos de la España pobre y, desde luego (con total independencia, para algunos, del "nacional-catolicismo" franquista, que tanto estamos pagando ahora), mucho más cristiana, en mi modesta opinión, y también al margen de los numerosos errores y de las no menos numerosas mentiras que nos contaron, con la más absoluta buena fe. Hoy, en mí, permanece aquella buena fe, aunque quiera desprenderme también de lo que me parecen mentiras o errores. Por eso acudiré esta Noche santa, a la Vigilia de Pascua, en la que serán bendecidos, fuera del templo, el Fuego y el Agua, para penetrar después en él, completamente a oscuras y tan sólo alumbrado por las candelas que, quienes queremos creer en la Luz de Cristo, portaremos en nuestras manos. "Luz de Cristo", será el grito litúrgico. Y el templo, se iluminará, al repique de las campanas, que no sólo tocarán a gloria, sino a victoria frente a la muerte.

Ciertamente, estoy persuadido y convencido de que, además de su Encarnación en una Mujer de nuestra raza, de su Nacimiento y su Pasión y Muerte, si Cristo no hubiese resucitado, a ninguno de nosotros merecería la pena haber nacido. Nuestra vida temporal, sobre la tierra, tan dulce y grata algunas veces, pero pienso que amarga y dolorosa las más, no podría justificar el "saldo" negativo. Sería una "estafa" el nacer. El desequilibrio, entre todas las horas felices y todas las que, por uno u otro motivo, están llenas de tristeza, resultaría notable. Las horas luminosas, no compensarían la oscuridad de las dolorosas. Y por eso, no merecerría la pena nacer. Pero, he aquí, que Cristo, ha resucitado de entre los muertos, y su Resurrección es mucho más grande, más definitiva, más concluyente, y hasta incompatible, con lo que lo que aún hoy la Iglesia sigue enseñando, la inmortalidad del alma. Ya sé que esta es la posición "oficial" de quienes sin duda saben mucho más que yo, que no sé apenas nada. Pero, siento, estoy persuadido, de que cuando muere el hombre, muere todo él. Muere, desde luego el cuerpo, pero también muere el alma. Lo que sucede, tiene que ser así -lo espero, lo anhelo- es que mi resurreción se producirá en el mismo instante de mi muerte. No viviré dos vidas, la de aquí abajo, llena de penalidades, con ese "saldo negativo", y la de arriba, absoluta y eternamente feliz, cuando allá, tras quizá miles de siglos, la "trompetería del Valle de Josafat", me despierte. No, no... Tan sólo viviré una única vida, la misma que ahora tengo, y la muerte no será sino un mero paso, como el que da quien traspone el umbral de una puerta, para pasar de una estancia a otra, sin que por ello haya cambiado de casa o habite, sucesivamente, dos casas distintas. Lo del Valle de Josafat, sería un "latazo". Sería muy aburrido, aun cuando el tiempo resulte ser un misterio indescifrable y, por ello, puedan ser lo mismo, esencial e inperceptiblemente para mí, una vez muerto, tanto un millón de siglos, como un minuto, o una decima de segundo. Igual. ¿En qué podrían diferenciarse, tales medidas de tiempo, mientras mis despojos humanos se pulverizan en el sepulcro, si al final de ellas, de una u otra, resucitaré y volveré a la vida? Ciertamente en nada, porque mi alma, mi espíritu no se enteraría, ni se "aburriría" por tan larga espera, pese a no haber muerto también con mi cuerpo. Pero, de ser así, si aceptamos el viejo dualismo platónico, en el que el alma es una especia de "pájaro", que vuela hacía lo eterno, y el cuerpo una mera "jaula", condenado a pudrise y transformarse en polvo, me pregunto, angustiosamente, con qué cuerpo habría yo de resucitar, tras quizá miles de siglos que aún le restan al Planeta, hasta que el Sol se apague, se convierta, primero, en una roja gigante, después en una blanca enana, hasta desaparecer por fin del universo y, mucho antes, la Tierra, donde los mares alcanzarán la temparetura de 500 grados centígrados. ¿Con qué cuerpo podría resucitar? ¿Con el de mis 15 años, con el de mi madurez o senectud, hecho ya "papilla", este último, tras intervenciones quirúrgicas y reiteradas visitas al médico especialista? Si tuviese que resucitar así, con este mismo "cascajo", mi resurrección no sería nada atractiva. Y, si todos esos cuerpos, antes de mi muerte, han sido míos, por qué ha de ser el último el que resucite? ¿Cuál de ellos será el de mi resurrección? Pero, sobre la corporeidad proporcionada por la resurrección no se puede afirmar nada. Cuando Jesús resucitó, y se apareció a diversas personas, lo hizo, según el texto griego en "etéra morfé" (Mc 16,12), es decir, "en otra forma". Pienso, y lo deseo, que así será nuestra resurrección. No, como aún se nos dice "con los mismos cuerpos y almas que tuvimos", afirmación que no parece aceptable (ni hasta fisiobiológicamente posible, aunque nada sea imposible para Dios), no sólo por la razón ya indicada -¿con qué cuerpo?- sino porque, tal afirmación, tan sólo puede ser aceptable en el sentido de que mi yo resucitado coincidirá con mi yo histórico, pero este cuerpo, en el que ahora se encierra mi espíritu -dentro de esa unidad fisio-psico-espiritual, que soy yo- es un cuerpo meramente provisional (como los dientes que precenden a los defintivos, ya seas los natales, ya los que colocan o implantan las modernas técnicas odontológicas). Pero, mi corporeidad resucitada, será una corporeidad definitiva, sin enfermedad ni defecto físico alguno, sin dolor de cabeza o de espalda, sin artrosis o dermatitis atópica, y sin la consiguiente visita anual al urólogo y al oftalmólogo...

Estoy convencido, salvo pena canónica de excomunión, y tampoco estoy muy seguro de que ni aún así, el día en que lleguemos a creer y esperar esto, habremos dejado de ser "creyentes platónicos", para convertirnos en creyentes cristianos. Porque, Jesús, nunca habló del alma y el cuerpo, salvo a título meramente metodológico o didáctico. Él, siempre hablo "de la Vida" (Mt 6,26); (Mc 8,35). Y, por ello, creo que no es posible, pese al atrincheramiento de la Iglesia tras la Constitución "Benedictus Deus", del Papa Benedicto XII (1336) -en la que las realidades últimas, "lo novísimos", pretendieron quedar zanjados para siempre- mantenerse por mucho más tiempo en la categoría platónica del dualismo, ni con ello en la escatología dualista, tras haber quebrado por su base la antropología del mismo carácter. "Yo" soy un ser vivo, no un cuerpo más un alma, y Dios me ama en cuanto tal, sin querer más a mi alma que a mi cuerpo, porque ambos son "yo". Cuando muera, morirá mi cuerpo, al extinguirse todos mis sentidos corporales, pero morirá también mi alma. En primer término, porque lo inmortal no puede resucitar. Si Jesús pudo resucitar, es porque antes había muerto y, por ello, el centro de gravedad de nuestra vida cristiana no puede ser la inmortalidad del alma, sino la Resurreción de Cristo. Y, en segundo lugar, porque alma y cuerpo son inseparables, de la misma manera que no se pueden separar el oxígeno y el hidrógeno, porque, si se separan, desparece el agua; quedarán dos gases, pero agua no queda. Sin embargo, es una gran alegría creer y esperar que, en ese mismo instante, en el que mueran juntamente mi cuerpo y mi alma, también resucitará ésta, sin que para nada pueda afectarle la corrupción corporal, en el sepulcro, de mi cuerpo provisional, ni necesite para nada al mismo cuerpo, que fue mío, pero que ya nunca más volveré a tener. Nuestra muerte, es nuestra resurrección, la de nuestro ser de hombre, cuya caracteristica esencial es la Infinitud, porque si el hombre se quedara sólo en hombre, en nada sería distinto de cualquier otro animal. Pero, el hombre sólamente es Hombre en la medida en que abre sus horizontes hasta el Infinito, porque Dios es la dimensión y la medida del Hombre que, como Dios, es Infinito. No tenía razón Protágoras cuando exclamó: "El hombre es la medida de todo". No, no la tenía, porque la medida de todo, es Dios.

Es muy posible que a algunos de ustedes, o de vosotros, en poco o en nada puedan convenceros estas desaliñadas reflexiones que yo me hago, en estas horas previas a la Vigilia de Pascual de Resurrección. Es más que posible. Pero si a alguien le interesa informarse mejor, más metodológica y sistemáticamente, o aclarar cualquier posible concepto conflictivo, quien veraderamente sabe de esto es mi muy querido amigo, mi viejo Consiliario en aquellos días ya lejanos de la Juventud de Acción Católica de León, el Profesor Dr. Don Felipe Fernández Ramos, Catedrático de Sagrada Escritura, ya Emérito, en la Pontificia Universidad de Salamanca. Si lo desean o lo deseais, puedo facilitaros su dirección postal o su número de teléfono, aunque cabe también hacerse con algún ejemplar de su libro "De la muerte a la vida", Editorial San Esteban, Colección "Trazos", Salamanca, 2004. O, casi mejor, la separata de la Revista "Naturaleza y Gracia", sobre la necesariamente urgente "Revisión biblico-teológica de los novísimos".

Aunque, lo más importante, lo esencial, es que, pese a que ello sucedió hace ya 2.009 años, menos 33 (sin perjuicio de corregir a Dionisio el Exiguo), lo que nos dará la Vida, es que, esta noche, dentro de unas horas, Jesús de Nazaret va a resucitar de entre los muertos, para que yo también resucite y para que resucitemos todos. Hermanos cristianos: ¡Aleluya, Aleluya! ¡Cristo, va a resucitar! Amigos todos, y hombres de buena voluntad, alegraos también vosotros. ¡Es para todos...! Luis Madrigal.-

viernes, 10 de abril de 2009

TRES OCTAVAS DE SOLEDAD EN SEVILLA


Deja su aroma al momento
el blanco azahar sevillano.

de Triana, cobra acento

y corta el aire, latiendo,

una saeta que, al viento,

nace de un grito gitano,

para tomar de la mano

a un Cristo que está muriendo.


Desde la orilla del Río

llega el olor de Triana,

envuelto en un sudor frío...

De espinas construye un yelmo

el humano desvarío

a la Verdad Soberana...

Llega un eco de campana

hasta el Puente de San Telmo.


Una Mujer, con su llanto,

perlas derrama entre cirios,

que lucen junto a su manto.

Herida por honda pena,

en tarde de Viernes Santo,

lanzas se le hacen los lirios,

puñal de siete martirios,
a María Macarena.


Luis Madrigal

3 SONETOS DE RODILLAS y 1 AL CERRAR LOS OJOS (II)







HOY, ES VIERNES SANTO



II


DE RODILLAS EN EL GÓLGOTA

Tiembla la tierra y se oscurece el cielo
cuando un enorme grito les transforma.
Deja la luz, en la tiniebla, su horma;
la angustia del dolor halla consuelo.

El sueño, en tan fogoso amor, desvelo...

¡Que grita el Hombre...! Y grita de tal forma
que el Cielo escucha y, dulce, al barro informa,
como un volcán ardiente funde el hielo.

Yo, estoy allí... junto a una Madre sola.
Quiero aceptar la herencia y, del costado,
beber, entre agua, sangre que se inmola.

Quiero vivir, al leño encadenado;

morir por la bandera que enarbola.
Mas, no de pie... Estoy arrodillado.


Luis Madrigal



Arriba, "Tormenta en el Gólgota", fotografía de José Antonio González Salazar


LA LEGIÓN ESPAÑOLA, LEVANTA A SU CRISTO DE LA BUENA MUERTE



jueves, 9 de abril de 2009

ES PRECISO LAVAR LOS PIES... A LOS OTROS


Acabo de regresar de una Iglesia, quiero decir de un templo, en el que he participado en la Eucaristía, en la Cena del Señor, y ello me ha hecho reencontrarme con muchas cosas, ya viejas pero siempre nuevas. Cuando yo era alumno del Instituto de Enseñanza Media "Padre Isla", de León, circundando la cúpula por su parte interior, y visible desde los bancos de la Capilla, leía, una y otra vez, estas palabras, escritas en lengua latina: "Vos vocatis me Magister et Dominus, et bene dicitis sum etenin". Entonces, los planes de estudios, decidieron que, desde los diez años, yo fuese estudiante de Latín, pero, hasta bien trascurrido por lo menos el Cuarto Curso de aquel Bachillerato, no supe traducir por mí mismo aquellas palabras, cuyo significado ni siquiera se me ocurrió preguntar nunca a nadie. Simplemente las leía, una y otra vez, sin que me importaran tanto como jugar un partido de futbol. Al fin, una día, llegue a traducirlas: "Vosotros, me llamais Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy". Pero, tampoco las entendí. Y, hoy, después de tantos años, han vuelto a mí, en la homilía de la Misa de este Jueves Santo, con una fuerza especial. Después de aquella Cena, Jesús se levantó, se quitó el manto, se ciñó una toalla y comenzó a lavar los pies, uno a uno, de sus discípulos. Al llegar a Pedro, éste se negó: "Tú, nunca me lavarás los pies". Pedro, no lo entiende. En aquella época en la Jersusalém de los judíos y en otras muchas partes, la tarea de lavar los pies era exclusivamente propia, no ya de los criados, sino de los esclavos, aquellos seres a quiénes el Derecho de Roma no consideraba personas, sino cosas. Nada más bajo cabía ser. Y, por ello, Jesús dice a Pedro: "Si no te lavo, no podrás tener nada que ver conmigo". Se lo dice, porque Jesús quiere hacer lo que los esclavos hacían, pero para que sus discípulos también lo hagan. Y por ello, pronuncia aquellas palabras. Si Él, siendo el Maestro y el Señor, el hijo de Dios, quería lavar los pies a aquel grupo de rudos pescadores, pobres, ignorantes, incultos, gentes de la más humilde condicion, ¿Cómo no he de hacerlo yo ahora, en el siglo XXI, por mucho Latín que llegase a aprender, hasta traducir a Virgilo, donde hay que medir el verso, y cuatro cosas más, casi todas ellas "prendidas con alfileres", de las que inculso tampoco estoy muy seguro? ¡Claro que he de hacerlo...! Aunque sólo fuera por simple coherencia, conforme a la ley de la proporción... ¡Tengo que hacerlo! Pero "lavar los pies" es un mero símbolo, y no es tampoco una cuestión de "higiene". Ahora mismo, en estos momentos lavar los pies a otro, equivale, no sólo a aceptarle, no ya como los esclavos tomaban entonces a sus señores, sino fundamentalmente a compartir toda su vida, en la que se incluyen sus necesidades, su hambre, su enfermedad, su ignorancia, su dolor, su soledad, su tristeza... A compartirla y a prestar toda la ayuda de la que sea capaz, para que esas personas sientan también el consuelo de que, junto a ellas, pasa Jesús y de que es el propio Jesús quien les "lava los pies". Pero, para ello, tengo que vencer mi egoísmo, mi pereza, mi soberbia, para poder transformar todo ello en altruismo, en diligencia, en humildad... Y sólo entonces, podré decir, aunque no vaya a Misa en Jueves Santo, que de verdad participo de la Cena del Señor y, como Él mandó a todos quiénes quieran seguirle, de la única ley conforme a la cual seré juzgado al caer de la tarde... Cristianos el siglo XXI, por el amor de Dios, si de verdad queremos serlo, no podemos pasar de largo frente a tantos cómo sufren, por tan distintas causas. No nos miremos, ni nos amemos tanto a nosotros mismos. No despreciemos a nadie... Tenemos que amar "al otro", aunque sólo pueda ser un poco, y no tanto como Él nos amó a todos. Y eso, ya, pronto... antes de que el mundo reviente, no por obra de ninguna bomba atómica, sino tan sólo de pobreza, de soledad, de tristeza y... de asco. Luis Madrigal.-


Arriva, relieve del "Lavatorio", La Redonda (Logroño. España)