domingo, 28 de diciembre de 2014

ANTES DE QUE TERMINE EL AÑO



MÚSICA HISPÁNICA DE IDA Y VUELTA

Siempre me llamó la atención, pese a ser un arma de guerra, ese artefacto llamado boomerang, pretendidamente australiano, pero que al parecer utilizaron ya otros muchos pueblos, entre ellos, cómo no, los egipcios. Es este instrumento un arma que, tras ser lanzada, es devuelta, o mejor dicho regresa por sí misma a su punto de origen. Con otros artefactos similares, como los olímpicos, peso, disco, martillo o jabalina, no puede suceder nunca lo mismo. Siempre se quedan en el mismo lugar en el que caen, sin posibilidad de retorno alguno. Bien es verdad que es preciso hacer una importante aclaración. El artefacto en cuestión retorna a su lanzador siempre y cuando no impacte en el objetivo. Y, por otra parte, ya he dicho que se trata de un arma de guerra, de caza o de ambas cosas. Pero, me he preguntado siempre también si cabría convertir este bélico o violento instrumento en un vehículo y al mismo tiempo cauce de los sentimientos más sublimes. Difícilmente los sentimientos pueden guardar relación alguna con la materia, sobre todo el amor que es el más sublime de todos ellos. Y, sin duda, por este motivo, aún no ha podido ningún ingeniero inventar tal producto.

En estos día de Navidad  -aunque la verdadera Navidad sea todos los días-  suele verse por las calles, y en las casas, esa planta de brácteas florales, de intenso color rojo fuego. Son brácteas que terminan siendo verdaderas flores en la oscuridad y por medio de ella. Por ello, al menos en España y pienso que en todo el hemisferio boreal, es este su momento, el de las menos horas de luz de todo el año. Y, por pura casualidad, pienso yo también, aunque su nombre botánico es el de “poinsettia pulcherrima”, se la denomina “Rosa de Navidad” o “Flor de Pascua”. ¡Que gran error…! Las verdaderas rosas de Navidad, tienen que ser unas flores blancas, tan puras y fuertes al mismo tiempo que crezcan entre la nieve. Pero, a veces, es muy posible también que puedan encontrarse donde ahora el sol es puro fuego, bajo un cielo azul. No en vano la poinsettia, pertenece a la familia del tártago y es originaria de Centroamérica. O tal vez, es seguro, puede encontrarse más abajo. ¡Lástima que todavía nadie haya inventado un boomerang del espíritu!

Luis Madrigal