LA ESTRELLA ES PARA TI, SEÑOR
Tantos años en busca de una estrella
y es para Ti, o puede serlo un día.
Perdóname, Señor, si a la alegría
que aroma mi alma, al verte preso en ella,
se opone el torpe instinto y deja huella
de la humana pasión, que todavía
alienta mi sentir, y la afonía
de mi alma que - al oír- aún resuella.
No te disputaré su amor, a Ti que lo eres,
y en Él habitan todos los amores.
Que viva para Ti, que por mí mueres,
y libre por amor tantos dolores...
Hiéreme a mí también, ya que la hieres,
que es una bella flor, entre las flores.
Luis Madrigal