miércoles, 16 de diciembre de 2009

AQUEL LAGO TAN AZUL



¡Ay, Lago de aguas mansas, tus riberas
se habrán cubierto de casitas claras
en las que el sol se mira, y resplandece
hasta su rayo hallar -serena-
meciéndose una barca!

¡Ay, ondas de cristal, orillas verdes,
cielos azules, con unas nubes blancas,
ya no puedo teneros, no os veo,
que nadie os acerca hasta mi casa!

¡Ay, aire azul, pronto colmado de estío,
bajo un cielo cobalto, tachonado
de estrellas fulgurantes en la noche,
cuando la tarde cae
y una ilusión levanta!

Ya nunca volveré, ni en la distancia,
a gozar del encanto que gozaba...

Ya nunca más sabré qué ha sido de vosotros,
ni si seguís allí...

Si nadie os mira ya...
¡quién os mirara!


Luis Madrigal