miércoles, 31 de marzo de 2010

MIÉRCOLES SANTO (III)

















SEGUNDA CAÍDA

Una Mujer, con amor,
de sangre y sudor teñido
tu rostro, tan malherido,
limpió a tu paso, Señor.

Haz que también el dolor
de quien escucho el gemido,
pueda alterar mi latido
cuando sienta su estertor.

Que, en el camino, con fuego,
pueda yo tener mi mano
al que a mi lado camina

y con la Luz que ilumina,
alumbre su paso hermano
para no caminar ciego.

                                  Luis Madrigal

En la imágen: "Caída de Jesús" (Giambattista Tiépolo)


DOS DÉCIMAS DE GERARDO DIEGO


I

Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas;
clávame tu siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo a la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí, en mi torpe mejilla,
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.


II

Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.

Gerardo Diego



TERCERA CAÍDA



 
















Otra vez en el suelo... Tan pesada
es esa Cruz, Señor... ¡Cuánto te pesa
la Humanidad entera!, por Ti ilesa,
de la ceguera de Adán liberada.

También a mí, a mi alma atormentada,
tomaste como carga cruel y aviesa,
cuando tu frente cae de nuevo y besa
del duro pavimento la calzada.

¡Levántate, Señor, desde hoy te digo
que nunca más mi peso sera fuente
de tu caer de bruces y, al abrigo

de tu Pasión por mí, hoy tan doliente,
por ese gran dolor, seré testigo
de tu infinito Amor, puro y ardiente.


Luis Madrigal

En la imágen: "Caída de Jesús" (Jerónimo Bosco)




MIÉRCOLES SANTO (II)



OTRAS SEIS QUINTILLAS


TRES DE DOLOR Y ESPERANZA


I

Vuelve a romper la saeta,
entre el silencio y la pena,
la noche tranquila y quieta.
Vuelve a cerrarse la grieta,
a romperse la cadena.


II

Otra vez, de su condena,
el hombre se ha liberado
y, en una hora serena,
en noche de luna llena,
por él otro Hombre ha pagado.


III

Tampoco quiero escalera
para subir a la Cruz
si, de la misma manera
y con la misma madera,
del hombre puedo ser Luz.


                          Alphonso Carbajal



OTRAS TRES DE COMPROMISO


I

¡Ya en la Cruz estás, Señor...!
Pendiente estás de un madero
soportando un gran dolor,
tan sólo porque tu Amor
por Ti se dió al mundo entero.


II

Haz que por Ti, yo el primero
sea quien tu resplandor,
por tu sufrir verdadero,
sienta esos clavos de acero
y tu aliento redentor.


III

Dame contigo el amor,
para que al hombre, al que espero,
pueda aliviar el dolor
y, en vez del odio, una flor
ponga en corazón tan fiero.


Luis Madrigal


En las imágenes de arriba, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Alcorcón (Madrid), y Cristo Crucificado (Greco)

MIÉRCOLES SANTO (I)



PRIMERA CAÍDA

¡En tierra estás, Señor...! ¡Tu rostro, al suelo...!
Junto al duro adoquín tu sien divina
hiere mi corazón, y alguna espina
en mi frente quisiera ser consuelo.

Enjugar tu sudor, con suave velo,
como aquella Mujer, junto a una esquina
sin luces, que tu Luz siempre ilumina
y arrebata a las sombras tierra y cielo.

Quiero seguir tu rastro, y a la tarde,
cuando, caído el sol, la noche apague
mis suspiros de amor, en nuevo alarde

-cual nuevo Cirineo-  amor propague,
si entre el frío, al pasar, mi pecho arde
con destellos de amor, que tu Amor pague.


Luis Madrigal




CAMINO DEL CALVARIO

Dulce Señor, enamorado mío,
¿adónde vais con esa cruz pesada?
Volved el rostro a un alma lastimada
de que os pusisese tal su desvarío.

De sangre y llanto entre los dos un río
formemos hoy; y si a la vuestra agrada,
partamos el dolor y la jornada,
que de morir por Vos, en Vos confío.

¡Ay, divino Señor del alma mía!
no permitáis que otro nuevo esposo
me reconozca suya en este día;

bajad de vuestros cielos amoroso,
y si merece quien por vos porfía,
dadme estos brazos, soberano Esposo.


Tirso de Molina



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