lunes, 22 de febrero de 2010

A "CAPUCHINO DE SILOS"

Querida "C": Acabo de leer tus comentarios a la entrada de MAN sobre Chopin y he sabido por ti misma que Rubistein y Alicia son tus dos favoritos en la interpretación del piano. También he creído entender que no sabías cómo bajar un video musical de YouTube. ¡Pidamos a Dios que no se corrompa, como GOEAR...!. Pero ser, es muy fácil. No tienes más que teclear en tu navegador YouTube, conectar con su página y abrir una cuenta (totalmente gratuita). Has de ir a la sección, o solapa de "Vídeos" y buscar allí al artista o al interprete que desees. Abrirlo, como todo vídeo, y acumularlo, si lo deseas entre tus Favoritos, opción que te ofrece el propio TouTube. Después, si también quieres pasarlo a tu Blog, para publicarlo en el mismo, no tienes más que copiar el código y después pegarlo en tu entrada, antes o después de escribir tu texto, aunque pienso que es mejor hacerlo después. O bien publicarlo sin texto, como yo suelo hacer en la serie cronológica que ya inicié hace algún tiempo. Yo, ahora mismo he dejado escrito este texto, en tu honor, y ahora voy a buscar en YouTube a tus dos ídolos, para ofrecértelos en esta entrada. Esta vez, espero no hacer el ridículo como con el maldito reproductor de mp3. Ahí van. A Don Arturo, tendrás que verlo en blanco y negro. A nuestra Alicia de Larrocha (pese a haber nacido en Barcelona) la puedes ver en color. No interpreta a Chopin, pero sí a Mozart. ¿Es igual, no? Un beso, "C". Luis Madrigal.-





¿Has visto, "C", cómo es muy facil. Que lo disfrutes.

OTRA VEZ LA LLUVIA


Este provisional fracaso en mi intento de encontrar un reproductor de sonido mp3, tanto para poder acompañar de evocadora música cualquiera de mis posibles entradas en este Blog, como incluso (soy tan inconsciente que me atrevo a todo) hasta para declamar mis poemas, no es que me haya irritado, colmando de ira mi tiempo, porque de la ira ya he aprendido a librarme. Tan sólo hay que cerrar los ojos y pensar. Al momento, llega la calma. Lo que si me ha dejado ese pequeño fracaso es tristeza, como casi todas las cosas. Quiero decir, como casi todos mis fracasos, que no son ni han sido pocos. Y, entonces, cuando por cualquier cosa, por la más insignificante, me encuentro triste, acudo a mi herramienta y medicina más infalible. Escribo un Soneto. Y, mientras veía caer la lluvia, esta tarde en Madrid, donde no nos deja ni por un momento, mientras divisaba oscuros los árboles del Parque y únicamente un ligero resplandor se atrevía temeroso a romper la penumbra de mi ventana, he escrito este, el que responde al título de esta misma entrada:


OTRA VEZ LA LLUVIA

Caía otra vez la lluvia fina
y, tras claros cristales, no mojaba;
tan sólo luz plomiza penetraba
el penumbroso azul de una cortina.

Ni un pájaro de fuego en la colina
vivía la gris tarde, ni volaba,
y, en su ausente silencio, me anunciaba
mil tardes más sin una golondrina.

¡Qué lejanos los días en que el sueño
me hizo creer que alguien conmigo estaba
y que, entre sol y luz, yo era su dueño.

Un día gris, de invierno madrileño,
venía a desmentir lo que soñaba,
aunque lejos luciese un sol de ensueño.



Luis Madrigal

(Sin música alguna. No tengo reproductor y estoy muy triste.)

Eso, era antes de que mi amigo MAN descubriese un maravilloso reproductor mp3 SZ. Este:

"C", Mercedes, MAN, vais a escuchar el Nocturno, OP. 9, Nº 2 de Chopin,
con la mágica interpretación de Arthur Rubistein