jueves, 7 de marzo de 2013

JUAN CRISÓSTOMO ARRIAGA

Juan Crisóstomo Jacobo Antonio de Arriaga y Balzola, pese a ser de Bilbao, donde nació el día 27 de Enero de 1806, no llegó a cumplir los 20 años de edad, porque murió teniendo tan sólo 19, ya que falleció el día 17 de Enero de 1826, por culpa de la tuberculosis, que entonces hacía estragos en toda Europa. En tan pocos años, le dio tiempo, a los 11, a componer y representar obras en las sociedades musicales de Bilbao. A los 15 años, su padre, Juan Simón de Arriaga, organista en Berriatúa, que le había enseñado los fundamentos de la música, decide que continúe su formación en el Conservatorio de París, donde estudia violín con Pierre Baillot, armonía con François-Joseph Fétis y contrapunto con Luigi Cherubini.





Su obra, de la cual sólo se habían editado los cuartetos, cayó en el olvido hasta que a finales del siglo XIX, dentro del movimiento del nacionalismo musical vasco, se convirtió en un mito, más por su inmenso potencial que por sus obras terminadas. En su nativa Bilbao se construyó un teatro que lleva su nombre (Teatro Arriaga) y se levantó un monumento en su honor. Su música se puede relacionar con Haydn y con el primer Beethoven. Tras su muerte, la historia de la vida de Arriaga fue mitificada y se le quisieron encontrar semejanzas con Mozart, tales como que nació exactamente 50 años después y llevó el mismo nombre (Juan Crisóstomo, como Johannes Chrysostomus Wolfgangus). Por lo que se refiere al Juan Crisóstomo, la coincidencia no es extraña, ya que por esa época se solía bautizar a los niños con el nombre del santo del día de su nacimiento, y la Festividad de San Juan Crisóstomo se celebraba el 27 de Enero. Menos fiable parece que Además de Johannes, Primero Teofilus y después Amadeus- Mozart se hubiese llamado también Crisóstomo. En lo que si coincidieron ambos fue en una similar precocidad, ya que Arriaga tocaba el violín a los 3 años y compuso su primera ópera a los 13.

Su obra musical, no es tan escasa como se ha pretendido, puesto que, en total, cabe apreciar 29 obras, entre las 7 religiosas (en las que destacan una "Salve Regina (perdida); el Stabat Mater y el O Salutaris Hostia (motete para 2 tenores), y las 16 instrumentales (entre las que figura una Marcha Militar para Banda y sus tres famosos Cuartetos para Cuerda). A ellas, es preciso añadir, también sus 6 obras vocales y dramáticas.


Pero, en representación de su música, tengo el gusto de ofrecer seguidamente la "Sinfonía en Re para Gran Orquesta", de 1824, compuesta dos años antes de su muerte.