jueves, 15 de enero de 2015

(II) CANCIÓN DE INVIERNO A LO LEJOS



ROSAS DE LUZ

Al otro lado del mundo, donde las rosas nacen  a su tiempo, el hielo tan sólo es ya un recuerdo. Bajo su cielo azul, algunas, las blancas como la nieve, perfuman el aire, inundándolo de los más etéreos y cautivadores aromas. Otras, rojas, pero llenas de luz, se enmarañan entre los barrotes de hierro que cercan los jardines y las estancias, mostrando sus párpados abiertos y tersos, salpicados de unas gotas de rocío, al propio tiempo que sus más tiernos capullos. No muy lejos de una gran urbe, junto a un Lago  rodeado de crestas y altozanos, se deslizan balandros que, como alas de mariposa, se mueven armoniosamente a impulso del suave viento que baja de las cumbres, en cuyas laderas, hace ya algún tiempo, danzaron las hadas y, seguramente, hoy entonan su canto silencioso e imperceptible. Pero, en las noches de luna plateada, alguna marimba  -tal vez una guitarra acompañada de un bandeón de viejo fuelle-  desgranan notas y acordes de amor, que suben al cielo al mismo tiempo que una misteriosa corriente las empuja hasta cruzar el inmenso Mar y llegar a mí, para perderse lentamente entre la bruma de este Enero madrileño junto a una lágrima.

Luis Madrigal