viernes, 2 de abril de 2010

VIERENES SANTO (III) "Aquedáh"



Mi buen amigo MAN, en su Blog, especial e íntegramente dedicado, estos días, como este mío, a la Semana Santa, allá en su Murcia, ha tenido la bodad de dedicarme bajo al voz "AQUEDÁH", una de sus presentaciones, concretamente la relativa al Paso "La oración del Huerto", del genial Salzillo.  "Aquedáh...". Atame, atame fuerte:


¡Átame!, átame fuerte, Padre mío
No sea que por el miedo me resista
Y no sea válido tu sacrificio...

Eso, me ha impuslsado a acudir inmediatamente al Libro del Génesis, concretamente al Cap. 22, versículos 1 a 19, en los que se narra aquella casi cruenta historia que, al final, como en algunas películas, "termina bien", porque Dios,  tan sólo ha querido probar la fidelidad y compromiso de Abraham. Mas, al comprobar que esta es absoluta, ha enviado a su Ángel para decir al padre que no sacrifique a su hijio Isaac. Algo parecido, hemos podido recordar estos días, sólo que está vez la tragedia alcanza su punto más dramático y el sacrificio se realiza. Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el Cristo, también, tras sudar sangre en Getsemaní, le ha dicho al Padre. "... más no se haga mi voluntad, sino la tuya", y ha aceptado beber el cáliz. También Jesús, le ha dicho al Padre eterno "aquedáh, aquedáh...", átame, átame, precisamente para poder beber ese Cáliz. "¿Acaso no voy a beber el Cáliz que mi Padre me ha preparado?", le dice a Pedro, en los prolegómenos del Prendimiento. Y lo bebió. Por toda la Humanidad. Jesuscristo, como se ha dicho, es una planta que enraíza en el Antiguo Testamento y florece en el Nuevo. Es, el nuevo Isaac. Pero, esta vez, no hay ángel que le libre, como el bellísimo de Salzillo, en el Paso de la Semana  Santa murciana.

Hoy, esta tarde, al recordar aquel hecho, rigurosamente histórico, hemos podido y querido ser conscientes de que la Muerte de Cristo, no sólo es un hecho histórico, tan real como cualquier otro de la Historia, sino que continúa produciéndose, es decir, perpetrándose, cada vez que alguien decide, como un nuevo Caifás ("es bueno que muera un hombre para salvar a un pueblo") que miles, millones enteros de personas, sean sacrificados y mueran por la única causa de que los poderosos quieren seguir disfrutando de sus riquezas y privilegios, a expensas de los más pobres, de los más indefensos, por el abuso, la explotación, el maltrato e infinidad de nuevas pestes. Pero su sangre, como la de Jesús, no será vertida inútilmente, sino que servirá para reparar todas las injusticias de la Historia. Los cristianos, no podemos renunciar tampoco a la lucha para evitar este nuevo sacrificio.

De mis viejas prospecciones en archivos músicales,  más o menos exóticos, he logrado dar con la que recordaba de hace ya algún tiempo y, con este mismo nombre, con el que la he rebautizado, "Aquedáh", merced a los prodigios de la tecnología cibernética, y pese a no ser yo muy ducho en ella, he conseguido también transformarla en fomato mp3 y, posteriormente, gracias a Goear (me disculpo de mis pasadas críticas), subirla a este Blog y acompañarla a esta entrada, en justa reciprocidad, como dedicatoria y sincero homenaje a mi buen amigo MAN, ese gran murciano. Que lo disfrutes, MAN, y que lo disfrutéis todos, amigos. Luis Madrigal.-



VIERNES SASNTO (II)

LA LEGIÓN ESPAÑOLA
LEVANTA EN MÁLAGA A SU CRISTO
DE LA BUENA MUERTE





Novios de la Muerte, levantando con sus brazos a la Vida


EN MI CIUDAD NATAL DE LEÓN PASA HOY NUESTRO
PADRE JESÚS NAZARENO




Y UNA VIRGEN DEL "GRAN PODER"... LEONESA



¿Os gusta, Mercedees, "C" y MAN?. Vosostros entendéis de esto.

A mí, me han gustado mucho las fotografía de la Semana Santa en Cartagena,
que MAN nos ha obsequiado, por eso las traigo aquí, con su permiso. Son paradigma de solemnidad, disciplina y orden estético.




Y TAMBIÉN LA DE MURCIA, POR SU HUMANIDAD E ILUSIÓN:




Y, PARA TERMINAR POR EL MOMENTO, LA SERIE, VEAN USTEDES, VED QUERIDOS AMIGOS TODOS, ALGO PARA MÍ IMPRESIONANTE, NO YA EN FOTOGRAFÍAS, SINO EN PLENO MOVIMIENTO.: CÓMO "LOS NOVIOS DE LA MUERTE", LEVANTAN EN ALTO A L CREADOR DE LA VIDA.



 

VIERNES SANTO (I)





ESTÁ EL CIELO ENSANGRENTADO

Es otro Viernes. Al caer la tarde,
esta el cielo rojizo, ensangrentado.
De sus manos y pies, de su costado,
brota la sangre, en eterno alarde.

Viene a mí la Esperanza... ¡Que no tarde!
Junto a la Cruz de aquel Crucificado,
la Redención, al fin, se ha consumado.
El fuego, se ha apagado... ¡Ya no arde!

El cosmos sideral en movimiento,
el universo, en expansión constante,
cubre el negro agujero. En un momento,

sumisos los neutrones, al instante,
de su átomo ponen el acento
en una supernova muy brillante.

                                 Alphonso Carbajal



 

 A CRISTO CRUCIFICADO

Tú me ofreces la vida con tu muerte
y esa vida sin Ti yo no la quiero;
porque lo que yo espero y desespero
es otra vida en la que pueda verte.

Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte,
tendría que morirme lo primero;
morir en Ti, porque si en Ti no muero
no podría encontrarme sin perderte.

Que de tanto temer que te he perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy temiendo:
porque de Ti y de mí me siento huido.

Mas con tanto dolor, que estoy sintiendo,
por ese amor con el que me has herido,
que vivo en Ti cuando me estoy muriendo.

José Bergamín




 

 DAME LA VIDA, YA QUE MUERO

¡Bendita sea la Cruz en que expiraste
y tu divina Sangre derramada...!
Y el agua que brotó de la lanzada
que  -tu costado exangüe-  derramaste.

Con ello, mi agonía desterraste
por siempre, haciendo eterna la morada
en que, sin fin, mi alma enamorada
con cuánto amor sabrá Tú me creaste.

Muero, mi Dios, lo mismo que Tú mueres,
al mundo que se agita, tan altivo.
Haz que vea lo mismo que tu vieres.

Y de tu suave yugo sea cautivo,
para que se haga en mí lo que Tu quieres
y, tras mi muerte, siempre esté yo vivo.

                                            Luis Madrigal




 

SONETO A JESÚS CRUCIFICADO

¡Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
"Alma, asómate ahora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía".

¡Y cuántas, hermosura soberana,
"mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana.

Lope de Vega