domingo, 23 de junio de 2019



EN SUELO ÁSPERO Y DURO

Cae el sueño sutil sobre los ojos
que nada ven, ni el día abre la puerta
al recio paso... Ni a la apagada fuerza,
y al yo que anda, sin ansias y sin techo,
para poder volar, sólo el suelo se ofrece. Calla el viento.
El suelo duro, áspero e hiriente,
está lleno de canchos de dientes afilados
que sostienen los pies descalzos con que inciden
sobre el camino incierto...
El que conduce, tal vez, a la esperanza.
Quizá, a ninguna parte
perdida y escondida entre la niebla.


Luis Madrigal