sábado, 10 de abril de 2010

NO PUEDO IR...



ESTOY SIEMPRE CONTIGO

No puedo ir a ti... ¡Tú bien lo sabes!
Si nunca estás... ¿por qué me llamas?
Si no puedes estar, ¿cómo me buscas?.
Si siempre estás perdida, ¿adónde hallarte?
Si nunca estás en mí, ¿cómo podría
juntar contigo cielo y mar; la noche al día,
la alegría al dolor,
y que tus ojos pudiesen ver mi llanto?
Si te pudiera hablar, sólo un minuto,
para sólo decire una palabra;
si pudieses oírme
y, sin mirarme,
pudieras verme, mientra yo te hablo...
Si, en mi sentir oscuro y huérfano en la noche,
tu voz llegase a mí, en son tan dulce
como un lento suspiro, que hasta el éter
hace vibrar, en onda que dilata trémulo
su eco sin fin al infinito...
Si fuera así, entonces creería
que aún no he muerto
y que, tan vivo estoy, que ya mi alma
en mi cuerpo no cabe... Ya habita fuera
del músculo dormido, de los humores,
de las redes de vértebras y arterias...
¡Sólo en ti vive y en ti alienta...!
No puedo ir... Estoy siempre contigo


Luis Madrigal