lunes, 14 de septiembre de 2009

PUEDE ACABARSE LA PACIENCIA






Bajo el título "Bufonada independentista en Arenys" (ha de decirse que se trata de Arenys de Munt, no de Arenys de Mar), publica en su edición de hoy el diario "El Mundo", en páginas 8 y 10, diversos comentarios y análisis acerca del acto promovido ayer en dicha localidad, desde luego sin el menor valor jurídico, ni por tanto en absoluto vinculante, acerca de una estúpida votación pueblerina y nostálgica -un "brindis al sol"- con el que esas mentes tan sumamente cerradas de las que disponen los independentistas catalanes decidieron jugar a las independencias. Son como niños. Y, desde luego, Dios me dé catalanes, aún independentistas, porque, pese a ello, estos "no matan", como lo hacen con toda crueldad las alimañas que dicen defender otra independencia, todavía con menor fundamento. En general, yo admiro a los catalanes, su civismo, cultura, ilustración, espíritu de trabajo y otras muchas virtudes, aunque también tengan sus correspondientes defectos. Y, además, desde los 8 años, soy del "Barça". Y también debo reconocer que, en su momento -hace ya ahora más de cuatro siglos- esa aspiración independentista catalana pudo tener algún fundamento, aunque tampoco demasiado. Porque Cataluña, ha perdido todas las oportunidades y trenes de la Historia, sin acertar nunca a tomar a tiempo ninguno, que en mi opinión han sido tres, fundamentalmente. Lo he dicho ya en este humilde Blog, varias veces y lo repetiré una más. La primera, sin duda, fue en 1412, dos años más tarde de la muerte sin sucesión del Rey Martí el Humá, tras cuyo acontecimiento, libre y voluntariamente, los nobles de Aragón, Cataluña y Valencia, eligieron por Rey al trastámara Fernando de Antequera, instaurando en Cataluña una dinastía castellana. El segundo tren perdido se produjo de una forma harto dificil, pero se produjo, cuando Ferrán II de Aragón, en medio de no pocas dificultades, contrajo matrimonio con Isabel de Castilla, más tarde la Reina, estableciendo una unión personal de Reinos, que dió origen a España en 1492. Y, a mi me parece, que, más o menos "por las bravas", como ahora dicen o quieren aparentar, los catalanistas, la tercera oportunidad perdida fue la de don Luis o Lluis (no vaya a ofenderse nadie,) Companys, quien el día 6 de Octubre de 1934, proclamó unilateral y a su libre arbitrio el "Estado catalán". Discurría entonces -no vaya algún ignorante a atribuírselo a Franco- la II República y, tras la maniobra militar del General Batet, el señor Companys fue detenido y encarcelado en el buque "Uruguay", surto en el puerto de Barcelona, para ser posteriormente juzgado por el "Tribunal de Garanías Constitucionales" de la misma citada y nefasta II República, y condenado por dicho Tribunal a la pena de 30 años de reclusión mayor. Es decir, hasta aquella República no andaba con bromas a la hora de aplicar la ley y defender de este modo la unidad de España.

Y hoy, puede pocurrir otro tanto. Yo, en el lugar de esos independentistas, tan "catalanes" alguno de ellos, como el señor Carod Rovira y otros similares, me andaría con algo más de cuidado, no sea que, en cualquier momento, vayan a pasarse de la raya "un pelín" y les caigan bofetadas hasta en el cielo de la boca. Porque, un Estado de Derecho, y el Reino de España lo es, sin tacha alguna en este momento, no puede romperse de cualquier manera, o por el simple capricho. El propio Derecho internacional público, dispone de normas, de convenciones y acuerdos para ello, cuando concurren algunos supuestos. Y, aquí, en el caso de Cataluña, todos ellos brillan por su ausencia, sin que baste ni sirva para nada ni tan siquiera la voluntad de los catalanes, aunque fuese mayoritaria, que me parece que no lo es en absoluto. Puede que, mientras no desparezca este estúpido Gobierno, que ahora coopera con sus torpezas, o con la mera y más deshonesta intención, a los "juegos de las independencias", puede que, mientras dure, que espero sea muy poco, todavía puedan repetirse algunos esperpénticos sucesos más (ya se anuncia que otros 30 Ayuntamientos catalanes quieren organizar el mismo juego) y hasta es posible que otros no tan inofensivos y jocosos. En cualquier caso,¡cuidaddo con los "juegos" ...! Porque, incluso, hasta con este gobierno de facinerosos, cabría, entiendo que hasta muy lícitamente, la literal interpretación de los artículos 2º y 8º de la vigente Constitución Española de 1978, de los que una mera y simple lectura puede resultar suficiente. Por una parte, el artículo 2º (que no opina, ni debate ni establece "juegos florales") dispone que: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles". Y, no debe perderse nunca de vista el contenido del artículo 8º: "Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejéciro del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional". Asi es que, ojo al parche. Si ayer, los militantes de FET (no se si ya de las JONS, o no), en cierto modo "entrando al trapo" de tan estúpido juego, hicieron frente en campo contrario a los "independentistas" de pacotilla (los catalanes, son cultos y laboriosos, pero no suelen ser gente especialmente valiente), no es dificl imaginar hasta donde podrían salir corriendo. A título de mero ejemplo, veánse arriba algunas muestras de entre las que podrían propiciar las carreras. Desde luego, pese a ese señor llamado Laporta, o algo así, yo no pienso dejar de ser seguidor del "Barça", porque lo soy desde que mi paisano César Rodríguez Álvarez, me regaló aquella camiseta y aquel balón de los "de correa". Y por lo tanto, soy mucho más antiguo que el señor Laporta. De todas maneras, por mí, adelante. Ya puede ir sacando al Equipo de las competiciones españolas. Eso sí, sentiría mucho tener que verlo jugar frente al Granollers, el Badalona o el Nastic. Que ustedes celebren esa "independencia" votada por poco más de dos mil personas. Pero... ¿todos votaron "sí"?. No creo. Luis Madrigal.-


Seguidamente, un poco de música: