miércoles, 31 de marzo de 2010

MIÉRCOLES SANTO (III)

















SEGUNDA CAÍDA

Una Mujer, con amor,
de sangre y sudor teñido
tu rostro, tan malherido,
limpió a tu paso, Señor.

Haz que también el dolor
de quien escucho el gemido,
pueda alterar mi latido
cuando sienta su estertor.

Que, en el camino, con fuego,
pueda yo tener mi mano
al que a mi lado camina

y con la Luz que ilumina,
alumbre su paso hermano
para no caminar ciego.

                                  Luis Madrigal

En la imágen: "Caída de Jesús" (Giambattista Tiépolo)


DOS DÉCIMAS DE GERARDO DIEGO


I

Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas;
clávame tu siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo a la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí, en mi torpe mejilla,
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.


II

Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.

Gerardo Diego



TERCERA CAÍDA



 
















Otra vez en el suelo... Tan pesada
es esa Cruz, Señor... ¡Cuánto te pesa
la Humanidad entera!, por Ti ilesa,
de la ceguera de Adán liberada.

También a mí, a mi alma atormentada,
tomaste como carga cruel y aviesa,
cuando tu frente cae de nuevo y besa
del duro pavimento la calzada.

¡Levántate, Señor, desde hoy te digo
que nunca más mi peso sera fuente
de tu caer de bruces y, al abrigo

de tu Pasión por mí, hoy tan doliente,
por ese gran dolor, seré testigo
de tu infinito Amor, puro y ardiente.


Luis Madrigal

En la imágen: "Caída de Jesús" (Jerónimo Bosco)




MIÉRCOLES SANTO (II)



OTRAS SEIS QUINTILLAS


TRES DE DOLOR Y ESPERANZA


I

Vuelve a romper la saeta,
entre el silencio y la pena,
la noche tranquila y quieta.
Vuelve a cerrarse la grieta,
a romperse la cadena.


II

Otra vez, de su condena,
el hombre se ha liberado
y, en una hora serena,
en noche de luna llena,
por él otro Hombre ha pagado.


III

Tampoco quiero escalera
para subir a la Cruz
si, de la misma manera
y con la misma madera,
del hombre puedo ser Luz.


                          Alphonso Carbajal



OTRAS TRES DE COMPROMISO


I

¡Ya en la Cruz estás, Señor...!
Pendiente estás de un madero
soportando un gran dolor,
tan sólo porque tu Amor
por Ti se dió al mundo entero.


II

Haz que por Ti, yo el primero
sea quien tu resplandor,
por tu sufrir verdadero,
sienta esos clavos de acero
y tu aliento redentor.


III

Dame contigo el amor,
para que al hombre, al que espero,
pueda aliviar el dolor
y, en vez del odio, una flor
ponga en corazón tan fiero.


Luis Madrigal


En las imágenes de arriba, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Alcorcón (Madrid), y Cristo Crucificado (Greco)

MIÉRCOLES SANTO (I)



PRIMERA CAÍDA

¡En tierra estás, Señor...! ¡Tu rostro, al suelo...!
Junto al duro adoquín tu sien divina
hiere mi corazón, y alguna espina
en mi frente quisiera ser consuelo.

Enjugar tu sudor, con suave velo,
como aquella Mujer, junto a una esquina
sin luces, que tu Luz siempre ilumina
y arrebata a las sombras tierra y cielo.

Quiero seguir tu rastro, y a la tarde,
cuando, caído el sol, la noche apague
mis suspiros de amor, en nuevo alarde

-cual nuevo Cirineo-  amor propague,
si entre el frío, al pasar, mi pecho arde
con destellos de amor, que tu Amor pague.


Luis Madrigal




CAMINO DEL CALVARIO

Dulce Señor, enamorado mío,
¿adónde vais con esa cruz pesada?
Volved el rostro a un alma lastimada
de que os pusisese tal su desvarío.

De sangre y llanto entre los dos un río
formemos hoy; y si a la vuestra agrada,
partamos el dolor y la jornada,
que de morir por Vos, en Vos confío.

¡Ay, divino Señor del alma mía!
no permitáis que otro nuevo esposo
me reconozca suya en este día;

bajad de vuestros cielos amoroso,
y si merece quien por vos porfía,
dadme estos brazos, soberano Esposo.


Tirso de Molina



u

martes, 30 de marzo de 2010

MARTES SANTO (II)



TRES OCTAVAS DE PASIÓN EN SEVILLA

I
Deja su aroma al momento
el blanco azahar sevillano.
De Triana, cobra acento
y corta el aire, latiendo,
una saeta que, al viento,
nace de un grito gitano,
para tomar de la mano
a un Cristo que está muriendo.


II

Desde la orilla del Río,
llega el olor de Triana,
envuelto en un sudor frío...
De espinas construye un yelmo
el humano desvarío
a la Verdad Soberana...
Llega un eco de Campana
hasta el Puente de San Telmo.




III

Una Mujer, con su llanto,
perlas derrama entre cirios,
que lucen junto a su manto.
Herida por honda pena,
en tarde de dolor tanto,
lanzas se le hacen los lirios,
puñal de siete cuchillos,
a María Macarena.


Alphonso Carbajal


 
A "C", Capuchino de Silos, en nombre de mi
gran amigo, Luis Madrigal, a cuyo Blog
es un honor volver



MARTES SANTO (I)



TRES QUINTILLAS DE SILENCIO EN MADRID


I
Se oye entre cera el silencio
del Nazareno que pasa...
Muere entre flores el viento
y cobra paz el lamento...
El corazón, se hace brasa.


II

Hacia una Cruz el destino,
para librar de la cruz,
de sangre riega el camino.
De la flor, toma el espino
y de la sombra, la luz.


 III

Una oración, se hace canto
y se viste de saeta...
Cae el Sol... La noche el manto
tiende a su paso... Y el llanto
cierra con sangre la grieta.


                               Alphonso Carbajal






OTRAS TRES MIENTRAS CAMINO


I

Voy caminando silente
hacia una Cruz de madera.
De espinas, sobre mi frente,
una corona doliente
y flores de Primavera.


II

Tengo que hallar la manera
de guardar hondo en mi mente,
mientras crepita la cera,
que la razón verdadera 
es del corazón que siente.


III

No la que al decirla, miente,
sin advertir que, a su vera,
es palabra más sincera
y no hay verdad nás valiente
que la que, ignorando, espera.


Luis Madrigal

 
 

lunes, 29 de marzo de 2010

LUNES SANTO



Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?

( Copla popular andaluza)
I

¡Oh, la saeta al cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la Cruz...

                                                           Antonio Machado



 II


¡Toma una escalera y ven...!
que alguien levanta un crucero
para subir al Lucero
que bajó Luz a Belén.

Que han clavado con desdén,
en un sórdido madero,
por causa del mundo entero
a Aquel que creó el Edén.

Los azotes que le hirieron,
ven a sufrir, si los sientes...
¡Y las burlas que le hicieron!

Que, en medio de tantas gentes,
los clavos que le pusieron
has de arrancar.. ¡Con los dientes! 

Alphonso Carbajal 



III

No necesito escalera
para subir a la Cruz...
Mi cruz, ya no es de madera,
ni mi dolor verdadero,
si en mi alma no hay amor
a quien el mismo sendero
camina y siente el dolor.
¡Llena mi pecho, Señor...!
Sin él, no sirve la cera,
ni nada vale la suerte,
ni la Sangre, ni la Muerte
de aquel dulce Redentor.

                              Luis Madrigal







En la imagen de arriba: Cristo crucificado (Greco)
 

domingo, 28 de marzo de 2010

SEMANA SANTA


A estas horas y desde hoy mismo, Domingo de Ramos, ha comenzado ya la Semanana Santa. Y, sin duda, lo habrá hecho no sólo en las grandes ciudades sino hasta en el más pequeño pueblo. Todo ello tiene el mismo valor. La solemnidad y esplendor, de la Semana Santa en las grandes ciudades andaluzas, Sevilla y Cordoba, pero también otras muchas, o en el levante murciano, Cartagena por todas ellas, no difiere en nada de la austeridad de Castilla y... de León. Es decir, de León y de Castilla. En estos días, se impone la humildad, la tolerancia, y sobre todo el amor a todo el mundo, pero ello no excluye la verdad, la verdad histórica. Y la antigüedad es un grado. Pero la austeridad, se extiende sobre la meseta Norte, más o menos con los mismos signos. No sólo en Valladolid, de cuya Semana Santa, que efectivamente es grande en tallas e imagenes (no en vano en la Ciudad del Pisuerga se encuentra el Museo Nacional de Escultura), así como en seriedad y orden, sino también la de Zamora y otros lugares. Allí, todavía hará frío, y eso también contribuye a la austeridad, aunque el corazón esté dispuesto a caldear cualquier ambiente hostil. En mi Ciudad natal de León, en estos días (al menos eso ocurría en mi infancia y juventud), no habrá ningún tipo de "lujos", ni ruidos, y lo que recuerdo, porque ha quedado grabado casi a fuego en mi alma, son los casi únicos sonidos de la esquila, el tambor y la trompeta, signos acústicos máximos de aquellos días. También de los clarines, que sonaban claros,  como su propio nombre, y con un sonido especial en mi corazón. Hoy, he querido evocarlos, en un poema que me acerca más a aquellos días:


Se oye un clarín y una esquila,
un tambor y una trompeta...
Es el pueblo, que recuerda
lo que supo y vio de cerca.
Siglos y siglos pasaron
mas la Sangre esta despierta,
que otros la vieron caliente
brotar como el agua mana
y fluye desde la Fuente.
Lo mismo que hoy, nueva sangre
se eleva gritando al cielo,
viene del ayer presente
y tiñe de rojo el suelo.

Luis Madrigal


Sirva de salutación inicial a esta nueva, y siempre la misma, Semana Santa, este humilde poema. Pero, he de decir que, para días sucesivos, le he pedido prestados otros suyos a mi íntimo e inseparable amigo Alphonso Carbajal,  para que vuelva a este humilde Blog, y coopere en el vestido poético de los Acontecimientos que celebraremos y meditaremos,  sin perjuicio, naturalmente, de traer también aquí a los grandes poetas. No se podrán encontrar en este Blog ningún tipo de imágenes profanas, aunque lícitas y hasta necesarias, en estos días. Nadie podrá ver aquí ninguna fotografía de las playas y los hoteles, donde el turismo se propaga como acticidad económica. Y aunque también ello pueda contribuir a la cultura, en el mejor sentido de esta masacrada palabra, tantas veces sacada de su veradero quicio  -y lo que es menos malo de todo ello, al sostenimiento de más de una familia-  será mi intención la de cantar al dolor y a la Pasión y Muerte de nuestro Redentor y, mucho más aún, a su Gloriosa Resurrección, porque ella será la nuestra. Sentida y honda Semana Santa, amigos.

DOMINGO DE RAMOS


A Jesús lo recibieron en Jerusalén con palmas y ramos de olivo en señal de alegría y de homenaje. Era el Rey que entraba en la ciudad sagrada y Él era el signo de la Victoria sobre el mal. El pueblo le aclamó en masa: ¡Viva el Hijo de David! ¡Hosanna al que viene en el nombre del Señor. Era la masa, que siempre es irracional y es arrastrada por factores que muchas veces nada tienen que ver con aquello que se aclama . Por ello, unos días más tarde, era crucficado en el Monte Calvario. Pero, dice la Antífona de la festividad de hoy que "los niños hebreos, llevando en sus manos  ramos de olivo, salieron a recibir al Señor, aclamánmandole y diciéndole: Hosanna en la alturas..."

En la imagen de arriba, la Procesión de Ramos, hoy en Madrid

 



sábado, 27 de marzo de 2010

A PESAR DE TODO, LA FE


A partir de mañana mismo, Domingo de Ramos, se inicia la Semana Santa. ¿Tendrán razón todas aquellas gentes que, de un modo u otro, conceptual o práctico, dedican íntegramente esta Semana al turismo, a tratar de calentarse en la playa, aunque haga frío o llueva y, muy en general a divertirse como sea, sin más connotaciones de signo transcendente alguno? ¿Tendremos que darles esa razón, acaso tomando como referencia los recientes o últimos acontecimientos en los que se ve implicada la Iglesia que fundó Jesuscristo? Para los cristianos, efectivamente, los misterios que vamos a celebrar, recordando la realidad histórica de los hechos, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, son los más esenciales de nuestra Fe, después del de el Nacimiento de Jesús, lógicamente determinante de ellos. No puede haber otros, ontológica y antroplológicamente más esenciales que aquéllos y, muy en particular, el de su Gloriosa Resurreción, el más grande de todos ellos, aunque racionalmente incomprensible, porque ya lo dijo San Pablo. "Si Cristo no ha resucitado, inútil es nuestra fe...". Sólo esa Resurrección, podrá obrar la mía propia, y esta es ya mi única Esperanza, de ser. Porque, "yo", no sólo estoy, sino que sobre todo soy, y nada ni nadie de cuanto en esta vida concurre, puede bastarme, aun cuando no se acabase. Pero, además, se acabará algún día y, entonces, yo seguiré siendo, en otra dimensión, con un soporte corporal o no, pero viviré para siempre, sin que, por ello, pueda aceptar jamás que ya no seré más que el polvo que volverá al barro de la tierra. ¡No!. ¡Yo, viviré después de mi muerte...! Es más, vivieré en el mismo instante de mi muerte, porque Él me resucitará exactamente en ese mismo momento, aunque mi corporeidad pueda pudrirse bajo la tierra, o consumirse entre el fuego.

Pero, en estos momentos, en los que sin duda con todo fundamento, arrecian las críticas más duras y severas hacia la Iglesia Católica, a causa de los repugnantes crímenes cometidos por algunos de sus sacerdotes, e incluso se dice que también obispos, consistentes en abusos sexuales contra niños inocentes o jóvenes indefensos, ¿acaso no se imponen unos minutos de reflexión? La que yo pretendo y me propongo hacer, va dirigida únicamebnte a mí mismo y a nadie más. Por descontado, no soy tan iluso como para pretender incluir en ella a los tradicionales enemigos de la Iglesia, a los de siempre, y a los que ahora mismo, por lo ocurrido, pudieran situarse frentre a Ella, o apartarse de Ella mucho más aún de lo que ya están. No. Quiero dirigirme, por ello, sólamente a mí y, en todo caso, a quienes comparten la misma fe, o deseen acompañarme en mis pensamientos. ¿Podemos acaso celebrar, como si nada hubiese ocurrido, tan hondos Misterios, de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, con la misma fuerza? Rotundamente, sí, podemos. ¡Claro que podemos! Y, si cabe, con mucha más convicción que nunca. Ninguno de los delictivos acontecimientos que ahora se descubren, o los que ahora mismo puedan estar sucediendo, podrán apartarme de mi Fe. Porque, nosotros  -al menos yo-  no hemos creído nunca en los sacerdotes, ni en los obispos, ni en el mismo Papa de Roma, sino simple y exclusivamente en Cristo Jesús, el Redentor del hombre. Y, por ello, podemos gritar a pleno pulmón que sólo Dios nos ha dado esa Fe. Y, aunque, no sólo los que han cometido tan execrables delitos, sino todos los sacerdotes y obispos del mundo, con el Papa a la cabeza, hubiesen hecho lo mismo, tengo la certeza moral de que yo me mantendría en mi Fe. Poca tendría  -y no tengo demasiada-  en caso contrario. Pero, me basta mirar hacia lo más hondo de mi mismo, con la mayor sinceridad ante mí, para no juzgar ni condenar a nadie. Yo, no tengo ninguna autoridad para poder hacerlo. Y conste también que  -como decía aquel santo cuyo nombre ahora no recuerdo-  sé muy bien lo que debería hacer mañana, pero no sé lo que haría. Sí sé, sin embargo, lo que he hecho hasta hoy y, avergonzándome de casi todo, sigo confiando permanentemente en la infinita Misericordia de Dios.

Por ello, hermanos en la Fe,  hemos de vivir juntos, más que nunca, esta próxima Semana Santa, que ya mañana mismo comienza, como si esos pobres sacerdotes (pobres, porque ya tienen bastante con el peso de su propia conciencia), hubiesen sido un modelo intachable de perfección y santidad. Lo menos que podemos hacer, es rezar también de modo muy especial por ellos, como por tantos otros, sin duda la inmensa mayoría, que siempre y ahora también lo han sido y lo son, allá en el África, en la Patagonia argentina, en el altiplano, en los suburbios más miserables de las grandes ciudades, o de los pequeños pueblos, donde siempre un sacerdote, y cuando se acaben, cualquier cristiano que quiera serlo, llevará a los más pobres y humildes, el pan para los cuerpos frágiles y el dulce amor para las almas que sufren. Y eso es lo esencial, porque para eso vino Jesús a la tierra y para eso murió en una Cruz. Luis Madrigal.-

viernes, 26 de marzo de 2010

ESTE VIERNES, ES DE DOLOR


He decidio suspender transitoriamente todos mis poemas de amor, en  cualquier forma de estrofa, y en serie o no, pura y simplemente como signo de homenaje al dolor, que, tal vez, es la medida más grande del propio amor, en cualquier dimensión o manifestación posible. Sólamente por aquellos a quiénes amamos de verdad, estamos dispuestos a padecer y sufrir indeciblemente. Cuando el amor es total y absoluto, a sufrir por ellos hasta la misma muerte. Este Viernes,  es antesala inmediata del gran Dolor, del que aceptó, no sin sudar antes sangre, quién quiso paceder para la salvación del mundo entero, no sólo de los "beatos" que vamos a Misa, y decimos creer en Él, sino de todos los hombres que vienen a este mundo, incluso los que dicen no creer, pero tienen su corazón lleno de amor. Y antes de celebrar ese gran dolor, el del Hijo, comenzamos por recordar el Dolor de la Madre, María se llamaba y la llamamos siempre todos quiénes aceptamos el regalo de ser  también hijos suyos. Hoy, este Viernes, aquella Mujer transido de pena  -de angustia, de dolor-  su corazón, sale a nuestras calles, porque vislumbra ya la gran tragedia de la Muerte, la que ha de convertirse en Vida para todos. Un gran poeta, vecino mío en el espacio, porque nació en Santander, aunque no en el tiempo, porque lo hizo muchos años antes, en 1896, pese a haber sido coetáneos, siguiendo la huella de aquel otro gran poeta andaluz, Vicente Espinel, usó con mucha frecuencia aquella composición poética creada por este último, la Décima renacentista, llamada en su honor espinela, que Gerardo Diego convirtió en la Décima moderna, de la que es indiscutible maestro. Gerardo Diego la utilizó en un sentido bien distinto, nada epigramático, como hoy quiero yo recordar a los amantes de la Poesía, con esta delicada "PIEDAD", como él tituló a aquella Décima, en honor  de la Madre hoy Dolorosa: 

He aquí helados, cristalinos
sobre el virginal regazo
muertos ya para el abrazo
aquellos miembros divimos.
Huyeron los asesinos.
¡Qué soledad sin colores!
¡Oh, Madre mía, no llores!
¡Cómo lloraba María!
La llaman desde aquel día
La Virgen de los Dolores.


Gerardo Diego 


En la imagen de arriba, Nuestra Señora del Camino, Patrona de la Ciudad y el Viejo Reino de León, una Dolorosa de época y autor desconocidos

Mil perdones por tan lamentable olvido: Muchas felicidades a todas las María Dolores, Lolas y Lolitas del mundo y, muy especialmente, a la esposa y la hija de mi querido amigo murciano MAN



jueves, 25 de marzo de 2010

CEDIT FRIGUS... PERO LA PRIMAVERA NO LLEGA



Voy a despojarme de mi espíritu poético, y de todo lirismo, lo cual suena casi a blasfemia, o resulta casi similar a "colgar los hábitos" por parte de un fraile, o de un "ordenado in sacris", como diría el Derecho civil. Porque cultivar la Poesía, o tratar de hacerlo, es una especie de compromiso sacerdotal con la tradición. Y bien es sabido aquello, ya tan manoseado y por tanto un poco cursi de "¡La Primavera, ha venido, nadie sabe por qué ha sido!", y todas las demás muestras poéticas, tributo a una estación verdaderamente poco agradable, por sus diversas molestias, a los humanos. Cierto es que, algún que otro año, ya los más bellos colores de la Naturaleza han salido a relucir desde su sepulcro invernal, aunque en los últimos años, esto sea  infrecuente. Pero, a cambio,y eso casi siempre, el tiempo metereológico se revuelve, prosperan sinuosa y agazapadamente las enfermedades víricas, las gripes tardías, los catarros, los resfriados, las alergias, y un sin fin de desagradables molestias, cuando no se alcanza  -precisamente en el mes de Marzo, en España-  el índice más alto de mortalidad, que en la mayor parte de los casos recae sobre los más débiles, los ancianos, o las personas de salud más quebrantada. ¿Y todo eso puede inspirar a los poetas sus febriles y enajenados cantos a esta estación? Posblemente, en otros tiempos el fenómeno tuvo su explicación, pero últimamente, y hace ya bastante de ello, puede muy bien haberse ido perdiendo este tributo poético de cortesía  y salutación a la Primavera. Hoy mismo, que parecía iba a presentarse un día primaveral, he cargado con mi cámara fotográfica y me he dado un paseo matutino por el Parque de enfrente de mi casa. Al principio, sobre las once de la mañana, parecía ir todo bien, y muestra de ello, aunque tampoco sea para grandes eclosiones poetico-primaverales, son las dos fotografías que preceden, de arriba abajo, esta entrada. Pero, en pocos minutos, antes del mediodía, fijénse ustedes el aspecto que presentada el cielo de Madrid. Pueden comprobarlo en la tercera de las fotografías. Se podrá decir que este tipo de cielos son hasta típicamente primaverales, pero a mí no me lo parecen, sobre todo después de un invierno en el que las trombas de agua  y las semanas enteras que se han pasado lloviendo han causado tantos desastres en muchas zonas. En fín, que, al menos los madrileños, y yo también, comienzan a estar hartos de la lluvia y de los cielos encapotados, con ese gris amenazante y feroz. Comprendo muy bien a los ingleses. Pienso que hasta, si no fuese por el clima habitual que los pobres padecen hasta serían un pueblo risueño y festivo, pero la lluvia les ha obligado a tener esa cara tan seria y no entender ningún otro idioma que no sea el suyo propio. Por eso yo, he decidido no entenderlos a ellos tampoco. Ni tan siquiera cuando dicen "yes", del mismo modo que, este año, no me da la real gana "cantar a la Primavera". No señor, que venga ella a cantarme algo a mí, pero está visto que tampoco quiere. Y, por este motivo, contando con que GOEAR me deje entrar en su Programa (no creo que las dificultades encontradas hasta ahora por mi parte se deban a una venganza, en cuyo caso mi vanidad les estaría muy reconocida, por hacerme saber que existo), por tal motivo, digo, voy a ofrecreles a todos ustedes y muy en especial a vosotros, queridos amigos, la versión que yo mismo subí a dicho Programa de música, y no otra que ya estaba o llegó después que la mía, y que desde luego me gusta mucho menos. Una y otra, son relativas al Códice de la Biblioteca Nacional de París, lat 5132, fol. 108 v, calculo que hacia el año 1163, cuando en la Ciudad del Sena el Obispo Metropolitano Eudes de Sully coloca la primera piedra de lo que fue más tarde la Catedral de Notre-Dame, en la que se inciará una época muy marcada en la historia de la música, el llamado Ars Antiqua, que después llegó a España, de lo que también hay muestras en la Biblioteca Nacional, en Madrid, y sobre todo, en superiores términos musicológicos, en el Códice de las Huelgas, del Monasterio cisterciense femenino de Santa María la Real, del mismo nombre, en la Ciudad de Burgos, "Caput Castellae", y no como Valladolid, que sin ser cabeza de nada, se ha hecho con todo el negocio, musical y no musical. Bien pues, en ese Códice de París se encuentra una pieza que a mi me encanta oír, no sólo relacionada con la Primavera, sino también, de modo muy especial, con el tiempo litúrgico de Pasión, sin duda porque este Acontecimiento litúricamente siempre se ha celebrado a la llegada de la Primavera, según la fase de la luna, como es sabido. El caso es que, en el poema, naturalmente escrito en Latín, y no en francés, después del "Cedit frigus hiemale;/ redit tempus estivale/ iuventus letatur" ("Cede el frío del invierno/ retorna el tiempo cálido,/la juventud se alegra"), se recoge lo siguiente: "Gens iudea 'crucifige' / clamans, 'tormentis adfige, / per mebra clavos infige' / Adam, Averni de Styge / extractus letatur."  ("El pueblo judío grita / 'crucifícalo, tortúralo / clávale clavos en los miembros de su cuerpo' / Adán, librado de la laguna Estigia del Averno / se alegra"). Escúchenlo, escuchad  todos, amigos, si, como espero, nos deja GOEAR.  ¡Ah...!, se me olvidaba, la versión que ofrezco es la del conjunto "ALIA MVSICA", bajo la dirección de mi querido amigo Miguel Ángel Sánchez. Luis Madrigal.-