viernes, 17 de diciembre de 2010

POR QUÉ EL HOMBRE PERDIÓ EL SENTIDO


Tan sólo hace muy pocos días  -concretamente el pasado día 11 de este mismo mes- publicaba nuestra colega y buena amiga "Pluma Roja", en su excelento Blog, un poema, o tal vez un texto de prosa poética, de los que bien pudiera decirse constituyen una muestra de poesía moral, o filosófica, que ella tituló "El hombre que perdió  el sentido".  El texto, era este:


"Sí, la verdad se pregunta porqué el día de hoy amaneció aturdido, sin voz, perdido. No comprende realmente el significado de los conceptos existenciales.

De repente su vida perdió sentido. Se ha complicado demasiado, al extremo que puededecidir suicidarse. Está encerrado en un mundo cuadrado en dónde la supervivencia es más fuerte que su ser. De ser, de existir.

Cortó con la libertad que da al hombre la certeza de Ser, sobrevive en un mundo de comodidad y consumo, de técnica y frialdad.

El concepto tiempo lo perturba, han pasado ya años, desde que inició su camino hacia la cima de la vida y no logra recorrer ni la mitad; se aturde y sacude la cabeza como un perro cuando lo han bañado. Voltea la vista hacia el inicio, tropieza sus pasos, siente que no llegará. Perdió la perspectiva, la certeza lo convierte silente. No logra expresar nada.

Su contemplación al día de hoy es pobre, se olvidó de la meditación, perdió la profundidad de la observación. ¿Es que el hombre observa solo cuando sufre? ¿Cuando se duele? Observar, sí; porque ver, si ve. Se pierde, se detiene de la pared porque el mareo y la náusea se apoderan de él. Ha perdido su libertad por decisión propia, sabe que carece de existencia y se siente inauténtico.

No hay nada a que aferrarse, su objetividad lo convierte en masa. Hay que vivir y va perdiendo sus sueños ya no se preocupa por alcanzar la meta, piensa en sobrevivir. La sobrevivencia lo absorbe y camina aturdido, taciturno, perdido. No comprende el significado de la vida. Salió a respirar aire por un poco de tiempo, pero quizás no regrese. El viento lo asfixia y la náusea lo consume".


Y, no he podido resistir la tentación, no de replicar, puesto que el poema carece de réplica, pero si responder a la pregunta que nuestra amiga Aída se hace, incluso tras "hurtarle", con la mejor de las intenciones, la propia ilustración con la que precedía su texto poético-moral, que es la misma que ahora yo utilizo en esta entrada. No sé, querida Aída, si podré haber acertado o no, pero esta podría ser la respuesta, que intenta ser también poética:

POR QUÉ EL HOMBRE PERDIÓ EL SENTIDO

Tropieza con las piedras y, un camino
se abre de la nada al infinito...
Un corazón, más duro que el granito,
se cierra sobre sí... Amargo sino.

No acierta a comprender que su destino,
pese al barro que arrastra  -triste hito-
tras el tiempo, reposa en el bendito
seno en que el corazón se hace divino.

Su ceguera le oculta los colores
que el Arco Iris viste tras la lluvia
y, cual peste, vomita los horrores

de atrabiliaria sed, como una gubia,
sin compartir en cambio los dolores
que el odio, al paso, con furor diluvia.


Luis Madrigal



Con todo cariño, a Aída Niederhaitmann Lara ("Pluma Roja"),
que nacio en la Ciudad de Guatemala y tuvo cuatro remolinos
en la cabeza, en respuesta a sus muchas preguntas.