domingo, 21 de mayo de 2017

UN MES PARA LA VIRGEN MARÍA




EL MES DE MAYO


Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de Mayo para honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. La costumbre nació en la antigua Grecia, en que este mes era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma, donde Mayo se dedicaba a Flora, la diosa de la vegetación.

En la Edad Media abundaron costumbres similares, en torno a la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El primer día de Mayo era considerado como el apogeo de la primavera. Durante este período, antes del siglo XII, comienza la tradición del Tricesimum o "La devoción de treinta días a María", si bien estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre, lo que todavía sucece en algunos lugares.

La idea de un mes íntegro dedicado específicamente a María se remonta a la época del barroco, en los siglos XVII y XVIII, costumbre que se extendió, sobre todo durante el siglo XIX, hasta la actualidad.

Las formas en que María es honrada en Mayo son tan variadas como las personas que la honran, bien por mediación del rezo diario del Rosario, bien de muchas otras formas, entre ellas la costumbre de coronar una estatua de la Virgen, que es la única Reina para nosotros. Esta corona suele estar hecha de flores, de las más hermosas posibles a nuestro alcance, como símbolo de la belleza de María. Y esta, a su vez, también hermosa costumbre se conoce como Coronación de Mayo. Pero la más sublime de las maneras de honrar a nuestra Madre del Cielo, sin duda alguna ha de ser la de acompañar, en sus aflicciones, penalidades y angustias, a cada uno de sus hijos, los que caminan por esta tierra que pisamos, cuando se cruzan en nuestro camino.



Luis Madrigal