viernes, 18 de mayo de 2012

PROSA POÉTICA (XVI)





LOS VIEJOS RECUERDOS

Trae hoy sabor el viento de lejanos recuerdos, sin duda inconscientemente almacenados en el archivo de la memoria, sin orden ni distinción. Como si cada uno de ellos fuese el primero que quisiera salir, en una especie de cuello de botella, donde se acumulan, presionando uno sobre otro. Pero hay que distinguir. La mente humana, no sólo contiene ese “archivo de negativos”, en el que consiste la memoria, sino también una poderosa y sutil “cámara fotográfica” que alberga dentro de sí la inteligencia, capaz de discernir tras el paso del tiempo, además de entre el bien y el mal, entre la soledad y la compañía; el miedo y la angustia; la alegría y la diversión; la risa y el llanto; el canto y la canción… No todo es lo mismo. Unas veces, los recuerdos resultan similares, análogos; otras, colaterales o marginales; algunas, justamente lo contrario de lo que se creyó vivir, y sentir, porque la vida siempre va acompañada del sentimiento. No sólo eso, sino que, si vivir es algo, tan sólo es sentimiento, pura y únicamente. Nada es lo suficiente, no reviste suficiente entidad, para acompañar al sentimiento. Por el contrario, el sentimiento acompaña a todas las cosas, a cada una de nuestras vivencias. Y al acudir hoy, no sé por qué, tan precipitada y desordenadamente a mi memoria, tantos y tan señeros recuerdos -sin relación entre sí, sin cronología alguna, como si el tiempo no obedeciese tampoco a la idea de orden-  ni el mismo viento que los trae sabe nada de ellos, ni de lo que yo sentí entonces, mientras discurrían. Yo, sé menos aún. Tan sólo sé que pasaron y ya nunca volverán.


Luis Madrigal

Madrid, 16 de Marzo de 2012
10,56 horas