viernes, 9 de diciembre de 2011

HUELLAS EN EL DESIERTO




SANGRA MI ALMA Y SANGRAN MIS SENTIDOS


Sabiendo sin saber, nada consigo;
el camino que andar nada adelanta,
ni despejo el enigma que me espanta
ni me acerco al oasis que persigo.

A veces, en la arena, veo y sigo
reflejos  de la luz que el sol encanta,
disfrazados de azul, de verde planta,
que sólo de mis sueños son testigo.

Sangran mis pies cansados y parece
que mi pecho no siente sus latidos.
ya no hay sol, ni hay estrellas. Ya oscurece.

Sangra mi alma y sangran mis sentidos.
La noche se hace eterna y... ¡no amanece!
El eco trae de lejos mil gemidos.



Luis Madrigal