domingo, 30 de noviembre de 2008

¡VEN, SEÑOR, NO TARDES...!


Con el Primer Domingo de Adviento, se inicia un nuevo año litúrgico. La expresión adviento -ad ventus- significa venida, llegada y, por consiguiente, también espera, porque toda llegada implica necesariamente una espera. Se espera al que viene, al que llega. Y el que ahora viene, y al que algunos esperamos -desde el Domingo más próximo al 30 de Noviembre y hasta el 24 de Diciembre- es a aquel mismo Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, que quiso hacerse Hombre para solucionar de esta única manera el dilema humano, el porvenir del hombre. El Adviento, dura 4 semanas, y pueden observarse durante ellas, en su liturgia, dos partes bien marcadas: La primera de ellas, desde este Primer Domingo hasta el día 16 de Diciembre, tiene un acentuado carácter escatológico, previendo y contemplando la venida del Señor al final de los tiempos, la Parusía. La Segunda venida, porque Cristo Jesús ya vino al mundo, pero volverá a la tierra, pese a que, quiénes decimos creer en Él, pongamos especial ciudado en echarlo fuera de nosotros mismos. Pero, Él es infinitamente misericordioso y vuelve a nuestro lado, una y otra vez. La segunda parte del Adviento, que se extiende desde el 17 de Diciembre al 24 de Diciembre, la víspera de la Natividad del Señor -la Noche Buena- se considera, o incluso se le llama, la "Semana Santa" de la Navidad, y su fin es el de preparar más expresiva y alegremente la venida de Jesuscristo a la Historia, su inmersión Humana en el tiempo. Esto es para creerlo, desde luego, pero, si se cree, es el acontecimiento más radicalmente absoluto y, al mismo tiempo, la Esperanza más radical y concluyente. Es, en síntesis, el porvenir del hombre, de todo hombre que viene a este mundo. Pero un porvenir dichoso y feliz, pese a cuantas calamidades y tristezas diariamente nos acechan.

Por ello, a partir de hoy y durante cada una de las semanas siguientes, rendimos honor y culto a la "Corona de Adviento", pese a tener este símbolo su origen -como tantas otras costumbres cristianas- en una tradición pagana europea, consistente en prender velas durante el Invierno, para que el fuego del dios sol -ya ausente en esta época del año- regresara con su luz y calor, durante esta fría estación. Los primeros misioneros, aprovecharon esta tradición popular para evangelizar a las gentes. Pero, la Corona no es el único símbolo, sino que, en sí misma, concurren otros muchos: La forma circular, simboliza que el amor de Dios no tiene principio ni fin, como Él mismo. Las ramas verdes, representan al color de la esperanza y de la vida. La cuatro velas, quieren hacer pensar en la oscuridad provocada por el hombre, que nos ciega y aleja de la Verdad, mientras que las tinieblas se disipan con el encendido de cada vela -una cada uno de los cuatro Domingos- del mismo modo que se fueron iluminando los siglos y el universo, con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. El lazo rojo, por último, simboliza, tanto nuestro amor a Dios como el amor de Dios que nos envuelve.

En este momento, Señor, cuando el mundo entero padece tantos males corporales y materiales, el hambre, la enfermedad, la atrocidad de las guerras -tan sólo causadas por la voracidad de los humanos- y el crimen... Cuando los hombres, casi en masa, parecen haberse olvidado de Ti... ven no obstante de nuevo. Ven, Salvador del Mundo, porque tan sólo tu llegada puede corregir todos mis pasados errores; los que yo mismo he cometido, por mi soberbia o por mi vanidad, y que han podido ser en otros la causa de su ceguera o extravío; todo mi egoímo, todas mis flaquezas y falta de fortaleza, todas mis pasiones más oscuras y mi falta del verdadero amor. ¡Ven, ven, Señor... no tardes!. Te espero, te esperamos, porque sólo Tú puedes traer el consuelo a nuestra aflicción y al dolor de nuestro espíritu. Sólo Tú puedes ser el bálsamo, la dulzura, la comprensión, la presencia -íntima y amorosa- y la compañía, para quiénes se ven obligados a soportar la aspereza, la amargura, la intolerancia, la ausencia o la soledad. Te espero, Señor, en mí y, si por desgracia así fuera, especialmente en quiénes siendo tan próximos estén quizá tan alejados. O, tal vez, por extraña paradoja, en quién, aun en la lejanía más distante, vive cada día dentro de mí. ¡Ven, Señor, no tardes... te esperamos! ¡No tardes, Señor! Luis Madrigal.-






BIENVENIDA A ESPAÑA, CLAUDIA



Es cierto que yo no soy precisamente un genio en esto de los Blogs, y por ello he de confesar que si, a duras penas, he logrado construir el que tengo, ello ha sido tan sólo posible merced a la inestimable cooperación de una señora argentina, una gran dama, mi ya buena amiga Doña Claudia Doctorovich Moyne, que fuen quien, en primer lugar, me hizo saber la existencia de estos modernos artilugios informáticos y, después, me enseño "las primeras letras" para poder acceder a ellos y orientó mis primeros pasos. Claudia, es una gran mujer, que lo ha pasado muy mal, ha sufrido mucho cuidando amorosamente de su marido, quien padecía la enfermedad de Alzheimer, hasta su reciente fallecimiento. Y ahora, si no ha variado nada, ayer mismo, 29 de Noviembre, Claudia habrá volado desde su Argentina natal hasta España, para disfrutar de la compañía de uno de sus hijos y de su mujer, que viven en Barcelona. ¡Sí, ya sé que Barcelona -y Cataluña entera, si ustedes quieren- no son España!. Eso dicen algunos catalanes, aunque afortunadamente no todos. Están por completo equivocados, o torpe y perversamente engañados, por quienes en su día se empeñaron en falsificar la Historia, porque Cataluña, toda ella y Barcelona también, sí son España, una parte vital de ella, de "la cosa enorme" a la que aludió en su momento el Honorable President de la Generalitat de Catalunya, señor Jordi Pujol i Solei. Pero estas son cuestiones menores, que desde luego nada tienen que ver con la bella nación argentina, ni con Claudia, a la que yo, desde Madrid, Capital de España, quiero saludar emotivamenete. No pude hacerlo ayer en Barajas -parece estar claro que para ir a Barcleona, hay que pasar por Madrid- debido a los estrictos rigores de control que la plaga del terrorismo internacional ha impuesto a los que rigen la navegación aérea. Nada me hubiese importado acudir al Aeropuerto, aun a la 6 de la mañana, para recibir a Claudia y, asimismo, tener el placer de conocerla personalmente. Pero, insisto, desde aquí, le doy la más cordial bienvenida, pese a encontrarse ahora ya, supongo, en Rubí (Barcelona). Lo hago desde Madrid, con la autoridad y legalidad constitucional pertinentes, que para eso esta Villa y Corte es la Capital del Estado. ¡Bienvenida... a España, Claudia...! Espero que hayas encontrado a tus hijos en perfecto estado de salud espiritual y corporal. Eso, sí, no dejes de hacerle una "torta" a Renata, esa criatura tan dulce, que suele asomarse habitualmente a tu Blog. Por cierto, me ha causado una cierta tristeza contemplar desde anteayer cerrada, o desconectada, tu dirección de Skype, aunque tu gatita, que veo sobre la tapia y bajo el árbol, y los buenos amigos que ahora cuidan de tu casa, se encargarán de que todo vaya bien. Que lo pases muy bien en Barcelona. Es una gran Ciudad, no cabe ninguna duda. Yo, no soy "anticatalán", ni mucho menos, pese a ser español, o precisamente por eso. Por el contrario, soy barcelonista, o "culé", desde los 8 años, porque mi vecino en León -cuando yo era un niño- otro leonés que se llamaba César Rodriguez Álvarez, y jugaba en CF Barcelona, me dijo un verano, mientras me regalaba una camiseta del Barcelona, que yo tenía que ser barcelonista toda mi vida, cosa que prometí. Y, desde entonces no he faltado a mi promesa. Por ello, podría saludarte hoy, ya que estás en Barcelona, con el himno del "Barca" (siento que Blogger no disponga de virgulilla), pero voy a hacerlo con el Himno "nacional" de Cataluña, en la doble versión orquestal y coral y con la dirección del Maestro Antoni Ros Marvá, pese a que algunos catalanes, cuando cantan este bello himno, nos quieran cortar la cabeza con una hoz. A tí, no te harán nada, no te preocupes, pero si alguien te habla en catalán, respóndele en "porteño". Es más bonito, más musical, más suave y cariñoso... Un beso, Claudia. Espero que, si puedes leer mi salutación de bienvenida, no dejes de llamarme, si te es posible. Ya sabes mi teléfono.

Luis Madrigal


Este es el Himno. Ten cuidado con esos ¡bon cop de falc!


   



viernes, 28 de noviembre de 2008

EL ORDEN


El orden, no es, tan sólo, la adecuada colocación o disposición de las cosas. Ya se sabe: Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio. Esto, a lo sumo, no puede ser más que una descripción meramente instrumental, externa, epitelial, de la idea de orden. Y ello, por dos razones que creo radicales. En primer término, se refiere tan sólo a las cosas. Y las cosas, no existen, sino que únicamente “están ahí”. Es el “dasein” de Heidegger. Esta palabra alemana tuvo que ser inventada, porque en esa gran legua no existen, sin embargo, dos verbos, como en castellano, ser y estar, con lo cual el gran filósofo existencialista hubo de inventar su “dasein” (o “estar ahí”), que referido a las cosas equivale a afirmar que éstas no existen, porque existir es “estar en el tiempo para ser. Y en este sentido, el único que existe es el hombre, el ser humano. La cosas, no pueden existir porque, aunque perduren millones y millones de años -con independencia de que puedan destruirse o transformarse, si hemos de dar crédito a Lavoisier, un vulgar químico francés del siglo XVIII- jamás podrán alterar su propia naturaleza de cosas, como un gato no puede dejar de ser gato, para ser perro o caballo, por muchos años que viva. Casi en el mismo sentido, tampoco existe Dios, sin que esta afirmación, que pudiese parecer excesivamente rotunda o radical, pueda contener la menor brizna de ateismo. Dios, ni existe ni puede existir, por que ya es, eternamente, y ni necesita ni puede albergarse en el tiempo, al igual que las cosas, que tampoco están en el tiempo, sino tan sólo “ahí”. Así, pues, sólo existe el hombre, el ser humano, por lo que, en consecuencia, el orden en las cosas, aunque necesario, no puede ser esencial. Y, en segundo lugar, aquella descripción, tampoco puede contener más que una sola -la del orden espacial- de las muy diversas dimensiones o sentidos de la idea de orden, la cual, en su unidad, pueden alcanzar hasta siete más. De tal manera que, al orden espacial, hay que añadir inmediatamente la idea del orden temporal, tan asociado a aquél. El orden temporal, consiste en realizar cada acción en el momento oportuno, para que pueda aportar la conveniencia o utilidad que se persigue. Y, así, es preciso considerar también el orden estático y su antípoda, el dinámico. El orden estático, o de composición, es aquel que dispone las cosas iguales y desiguales para dar a cada una de ellas la entidad y consideración que respectivamente merecen, porque es evidente que, ni las cosas ni las personas, son todas iguales, ni en consecuencia pueden ser ordenadas de la misma forma. Esta dimensión del orden se enuncia en el principio que San Agustín, en su “Civitate Dei”, formuló como “Parium dispariumque rerum sua cuique loca tribuens dispositio”. Su antípoda, el orden dinámico, llamado también teleológico o de finalidad, consiste en la adaptación y disposición de cada cosa a su propio fin. En efecto, no es posible escribir con una escoba ni barrer con una pluma estilográfica. Esto sería, verdadero des-orden, en el sentido apuntado. Y fue otro gran genio de la Filosofía, Santo Tomás de Aquino, quien lo enunció: “Recta ratio rerum ad finem” (II, Physic, 14). Implica la idea de proporción; la conveniente disposición -de entre muchas o varias cosas- de una sola de ellas, a un determinado fin. Se completan las categorías de orden, con las específicas de orden físico, orden moral, orden jurídico y orden social. El orden físico, es el conjunto de relaciones que mantienen todos los seres con sujeción a un principio -ley física- que las determina, ya sea la tan conocida ley de la gravitación universal, de Newton, el principio de Arquímedes o la ley de Gay-Lussac. El orden moral, es el conjunto de relaciones que deben mantener los seres humanos, en sus actos voluntarios y libres, con sujeción a un principio superior -Ley moral natural- determinante de aquéllas. El orden moral, ruega, exhorta, promete el Paraíso, pero, subsiguientemente, por razones practicas, para la propia eficacia en el mantenimiento de la Sociedad, el orden jurídico, ya no ruega ni exhorta, sino que manda y obliga (“Lex dura, sed lex”, la Ley es dura pero es la ley). El orden jurídico es un sistema de normas imperativas que regulan la convivencia de los hombres, bien en sus relaciones entre sí, bien en su relación con otros entes encargados del bienestar general, y con sujeción también a un principio superior -el principio de legalidad- encarnado por la Ley positiva. Y, por último, el orden social, que es el conjunto de relaciones que deben guardar los hombres para lograr la perfecta realización de la Sociedad, de conformidad con los supremos principios de la Justicia, entendida como virtud moral y no tan sólo como potestad jurisdiccional del Estado.


Parece ya ahora más claro que, el orden, no sólo es, o consiste, en aquella descripción inicial, (la “colocación” de las cosas, ya en cajones o armarios, ya en modernos archivadores para CD o DVD), ni tampoco en verse uno obligado a observar forzosamente una determinada conducta porque un “guardia de la porra” nos obligue a ello. El orden, como se habrá podido ver, con independencia de sus categorías específicas, en su concepción unitaria, resultante de la mezcla de todas ellas, es mucho más. Muchísimo más. Está impreso en el universo entero y en el alma humana.
El orden, no necesita ser explicado, lo que requiere explicación es el des-orden, causado tan sólo por el libre albedrío humano. Así, pues, el orden preside todos los fenómenos naturales, las estaciones del año; el curso de los planetas, de sus órbitas o derivaciones periódicas, regulares o irregulares, más o menos exactas. Y está presente también en el cultivo, desarrollo y recolección de los frutos de la tierra. En consecuencia, el orden es el objeto de la Ciencia: De la Metafísica, cuando se refiere a todas las cosas objetivamente consideradas, e independientemente del hombre; de la Lógica, cuando se trata de ordenar los conceptos que alumbra la razón humana; y de la Moral, si se trata de las acciones voluntarias y libres dirigidas a un fin. Pero, además de la Ciencia, el orden es también la base esencial de la Sociedad. La Sociedad es el único medio y modo posible de supervivencia humana y, necesariamente, es en sí misma un orden, porque donde hay multitud o mera pluralidad, sin orden, no puede haber más que confusión o caos. Y es malo, muy malo, el des-orden físico, pero es mucho peor, lo es intrínsecamente, el des-orden moral, porque el orden moral en ningún caso puede dejar de existir, siendo el ser humano una substancia racional, cuando existe un orden físico para la materia y para los seres irracionales. Nada menos que Cicerón, dice en “De Officiis” que es de hombres ligeros afirmar que no hay arte para las cosas grandes, cuando de él no carecen ni las más pequeñas. Con ello, el gran pensador romano afirma la evidencia de una inteligencia ordenadora y creadora de la infinita grandeza del universo, precisamente porque el hombre juzga imprescindible la existencia de una causa originaria del orden. Y el fundamento próximo del orden, es la verdad, porque el orden mismo es la verdad y, en consecuencia, su fundamento remoto es Dios, fuente originaria de toda Verdad. Actualmente, son muchas y muy variadas las clases y causas de des-orden y, por ello, prefiero no mencionar ninguna de ellas. Quizá en otra ocasión. Luis Madrigal.-

No obstante, aparte la asquerosa pintada que hoy ensombrece esta entrada -todas las pintadas en las paredes son asquerosas, pero algunas mucho más que otras- no puedo resistir la tentación de aportar otras dos excelentes y repugnantes muestras de des-orden, en este caso de des-orden "musical". Aquí las tienen, las tenéis todos, seguidamente. ¡Que Dios les perdone!






jueves, 27 de noviembre de 2008

LA REINA DEL URUGUAY


Yo sé que no son pocas las personas, en España y en Europa -no digamos en América- que conocen la razón de que la República Oriental del Uruguay se denomine así, como nación y como Estado. Pero, algunas otras, quizá no lo sepan. Este "pequeño" Estado, el más pequeño de America del Sur, de tan sólo unos 185.000 kms.2, se llama "oriental" por encontrarse situado al Oriente -porque todo "oriente" tiene su "occidente"- y ese occidente es el del Río Uruguay, del que precisamente toma su nombre. Esto es, primero el Río y después, la Nación y el Estado uruguayos. Pero este Río, es un río triplemente internacional, porque nace en la Sierra Geral, en territorio de Brasil, por lo cual "cronológicamente", primero es brasileño y se extiende después, por sí mismo, esto es, sin computar la longitud general del sistema hidrológico Paraná-Paranaíba del que forma parte (3.940 kms. y 14 del mundo), a través de sus 1.770 kms. de longitud (47 del mundo), por la margen derecha, en territorio de la Republica Argentina, haciendo frontera entre ésta y el propio territorio uruguayo, hasta formar el gran estuario el Río de la Plata, el "Mar Dulce" de Juan Díaz de Solís, en 1516. En realidad, será cuatro años más tarde, en 1520, al desembarcar allí Magallanes, cuando comenzará a llamarse "de la plata" porque los adornos que portaban los indigenas, hechos de este noble metal, parecían denunciar su notable existencia en la región. A todo eso, contribuyó el Río Uruguay. Y por eso, la Argentina se llama así -Argentina- sustituyendo la nueva denominación, desde 1810, seis años antes de su independencia, a la primitiva de "Provincias Unidas del Río de la Plata". El Río Uruguay, pues, más que uruguayo, y también más que brasileño, es uno de los ríos argentinos, por naturaleza y por esencia. Enfrentado geográficamente al otro gran río argentino, el Paraná, ambos forman la Mesopotamia argentina ("meso", medio o intermedio; "potamos", río) y la Provincia de Entre Ríos, cuya capital es Paraná .Tierra mucho más hermosa, fecunda y llena de esplendor que la primígena Mesopotamia, situada entre los Ríos Tigris y Eufrates, donde se dice estuvo situado el Paraíso Terrenal.

Verdaderamente, todo esto a mí, poco me importa, aún importándome mucho. Lo que me parece más conmovedor, más significativo y, por supuesto, mucho más romántico, es subrayar que el Río Uruguay, es un río misterioso, bucólico y mágico; forjador de sueños y encantos, desde cuyos bancales de arena puede divisarse y contemplarse la luna en las noches más embriagadoras del plenilunio, cargadas de ensueños y melodías de amor. Y, como casi todos los ríos así de románticos y sensibles, el Uruguay ha de tener una "Reina", como la tenían aquellas Ondinas, o Hadas de los Lagos, o las Nereidas, todas las cuales amaban el agua, como elemento más puro y noble, bien en los remansos, bien en las cortinas de las cascadas. Pero, la "Reina" del Río Uruguay, en la Mesopotamia argentina, nada puede tener que ver con ninguna de aquellas
Nixies, las más antiguas Hadas de los Ríos, y oriundas de Inglaterra; ni con las Fenntten germánicas, ni mucho menos con aquella malvada Glaislip de Noruega, bella mujer, con torso humano, pero con el resto del cuerpo en forma de diabólica cabra... Ni aún con la dulce y amable Stromkarl, el "Hada de la Música", que habita en las pequeñas cascadas y era famosa por sus once tonadas para danzar... No, la Reina del Uruguay, es benévola, dulce, paciente, amorosa, a veces triste y nostálgica, pero siempre pura y sincera. Ella, se extasía temblorosamente ante las aguas de su Río, que a veces re-descubre, tras el tiempo, también misterioso e infinito. Y tantas veces, sobre todo en las noches de luna, se la puede ver prendida del cielo, sobre las aguas del Río del que absorve la vida y la canción. No es facil verla, tan sólo podemos hacerlo algunos privilegiados, porque, como todas las diosas, se oculta cuidadosa y púdicamente, fundiéndose con el mismo cielo, para mejor reflejarse en las aguas del gran Río. Pero, con su previo y expreso consentimiento, en la fotografía de arriba, la que preside la entrada de este humilde Blog, si ustedes se fijan paciente y detenidamente, si os fijais todos bien, puede vislumbrase su imágen, sutil y misteriosa, sobre el propio sentir poético, que ella siempre desperdiga, y tras una bellísima flor, que por allí llaman gervera. La Reina del Río Uruguay, naturalmente, también tiene nombre... Se llama Alicia. Luis Madrigal.-




miércoles, 26 de noviembre de 2008

ESPAÑA, GANA LA COPA DAVIS



Efectivamente, pese a la ausencia de Rafael Nadal, España ha ganado por tercera vez, la Copa Davis, máximo trofeo y galardón del Tenis mundial. Esto es, el Campeonato del Mundo de Tenis. Pero, ha ganado este trofeo -no es un pero obstativo ni incapacitante- lo han gando los tenistas españoles frente a nuestros hermanos argentinos. Y esto, me duelo un poco. Yo, soy español y, naturalmente, me alegra el triunfo de España, pero también me entristece que Argentina no haya podido ganar la "Ensaladera". Mis sentimientos, casi hubieran sido los mismos, si el resultado hubiese sido al trevés. Lo hubiese sentido por España, y por mis compatriotas tenistas, pero también me hubiese alegrado mucho por el triunfo de nuestros hemanos del otro lado del Mar. Y es que hay cosas, y entre ellas lo que la Argentina ha significado siempre para España, y lo que para mí significa, que no se pueden olvidar. Estoy convencido de que los excelentes tenistas argentinos algún día ganarán para el mundo hispánico ese preciado Trofeo y de esta forma, si ahora tenemos tres, después sumaremos cuatro. Todo queda en Casa. Un fuerte abrazo al público de Mar del Plata, que con tanta corrección y cariño, acogió a los nuestros. Sin duda porque, en el fondo, sabían que también eran "los suyos". Luis Madrigal.-


lunes, 24 de noviembre de 2008

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE...



El rojo de la sangre y el verde de la esperanza, son los dos colores de Navidad, ya próxima un año más. La Navidad es eterna, y por ello siempre es la misma. El rojo, a veces, sobre todo cuando acude a las puestas de sol, puede ser un color que invita a la soledad, o propicia que ésta nos invada. Hoy mismo, 24 de Noviembre del año en curso, he podido saber que la soledad "cruje", aunque no sé si ayer Domingo también crujía. Sí sé, pese a ello, que he de olvidarme del "ayer". Y me olvido. Incluso, puedo y quiero olvidarme también del "mañana", al menos a corto plazo. Pero, en todo caso, crujiese o no ayer, cruja hoy o pueda crujir mañana, yo prefiero decir que la soledad "nihiliza", hace nada a las personas, e incluso, algo peor, "cosifica", las hace cosas. Sin embargo, puede resultar también muy esperanzador si ese rojo color deja en el ensangrentado horizonte del ocaso, cuando el sol se oculta, junto a un nombre -eso siempre es imprescindible- y una colmena, un hondo sentimiento que "inunda de calma, de flores y de miel". Entonces, asoma también la esperanza en ese mismo horizonte. Sin embargo, de un modo más lineal y directo, como ya he dicho, el color más propio de la esperanza es el verde. Y la Esperanza, es todo lo que podemos tener, además del dolor (porque, en este caso, es "lo último que se pierde") o de la dicha, que siempre, siempre, quiere alcanzar la cota máxima del amor. De toda clase de amor, entre los muchos amores humanamente posibles. Fundamentalmente del más puro de todos, que es el de tener permanentemente presente al otro cuando le asalta la soledad. Lo es porque, de este modo, ya no está solo, si siente y percibe la compañía de quien está lejos, pero al mismo tiempo tan cerca como lo están las gotas de rocio que se deslizan sobre los petalos de una rosa. Y por eso, hoy ha venido a mí -después de haber contemplado una bellísima puesta de sol- un breve poema de esperanza:


VERDE, VERDE... SÓLO VERDE

Verdes valles, verdes prados,
huertos y olivares verdes...
Verdes hojas, verdes tallos
que, del ocre, nacen verdes...
Verdes mañanas de Mayo,

que al invierno reverdecen.
Verde juventud lejana,
que ha muchos años fue verde,
tocada de azul y oro y... de rojo, pero verde.
Verdes veredas de Octubre,
entre zarzales aún verdes,
cuando el sol de oro salpica
en calma las blancas sienes.
Verde esperanza perdida,
verde esperanza que viene...
Verde... como el Camposanto,

que guardan cipreses verdes.


Luis MADRIGAL


viernes, 21 de noviembre de 2008

A CÓRDOBA...


¡Oh excelso muro, oh torres coronadas

De honor, de majestad, de gallardía!

¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,

De arenas nobles, ya que no doradas!


Oh fértil llano, oh sierras levantadas,

Que privilegia el cielo y dora el día!

¡Oh siempre glorïosa patria mía,

Tanto por plumas cuanto por espadas!


Si entre aquellas rüinas y despojos

Que enriquece Genil y Dauro baña

Tu memoria no fue alimento mío,


Nunca merezcan mis ausentes ojos

Ver tu muro, tus torres y tu río,

Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España


Luis de Góngora y Argote

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

Federico García Lorca


No hay más palabras. Todas ellas, sobran. Quizá, tan sólo un poco de música. Luis Madrigal.-




jueves, 20 de noviembre de 2008

MÚSICA TAURINA (5) Tercio de Quites


Si yo, alguna vez, hubiese aprendido a bailar -cosa que siempre me pareció por completo extraña a mí mismo- hoy me hubiese gustado bailar un pasodoble, un pasodoble taurino, ya que me parece mucho más díficil -y creo que por desgracia para mí imposible- bailar un tango. Hay muchos pasodobles bonitos y emocionantes, algunos hasta estremecedores. Pero de entre todos los posibles, y tengo ya muchos, hoy elegiría este que ofrezco a continuación. "Tercio de Quites". Lo interpreta la Banda de Música del Cristo del Amor. Luis Madrigal.-

Para que nadie pueda decir que sólamente los españoles somos "unos bárbaros" sin civilizar, arriba, la Plaza de Toros de "Les Arenes" de Nimes, en la France culta y civiliada. Aquí abajo tienen y tenéis todos el "Tercio de Quites". ¿Alguien quiere enseñarme a bailar el pasodoble, ya que no puedo bailar el tango?




miércoles, 19 de noviembre de 2008

PERDÓN


PERDÓNAME, SEÑOR…


Perdóname, Señor, si tu Camino

ayer extravié por mi locura,

no dejes que el deleite, en amargura

pueda trocarse nunca en mi destino.


Siempre de tu pisada peregrino,

seguiré caminando hacia la Altura

y de tu rostro herido, la hermosura

quiero que brille en mí, sin desatino.


Clamo tu compasión a gritos, lloro

-y la suya también, si les he herido-

acoge, pues, mi llanto... Te lo imploro.


Mira, Señor, mi pecho dolorido

y olvídate también si, con desdoro,

ayer fui yo la causa del olvido.


Madrid, 19 de Noviembre de 2008


Luis MADRIGAL


martes, 18 de noviembre de 2008

EL DÍA QUE ME QUIERAS


Sentimiento viviente, con acento
de la Pampa, que vino una mañana
y que, al caer la tarde, en mi ventana,
dejó caer, con una rosa, el viento.

¿Cómo el alma podrá encontrar cimiento
de construcción vital y soberana
si, entre silencio y soledad cercana,
con tanta fuerza llama el sentimiento?

¿Habrá que improvisar leve almadía

para alcanzar el mar, en torrentera,
antes de que la noche siga al día?

¿Sosegar los latidos de la fiera
-simulación que la razón dormía-
o hacer de la razón pura quimera?
Madrid, 18 de Noviembre de 2008

Luis MADRIGAL



lunes, 17 de noviembre de 2008

GEOGRAFÍA Y PRESENCIA


Las dos coordenadas de Einstein, son, como bien se sabe, el tiempo y el espacio. Ellas dieron lugar a la teoría de la relatividad, o mejor dicho, de las dos relatividades, y a la unidad "espacio-tiempo". Todo ello, ciertamente, es un misterio, por encima de su formulación matemática y física, que eso algunos sí que lo comprenden. Es un misterio en lo que, pese a la Matemática y la Física, es incomprensible. Conocí a un Ingeniero Aeronaútico que, no podía explicarse cómo podían elevarse los aviones. Sólo sabía que, efectivamente, se levantaban de la tierra para emprender vuelos largos, a veces trasoceánicos, o a través de las rutas polares, para conectar lugares antípodas o sumamente distantes entre sí. Pienso yo ahora que, sin necesidad de ello, de la aviación ultrasónica, eso mismo puede hacerlo ya el ser humano ahora -siempre ha podido- por mediación del pensamiento y, cuando el cerebro humano sea explorado y "puesto en explotación" hasta sus últimos límites, podrá hacerlo el propio pensante. Podrá hacerlo por sí solo, y por si mismo, no merced al posible incremento de la velocidad de crucero de los aviones u otras portentosas máquinas, porque, si así tuviera que ser, sencillamente no podría ser. Se desintegraría la materia de la que está fabricado nuestro cuerpo. Habrá de ser por bi-locación. Esto es, porque gracias a eso, al simple pensamiento humano, convertido en ultrapotencia espiritual, podremos estar, no ya sólo en segundos, en Madrid o en Nueva York, sino simultáneamente, esto es, al mismo tiempo, en uno y otro lugares. Cuando eso, suceda, si yo ando por aquí, elegiré el poder estar aquí -es decir, allí- en León (España), y al mismo tiempo en Córdoba (Argentina), y viceversa, si es que no decido quedarme en aquel hermoso país para siempre, pese a lo que quiero al mío propio. Pero, de momento, parece que eso no es posible y he de doblegarme a la esclavitud del tiempo presente, tan poco desarrollado, más o menos, como cuando nuestros antepasados se decidieron a bajar de los árboles. Pero de lo que sí ya gozo es de otra maravillosa posibilidad. Tan sólo filosófica, si se quiere, pero al mismo tiempo también estrictamente humana y sentimental. La geografía, ciertamente, no es la presencia. Me lo ha ensañado muy recientemente alguien. No es igual que yo pudiese estar ahora mismo, física, corporalmente, en Córdoba (Argentina), a que pueda hacerme presente allí. Ciertamente, no es lo mismo. Pero, para esto último, tan sólo necesito que alguien me acoja en su pensamiento y, eso sí, también me lo haga saber, lo cual hoy en día sí que es muy fácil, merced a este medio impagable de Internet. Con ello, puede bastarme para vivir tan intensamente como en espíritu puede hacerse. Y el espíritu tiene también, no sólo sus emociones, sino auténticas percepciones sensibles, no de un modo semejante al de las sensuales, pero si quizá de un modo más definitivamente humano, creador de la historia personal y artífice de la gloria de cada ser. También del verdadero amor. Y, en consecuencia, no puede ser más afortunado quien se halle en uno u otro lugar con su propio cuerpo -caduco y mortal- que quien pueda hacerse presente en la más absoluta y corporal ausencia. Por ello, hoy no cambiaría yo la geografía por la presencia, porque me emociona pensar que alguien me quiere de verdad al otro lado del inmenso Mar. Mucho más intensamente y, por tanto, mucho más verdaderamente. Por ello, entono con la misma emoción el canto de júbilo por excelencia, el que inspiró a Haendel, quizá, la misma percepción del espíritu. Luis Madrigal.-

Oínganlo, oídlo todos. Es sumamente hermoso.


martes, 11 de noviembre de 2008

HOY ES SAN MARTÍN DE TOURS



La fecha de hoy, 11 de Noviembre, me recuerda dos cosas, ambas de mi primera infancia y juventud. Una, es la lectura de aquella novela de Rafael Sabatini, el escritor italo-británico, cuyo título es "El veranillo de San Martín", no tan famosa como "Scaramouche", "El halcón del mar" o "El Cisne Negro", pero que a mí me gustó tanto en su día. La otra, es la matanza del cerdo. Ya se sabe que "a todo cerdo, le llega su San Martín". Y hoy es San Martín. Pero, como serían muchos los "cerdos" a tener en cuenta -si no para matarlos, que eso es pecado grave, si al menos para darlos una buena patada en el culo y enviarlos a su puñetera casa- voy a pasar por alto lo de los cochinos, que desde luego nada tienen que ver con San Martín, si no es en lo concerniente a la época más adecuada para el sacrificio porcino. Por pura chiripa. Casualmente, coincide con la de la exaltación a los altares de este gran santo y, por lo tanto, tiene mucho más que ver con "los otros" que con él. Tampoco nació en Tours (Francia), ni mucho menos, sino en Sabaria (Panonia), hoy Szombathely, en Hungría. Así, pues, no era francés, sino "panonio", y hoy hubiera sido húngaro. Martín, cuyo apellido de origen, que yo sepa, no se conoce, fue educado en Italia, concretamente en Pavía y, a los 15 años de edad, ingresó en la Guardia Imperial romana, en la que sirvió, primero en la misma Italia y más tarde en la Galia. Aunque no parece más que una leyenda, su hecho cristiano más famoso y conocido es el de que, encontrándose en Amiens, vió junto a la puerta de la ciudad a un mendigo tiritando de frío. Sin vacilar lo más mínimo, Martín rasgó su capa, con su propia espada, y dió la mitad al mendigo. No le dió la otra mitad, no para reservarla a sí mismo, como solemos hacer todos, y eso cuando damos algo, que generalmente es pocas veces, sino porque esa otra mitad no le pertenecía a él, sino al Ejército romano al que servía. Eso es caridad, sin faltar por ello a la justicia. Ya intuía yo, desde hace bastante tiempo, que, recíprocamenete, ni la caridad excluye la justicia, ni la justicia la caridad. San Martín, por la razón ya dicha, es un excelente ejemplo de ello. El caso es que, en la noche siguiente al hecho de tan útil y provechosa dádiva para aquel mendigo, que se moría de frío (lo mismo que sucede aquí en Madrid en las más crudas noches de invierno, en las que tantos mendigos se refugian en las Estaciones del Metro), se le apareció a Martín el mismo Cristo, vestido con la media capa que había dado al mendigo, para agradecerle su buena obra. Martín, solicita entonces dejar el Ejército, solicitud que no le es otorgada por el Emperador hasta pasado cierto tiempo. Es entonces, tras dejar la vida militar, cuando se bautiza y se une a los discípulos de otro gran santo, San Hilario de Poitiers, que sí era francés, por haber nacido en dicha ciudad, y además Doctor de la Iglesia. San Martín, es "de Tours", porque, en el año 370 fue nombrado Obispo de esta ciudad. Que él nos enseñe a dar algo, lo que sea más necesario a quien más pueda necesitarlo... Ah!, y muy feliz "San Martín", a todos los cerdos que andan por ahí sueltos, en "la política" y fuera de ella. Si volasen, se nublaría el sol. Luis Madrigal.-

Arriba, cuadro que representa a San Marín de Tours (Greco) y, más abajo, su icono ortodoxo. Lamento no disponer de la Cantata "Martinus", que la figura de San Martín de Tours inspiró a Luis de Pablo. En compensación, publico la Primera Parte de la Cantata núm. 56 de Johann Sebastian Bach.


lunes, 10 de noviembre de 2008

MÚSICA TAURINA (4) Nerva



NERVA, no sólo es el nombre de un famoso pasodoble, sino el de una localidad española, en la histórica Provincia de Huelva. Nerva, se encuentra situada a una altitud de 332 metros sobre el nivel del mar y a 75 km. de Huelva. Sus coordenadas geográficas son las de 37º 41´N, 6º 32´O. Su nombre no siempre ha sido este, el de "Nerva", sino que antes, hasta 1985, se llamó Aldea de Río Tinto, dada la gran proximidad a esta localidad minera, en la cuenca del río del mismo nombre, el Río Tinto, una de las más antiguas del mundo, con la excepción de algunas otras de Chipre (II-III milenio aJC), de extraordinaria riqueza matalífera. El passoble de referencia, no es por ello, un pasodoble propiamente taurino, o más bien, dedicado a ningún torero en particular, sino a esta pequeña localidad (5.991 habitantes, en el año 2007), con una superficie de 55 Km2 y una densidad de 107,9 hab./km2. En ella nació, cuando todavía se llamaba "Aldea de Río Tinto", el gran pintor Daniel Vázquez Díaz, autor de numerosos retratos de toreros y otros cuadros de tema taurino; Medalla de Oro de la Internacional de París, en 1925; Profesor de Pintura Mural en la Escuela Superior de Bellas Artes, con anterioridad a la guerra civil española, cuando tuvo de alumno a Salvador Dalí y, posteriormenete, Académico electo de la Real de Bellas Artes de San Fernando. Pero, lógicamente, el maestro Vázquez Díaz, que era un genial pintor taurino, no cumpuso el pasadoble dedicado a Nerva. Este bello pasodoble, que evidentemente se habrá interpretado tantas veces en una Plaza de Toros, fue compuesto por el músico nacido en la misma Nerva, Maestro Don Manuel Rojas Tirado, nervense de pura cepa, porque nació en la Calle de Guzmán el Bueno nº 10, de dicha localidad. Sus padres se llamaron Luis e Isabel, y ellos descubrieron pronto las aptitudes musicales de su hijo. Diplomado en el Conservatorio de Sevilla y Profesor de Solfeo y piano, el Maestro Rojas es autor de numerosas canciones, zarzuelas, suites, valses, zambras y pasodobles, entre ellos este que hoy tengo el honor de taer a este humilde Blog. Luis Madrigal.-

Arriba, el escudo heráldico municipal de Nerva. Más abajo, el fresco tiulado "El Monasterio de la Rábida", del pintor José María Macías. Por último, bajo este pie, el famoso y bello pasodoble que lleva por título el nombre de la localidad onubense.


NUEVE BELLAS ACUARELAS DE NEMESIO RUBIO