martes, 4 de junio de 2013

SIEMPRE ES IGUAL



ETERNAMENTE INMUTABLES

Por fin, huye ya el frío. Se irá hacia el Polo Norte, donde habita junto a blancos bloques de hielo. Tal vez  -¡Dios lo quiera!-  deba regresar en el verano, para aliviar el sofocante calor. Así es la vida. Viene y va. Progresa y regresa. Avanza y retrocede. Una y otra vez se repite e imita a sí misma, sin advertir que quienes hemos de vivirla carecemos de memoria vital, o ésta se hace tan borrosa que siempre nos engaña. De este modo, también siempre nos sorprende, casi sin avisar. Se presenta a nuestra vista, a nuestros sentidos corporales, como si nunca hubiese sido ella así, del modo que encontramos sorprendentemente nuevo y extraño. Como si nunca hubiese tenido la misma consistencia, la misma estampa que divisamos, que oímos, que sufrimos en nuestra carne y a veces en nuestro espíritu. Sin embargo, aunque nos parezca distinta, siempre es la misma, siempre es igual. Somos nosotros mismos, quienes pretendiendo ser distintos y variables, somos eternamente inmutables… Y desde siempre condenados a tener que vivirla.

Luis Madrigal