martes, 3 de diciembre de 2013

EL INVIERNO LLEGÓ




SIN HALLAR EL ALIENTO DE UN LATIDO


El Invierno llegó… Yo le esperaba
desde tantos inviernos como han sido.
No llegó desde el Mar  -hoy florecido-
lo que no pude amar y tanto amaba.

Tendido sobre el hielo, me encontraba
sin hallar el aliento de un latido,
ni calor que abrigase el pecho herido
y sólo débilmente sollozaba:

¿Acaso, como un soplo, ya la vida
pasó en lento venir que nunca llega…?
¿Tal vez, el dulce llanto de la herida

que un día me cegó y aún me ciega,
como el grano de trigo halló su ida
camino del molino, tras la siega?


Luis Madrigal