domingo, 10 de julio de 2011

MIS TRES ÚLTIMOS SONETOS DE AMOR



I


NO ME DARÁS YA NUNCA EL DULCE AMOR


No miraré tus flores, ni sus mantos
cuando, abiertas de amor, al cielo miren.
No las veré, ni aunque por mí suspiren,
ni podré  -al caer la tarde-  oír sus cantos.

Nunca tendré en mis brazos tus encantos,
ni mis ojos tus labios cuando ríen.
De tus rosales, rosas que sonríen,
se irán volando al cielo, ya sin llantos.

Allí estaré, esperándote muy quieto
sin que jamás tú llegues a mi vera,
para darme el aliento… Y aunque muerto,

viva estará mi alma, en vana espera,
ni habré tenido en mí ya el fruto incierto
del dulce amor… Se fue la Primavera.




Luis Madrigal






II


UNA VEZ MÁS, ADIÓS


Una vez más, adiós… Eran certeras
cuantas veces te dije me dolía
tanto mi amor… Tanto, que no podía
esperar, más y más. Horas enteras.

No es posible saltar tantas barreras,
ni vivir sin morir, larga agonía,
si de calor tu alma está vacía
y levanta a mi amor tantas fronteras.

No se apagó aün el mío. Ni la llama,
que ardiendo sigue, aunque ya aquél fuego
a tu pecho no llega, ni lo inflama.

El tiempo se acabó. Terminó el juego,
antes que el río arrastre cruel el drama.
No puedo ser mendigo. Sólo ciego.



Luis Madrigal



 


III


YA NO ME OIRÁS…


Si tú no estás, no puedo ser… Ni el canto
susurra el viento en mi alma tu latido.
Ni puedo recordar que te he querido,
mucho más que me quiero… Y más. Y tanto,

que ya no puedo más… Y ya mi llanto
siente pena de mí… De no haber sido
el sueño de tus ojos, aun dormido;
la espera que se mece sin quebranto.

Mas, ya no volveré a doler mi duelo,
aunque la noche cubra mis despojos…
Ni tú me oirás… Nunca mi desconsuelo

podrás sentir, aunque mi ser, de hinojos,
caiga sin ya esperar. Y bajo el cielo,
sean, al ponerse el sol, un mar mis ojos.



Luis Madrigal