martes, 10 de noviembre de 2009

TRILOGÍA PARA UNA DESPEDIDA (Los últimos poemas de Alphonso Carbajal)







I

SOMBRA QUE SE HACE ESPERA

Yo sé muy bien que estás en Primavera
y los rosales trepan tu ventana...
Y sé también que una rosa temprana
presta su olor a aquélla fiel gerbera.

Las flores, siempre encuentran la manera
de brillar a la luz que, soberana,
alumbra su color cada mañana,
lo mismo que mi sombra se hace espera.

Se apagó la canción y tu mirada...
Si triste sonreía, ahora se ha ido.
¿Dónde estará? Mi alma atormentada

sufre el vacío pleno, aun perdido,
como una barquichuela en tierra anclada,
y no deja de amar lo que no ha sido.



II

SÓLO ESPERO LA NOCHE

Ya nada espero -ni busco- y dejo al tiempo
huir vacío al limbo de las horas,
donde la nada se funde con la nostalgia y la tristeza.
Siento el frío que baja de las cumbres
y se desposa con el silencio,
que grita dentro de mí y oscurece mi vida.
¡Quisiera volar...! Poder cruzar el Mar y, en un segundo,
estar -sin ser- donde habita la esencia y brilla la palabra.
¿Cómo será? ¡Si ya mis alas, sin nervio y abatidas,
no pueden soportar el peso de mi alma,
que convulsa se agita dentro de mí...!
Estoy aquí. Sólo... estoy solo. Nada busco, ni pido.
Nada espero.
Solamente la noche, cuando entre las nubes
alguno de sus rayos de luz descansa sobre los hierros
de mi ventana.



III

ADIÓS... SIN EL CORAZÓN

Si la vida en espera es ya la nada
y al corazón inunda el sentimiento;
si, cuando ya no hay nada, el sufrimiento
deja el pecho vacío y, ni una almohada

puede absorber el llanto, atormentada
gime el alma, que no encuentra cimiento,
ni calma, ni sosiego... Ni un momento
se libra del vacío, ensimismada.

¡Terminó la canción...! Ya nunca el canto
tornará en melodía mi suspiro.
Sólo -frío- el adiós tendió su manto.

Nada veo a mi paso, y lo que miro
veo sin ver... Haber querido tanto
ha agotado mi aliento... No respiro.



Alphonso Carbajal