lunes, 11 de octubre de 2010

AQUELLA ROSA QUE VOLÓ




YO, ESTOY AQUÍ


Voló al cielo, como una mariposa
y me dejó en la tierra sin consuelo...
Desde entonces camino por el suelo
como arrastra sus pétalos la rosa.

No veré ya en sus ojos luz hermosa,
entre clara sonrisa, como el vuelo
que a la alegría inspira siempre el cielo,
como el misterio oculto tras la losa.

No encuentro el paso firme en el camino,
ni puedo suspirar, sin que un latido
dentro de mí, ahogue mi destino.

No puedo ya vivir, sin haber sido
y no acierto a saber cuál es mi sino...
Sólo mi pecho de dolor transido.



Luis Madrigal