jueves, 7 de agosto de 2014

SI UNA PALOMA VUELA



HA LLEGADO LA PAZ

Risa que en pecho ayer dolido
y en paz ahora a la alegría entrega
el verde ramo del sagrado olivo,
es signo de esperanza. Y verdadero
presagio de la paz, en paz dormido,
que el estruendo del bronce no despierta.
Ni el fuego roe el alma, aunque la abrase,
ni el agua ahoga nunca, al desbordarse,
ni el canto del arado
en sus acordes cesa.
Busca la vista allá, tras la enramada,
de una espadaña al cielo la silueta.
Incesante oración late en la mente
que alberga voluntad de inercia quieta.
Cesa el osco clamor del pulso tenso.
Un nuevo chorro baña las arterias.
Ha llegado la paz. El ser que vive
muerto no quiere ya ver las estrellas.


Luis Madrigal