martes, 28 de mayo de 2019

UN TIBURÓN MORIBUNDO


EL GRAN TIBURÓN BLANCO




Los tiburones, en general, son esas bestias marinas, maravillosos nadadores entre dos aguas, y en todas las aguas, especialmente en las revueltas, que se deslizan  por los oceános tan silenciosamente como para que ningún otro ser viviente pueda sospechar, ni advertir aún desde muy lejos, sus aviesas intenciones. De entre todos ellos, especie sumamente peligrosa y desgarradoramente mortífera es el tiburón blanco. Se le llama también gran tiburón blanco, tanto por su tamaño y peso, como por el color, pese a que éste sólo es blanco en su parte ventral, mientras que la dorsal es gris o azulada.  Este patrón, común en muchos animales acuáticos, sirve para confundirse con la luz solar (en caso de mirarse desde abajo) o con las oscuras aguas marinas (en caso de hacerlo desde arriba), constituyendo un camuflaje tan simple como efectivo. Se le llama también, a veces, jaquetón blanco, pero sin duda el nombre que mejor puede identificarle es el de marrajo.

En 1758 Carlos Linneo dio al tiburón blanco su primer nombre científico, Squalus carcharias. Andrew Smith, en 1833, le llamó genéricamente Carcharodo, y en 1873 el nombre genérico fue identificado con el nombre específico de Linnaeus y el nombre científico actual, Carcharodon carcharias. Carcharodon viene de las palabras griegas καρχαρίας karcharías, que significa "agudo" o "dentado", y οδους, odous, que significa "diente".

Los tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran robustez, en contraste con las formas aplastadas que suelen lucir otros tiburones. El morro es cónico, corto y grueso. La boca, muy grande y redondeada, tiene forma de arco, como suele llamarse también a las porterías de fútbol. Permanece siempre entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra en ella y sale continuamente por las branquias. Durante el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la cabeza se deforma pues la mandíbula se proyecta, y se cierran luego con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula humana (12-24 toneladas).

En este momento, se considera que el tiburón blanco más grande del mundo, se llama Deep Blue, de unos 50 años, con unos seis metros de longitud y 2,5 toneladas, que fue visto por vez primera en California y ahora, últimamente, vive en Hawai, uno de los paisajes submarinos más fascinantes del mundo. Su fauna marina es muy rica y por ello son muchas las personas que acuden cada año para contemplarlo. Es el caso de los submarinistas Mark Mohler y George T. Probst, que junto a la fotógrafa Kimberly Jeffries, trataban de fotografiar el fondo del mar, cuando se encontraron con la bestia. Sin embargo, pese a lo observado, los citados submarinistas, en unión de algunos biólogos marinos, han propuesto que esta peligrosa especie se denomine científicamente Carchadoron florens, o bien Florentinus cracharias.

Sin embargo, hacen también notar tales científicos, que afortunadamente parece ser que esta ambiciosa especie se encuentra ya en extinción, tal vez porque, pese a su perverso instinto y su cruenta voracidad, lleva ya más de una década sin poder comer nada. Y, cuando ha mordido con todo el poder de sus macabras fauces parece ser se le ha indigestado la presa, hasta el punto, no de devolverla al mar, puesto que estos escualos jamás devuelven nada a nadie, sino más bien convulsionado todo su enorme cuerpo, y entre los estruendosos gritos de las olas enfurecidas, algunos dicen que prácticamente está ya muerto. Otros, aún conservan la vana esperanza de que navegue al pairo, arrastrado por las corrientes rumbo a alguna playa solitaria y aburrida.

Luis Madrigal


https://youtu.be/lIMokbMWz9o