jueves, 2 de junio de 2011

CINCO SONETOS A AQUEL VIENTO TAN SUAVE (III)




III


PERO SERÉ HASTA EL FIN


Sólo estela  de humo que no vuelve
y se dispara lenta entre una nube…
Con ella se confunde mientras sube
y, en espiral, el cielo ve y envuelve.

Así seré, sin ti… Nada resuelve
que muchos días se vayan… Pocos tuve
para adorar tu rostro de querube,
mas lo veré otra vez, aunque se enselve

el llano campo verde - tu cobijo-
y, muertos ya los cuerpos que tuvimos,
entre polvo por fin, ruin amasijo,

nunca podrán saber si nos quisimos…
Tan sólo, vuelta el alma a su entresijo,
recordar con calor que un día vivimos.



Luis Madrigal