jueves, 12 de junio de 2008

TE QUIERO, MÉJICO LINDO

Necesito olvidarme, por un momento, de todas las miserias que azotan a mi propio país, para reclinar la cabeza sobre el pecho de otros países queridos y hermanos. De todos los que constituyen nuestra querida América española -sin perjuicio de todos los demás a los que también quiero entrañablemente- hay dos naciones que, desde siempre, han inspirado en mí un cariño especial. Una, es la Argentina, de lo que ya he dejado constancia varias veces en este Blog. La otra, es Méjico, México lindo… Él fue, y siempre será, la “Nueva España”, la plataforma desde la que aquellos viejos españoles, emprendieron otras muchas empresas panamericanas. Las actitudes de sus respectivos Gobiernos, fueron bien distintas, en los días de mi infancia, que es la etapa de la vida en la que se forman todos los afectos, y también los desafectos. La Argentina, nos ayudó económica y moralmente, mientras Méjico -su Gobierno- se olvidó de nosotros, aunque más bien de quien se olvidó, o a quien repudió fue a otro Gobierno, del que se mostró distante y radicalmente contrario. Por ello, ni existieron relaciones diplomáticas. Sin embargo, en nada pudo afectar esta posición -ni a mí tampoco- a ambos pueblos, cuyas interrelaciones personales siempre fueron, no sólo amistosas, sino llenas del mayor cariño. Yo tuve un tío carnal, hermano de mi madre, mi tío Teodoro Tascón, que siendo muy joven se fue a Méjico, donde transcurrió prácticamente toda su vida, hasta que regresó a España para pasar los últimos años. Desde allí, me envió una vez mil pesetas y un billetero de cuero repujado con el reloj de los aztecas. Y, como yo, cuántos otros españoles, sobre todo en Asturias y en el norte de mi provincia de León, contaron con seres queridos que se habían ido a Méjico. Allí, al fin y al cabo, fue recogido y amparado el Gobierno de España en el exilio, lo que, sin contradicción alguna, también motiva mi más profunda gratitud, porque aquellos que se fueron también eran españoles. Allí, hay otra Ciudad homónima y hermana de la mía propia, León de Méjico, cuyo obsequio fraternal de un león esculpido en bronce, actualmente se encuentra emplazado en mi ciudad natal. Pienso con frecuencia en este querido León mejicano y envío desde aquí a todos los mejicanos leoneses y en general a todos los mejicanos, un abrazo lleno de cariño. Para celebrarlo, voy a incluir también en esta entrada dos vídeos, con la voz en ambos de un madrileño universal, nacido en la Calle Ibiza, de la Capital de España, y también muy mejicano, por haber vivido en Méjico y contraído especiales vínculos de cariño con la gran nación azteca: Plácido Domingo. En uno de ellos, interpreta dos rancheras. En el otro, el clásico y muy querido para mí, que lo tarareaba en los días de mi niñez, “Ay, Jalisco, no te rajes”. No te rajes, Jalisco, no te rajes Méjico lindo y querido. Luis Madrigal.-




HE SALIDO DE MI CUEVA... PERO ME VUELVO A ELLA


Acabo de salir de la cueva del exilio en mi propio país, que me administré voluntariamente -autoexilio forzoso- tras los últimos resultados electorales legislativos, e incluso cuatro años antes, desde aquel fatídico y cruel día que, maniáticamente como tantos otros, se ha llamado 11-M, -¿quizá también premeditado, alevoso y cobarde?- en el que 192 españoles perdieron su vida, para que el partido de los peores, el de los últimos de la clase, el de los fracasados e inútiles llenos de odio atávico a los “aristoi”, a las buenas maneras, a la eficacia y al orden, pudiera “ganar” las elecciones del año 2004. Eso, en el mejor o más piadoso de los casos. Porque lo cierto es que, aparte de la interrupción violenta e ilegal de la llamada jornada de reflexión, aquel vuelco electoral tan automática y repentinamente surgido, no pudo producirse por “arte de magia”, ni por el miserablemente urdido asunto del “Prestige”, ni tan siquiera por la estúpida fotografía que el señor Aznar, sin duda por pura vanidad personal, se hizo en las Azores. Aquel cambio tan brusco y radicalmente contrario en la intención de voto, detectada por todas las encuestas, incluso las de ese canallesco periódico de cuyo nombre prefiero olvidarme, obedeció, más que probablemente, a la pretendida pero falsa autoría intelectual del sangriento atentado, atribuido a los árabes, según el comunicado de un tal “Abud nosecuantos”, leído por las emisoras de radio una hora antes de la apertura de los colegios electorales. Había sido la política bélica del señor Aznar, la causante de tantas víctimas, no la banda criminal ETA, con la cual pactó en Perpiñán ese siniestro personaje que dice ser catalán, cuando es aragonés -para deshonra y vergüenza de los aragoneses- y para que no matasen a los catalanes. Y por eso, esa masa informe y deforme, que es el electorado español, quizá temeroso en su mayoría de que también les matasen a ellos, cambió tan bruscamente su voto. Algunos, no lo creímos desde el primer momento. Y así seguimos, sin creernos aquella manipulada versión. Todo aquello que no se puede probar, no se puede decir, y yo no digo nada, absolutamente nada. Pero se pueden pensar muchas cosas. El pensamiento, no es que sea libre, es que es irrefrenable e imposible de reprimir. Y por eso, nadie puede ser condenado por lo que piensa, debido a que sólo la conducta humana, voluntaria y libre, puede ser objeto de condena, cuando no se ajusta a lo lícito y a la verdad. Pero, la verdad está muy en entredicho en algunos casos. Y este de las bombas que estallaron aquel día, es uno de ellos. ¿Quién ha sido?, gritaban los manifestantes convocados al efecto. Pues bien, ¿quién fue? ¿Por qué murieron aquellos 192 seres humanos? Y sobre todo, ¿para qué murieron?. Y hay una conclusión que no puede ser objeto de duda, porque lo cierto e indubitado es que, a los pocos días, un partido político que llevaba camino de estar en la oposición otros cuarenta años, por lo menos, con un líder discutido en su propio seno, o más bien totalmente desconocido y “habilitado” a última hora para resolver zancadillas y puñaladas internas, con cara de idiota y palabra y hechos en rigurosa conexión con su cara, se hizo con el poder. ¿Por accidente? Eso se decía benevolentemente en relación con el individuo que terminó presidiendo el Gobierno de España. ¡Qué vergüenza, ideologías aparte, e incluso dejando también al margen aquellos cruentos hechos!. En sí mismo. Es repugnante, repugna a las inteligencias más comunes y repugna a los sentidos corporales, que en un país que se llama España, con todas sus miserias, pero también lleno de glorias, de figuras históricas y de hombres dotados de verdadero talento, incluso en la esfera de la política, pueda presidir el Gobierno semejante personaje, intelectualmente tan menesteroso y paupérrimo. España, no ha podido jamás llegar a menos ni caer más bajo. Lo de menos, lo que resulta anecdótico es que este sujeto haya podido alcanzar tal lugar. Es inverosímil, ni aunque él o cualquier otro lo hubiesen soñado alguna vez, pero me atrevo a asegurar que, metafísicamente, jamás pudo haberlo soñado nadie. Sería como si yo soñase ahora mismo que algún día puedo ser Emperador del Japón, sin ser japonés, ni de familia de viejos samuráis, ni tan siquiera amarillo…

Es repugnante y es anecdótico, al mismo tiempo, pero también es peligroso, sumamente peligroso. Lo es, en primer lugar, quizá más que para nadie, para los que votaron a los peores, pensando que tan sólo por ello serían sus protectores. Ya es bien sabido y, al mismo tiempo, bien falso: Este partido, es el de los trabajadores, el defensor de los humildes… ¡Mentira! Estos últimos, los humildes, los económicamente débiles, seremos los primeros en pagar las consecuencias de las dos últimas atrocidades electorales. Pero, al final terminará pagándolo España entera. Estos individuos pueden llevar a España a la catástrofe más absoluta jamás vivida, no sólo en el orden político, sino también económicamente. Pueden arruinarnos a todos, por su torpeza -si es que antes no volvemos a matarnos- por su falta de inteligencia e incapacidad de gobierno.

Los primeros síntomas, las primeras muestras reales, acaban de apuntar ya en estos últimos días, con la huelga salvaje de transportistas. Comenzamos a estar ya como nuestros hermanos argentinos, a cuya penosa situación me he referido yo mismo en este Blog en fechas pasadas. Ya se habla también en España de desabastecimiento. Y no sólo de eso, sino también de carestía creciente de la vida, de escalada sin freno de los precios de productos básicos. Ah… ya, toda Europa está sufriendo una crisis económica, con causa más allá del Océano, en los Estados Unidos… ¡Mentira también! Alemania ya ha salido, o comienza a salir de esa crisis y, en los demás países europeos la situación no es la misma. Cuando estos sujetos llegaron al poder, la Caja, estaba llena… No sé cómo se encontrará ahora, pero me temo que haya experimentado un fuerte bajón… ¿Volverá a estar “en quiebra” la Seguridad Social, como lo estaba prácticamente en 1996? ¿Servirá de algo que el señor Aznar, que tantos errores cometió, sobre todo en su segundo mandato, pero al que también es preciso agradecer muchas cosas positivas y prácticas, hubiese garantizado “por ley”, la percepción de las pensiones? La ley, ahí está, pero si se vacía la Caja, no hay ley que valga.

Acabo de salir de la cueva… Una cueva muy oscura, consistente en no ver bajo ningún motivo la TV, dar un rodeo si alguien se acerca con un periódico o huir despavorido si en mi presencia se inicia una conversación sobre política. Quizá es una cueva propia de “avestruz”. Pero, vivo tranquilo. Ayer sin embargo, no pude evitar la llamada telefónica de alguien a quien siempre debo escuchar. Y… me encuentro con esto de la huelga, el desabastecimiento y la ya insufrible carestía de la vida para tantas personas de humilde condición económica… Ayer, el diario El Mundo, publicaba dos editoriales, que mi interlocutor telefónico me hizo observar. El primero de ellos, bajo el título “Escalada delictiva ante un Gobierno sin autoridad”, informaba a los lectores de la huelga de transportistas, con piquetes armados para la “guerrilla urbana”, amparados por el paraguas de impunidad que les había brindado el Gobierno y que habían ocasionado ya la muerte de una persona y múltiples actos de violencia, tanto en las ciudades como, sobre todo, en las carreteras. El otro editorial, se encontraba aún más en relación causa-efecto con lo que he expuesto más arriba. Su título era este: “Una manipulación del 11-M, a juicio”. En él se refería el editorialista al hecho consumado de que la Audiencia de Madrid acababa de desbaratar las argucias del Gobierno para evitar que determinados jefes de la Policía Científica se sentaran en el banquillo para responder de determinados delitos de falsedad y encubrimiento, en relación con aquellos sucesos sangrientos. No ha sido ETA, dijo ya desde el primer momento uno de los canallas más destacados de HB. ¿Cómo podía saberlo? Saberlo podía, desde luego, puesto que HB y ETA son la misma cosa. Pero, si la banda criminal no había sido, lo que desacreditaba la política del Partido Popular y reforzaba la de los que ahora gobiernan, es porque habían sido otros. ¿Y quiénes iban a ser? ¡Los árabes, el terrorismo islámico, indignado por la política belicista de apoyo a los Estados Unidos del señor Aznar!. Y eso, hundiría al Partido Popular en las elecciones inmediatas y, en consecuencia favorecería a los independentistas periféricos, a quien estos sujetos han mimado con toda clase de prebendas para romper España en pedazos. A eso, puede añadirse también unas gotas de Masonería y de servicios de inteligencia de países “amigos”, la venta de cuyos productos había caído en picado en los Estados Unidos, que hasta enviaron representantes a la manifestación pro-víctimas, todo ello unido a los garrafales errores del propio señor Aznar. Lo de menos son los detalles acerca de los fraudes y manipulaciones, sobre el caso del acido bórico y otros (como la inmensa chapuza de hacer desaparecer con typex nombres de personas), que ahora declara El Mundo ha desbaratado la Audiencia de Madrid. Lo esencial, como también subraya dicho periódico, es que se muestra evidente que “la Policía Científica estaba empeñada en cegar cualquier vía que condujera a una posible implicación de ETA en el 11-M”. Pero, cualquiera sabe lo que ahora, a estas alturas, podrá decidir la Justicia.

Al salir de mi cueva, me he encontrado también, por pura casualidad y a fuer de escuchar con reiteración por la calle la estrambótica palabra “miembra”, de otro asunto “abracadabrante”. Me dicen que una mujer de 31 años, a la que este señor tan indocumentado e inútil ha nombrado “ministra” de un nuevo Ministerio cuyo contenido y nombre, si no no fuera tan lamentable, sería como para morirse de risa -el invento se llama “Ministerio de la Igualdad” (¡¿pero serán imbéciles del todo?!), ha dicho literalmente: “Miembros y miembras… de no sé qué”… ¡Pobre España! Luis Madrigal.-