martes, 21 de diciembre de 2010

EL VILLANCICO ES DE IBERO-AMÉRICA (VI)



Si nos emprestara oy Dios (G. Fernandes)
Oaxaca (Méjico)




En la imagen de arriba, el Convento de Santo Domingo de Guzmán
en la Ciudad de Oaxaca, la ciudad de Benito Juárez





 

Entrada (instrumental (A. de Ávila)
San Juan Ixcoy (Guatemala)





En la imagen precedente, uno de los paisajes mágicos del norte de Huehuetenango, el Departamento de Guatemala, limítrofe con Méjico, en el que se halla San Juan de Ixcoy. Existen dos leyendas, ambas muy bellas, acerca del origen de este nombre, situado en un paraje que los guatemaltecos llaman, y deben tener razón, “el paraíso escondido”. La primera de estas leyendas, cuenta que un ladino que llegó hasta allí, encontró a un anciano llamado Xhunik (Juan) efectuando un acto de espiritualidad maya al pie de una mata de vijaw (planta para envolver tamalitos). Hasta entonces el nombre del lugar era el de Yich K`ox,  que en castellano significa, precisamente, “en el asiento de un vijaw”. Como el ladino fuese incapaz de pronunciar esta expresión maya (Yich K`ox), bautizó al lugar, que hoy es un Municipio, con el nombre de San Juan Ixcoy, en honor al nombre del anciano y al de la planta. La otra versión, no difiere demasiado. El nombre de la persona es el mismo, pero el lugar al que llega es Santa Cruz de Barillas, y al no ser aceptado por los españoles que habitaban allí, fue perseguido hasta llegar al poblado de Yich K´ox , donde se estableció, dándole el nombre de San Juan Ixcoi. Un abrazo a todos los hermanos guatemaltecos.





Xicochi xicochi conetzintle (G. Fernandes)
 (Oaxaca, Méjico)




En la imagen, signo simbólico de Ocho Venado (Iya Nacuaa Teyusi Ñaña), cacique mixteco del siglo XI, señor de Tutepec. Su historia militar es conocida merced a los Códices mixtecos precolombinos, que sobrevivieron a la barbarie de la destrucción colonial. Ocho Venado “Garra de Jaguar”, vivió 52 años, encontrando la muerte en el sacrificio, en 1515. Desde luego, él no cantó nunca Villancicos, aunque probablemente lo habría hecho, de haber podido conocer en Oaxaca a Gaspar Fernandes.



Seguiré publicando nuestros Villancos, queridos amigos iberoamericanos. Luis Madrigal .-