viernes, 11 de mayo de 2012

UN TERCER SONETO AL AMOR




YA NADA TENGO


Noche tras noche, ayer, hoy día tras día,
suspiraba de amor mi pecho herido.
Oía una canción sin melodía
que ya se fue de mí, sin un suspiro.

Veo flores al pasar… Ya no las miro,
ni siento aquel perfume que sentía.
Colores que admiraba, ya no admiro
y sin dolor se apaga el alma mía.

Las lágrimas vertidas, como un río,
al Mar se fueron todas, ya mantengo
sólo secos mis ojos, y vacío

el cauce en que fluyó… Y de allí vengo.
Soy un valle sin luz, triste y sombrío.
Nada hay dentro de mí… Ya nada tengo.



Luis Madrigal