miércoles, 27 de abril de 2011

TRES SONETOS A LA MISERIA HUMANA (I)




Bendita sea por siempre la lluvia
que arruinó las procesiones de Semana Santa


 

I


A LAS RECIENTES LLUVIAS DE ABRIL


Cae la lluvia de Abril, como si fuera
un río desbordado, que del cielo
a la tierra reseca, su consuelo
trae con urgencia, antes de que se muera.

¡No ha de morirse, no…! Yo bien quisiera
luciese luego el sol con tanto anhelo
que, en pleno Julio ya, sin tan gris velo,
nazca el grano que morirá en la era.

El fruto que, a los más débiles seres
de la tierra, sus cuerpos alimenta,
librados de avarientos mercaderes.

Si, con amor, sin fuerza violenta,
unos pocos declinan los placeres
y coma así una multitud hambrienta.


Luis Madrigal