sábado, 29 de diciembre de 2012

AL ASOMARSE LA LUNA



BREVE TRILOGÍA DE UN LLANTO


I

No llores sin saberte,
fuente del agua,
que quisiera en mis ojos
ver tu mirada.


II

No llores... Que mañana
nacerá el día
y el rosal un capullo
te traerá al alba.


III

Y si lloras de noche,
sueña que el llanto,
si ha salido la luna
verás en lo Alto.



Luis Madrigal


 

viernes, 28 de diciembre de 2012

¿CÓMO NO...? ¡¡FELIZ NAVIDAD!!


No pretendo, ni mucho menos, ser mejor que nadie. O tal vez, soy mucho peor. Pero lo que sí es cierto es que, creo que como ya había dicho, estoy harto de oír decir a demasiada gente como no debería consecuentemente hacerlo, decir a los otros, "Feliz Navidad!. Este año, especialmente harto. Tal vez por ello, acabo de darme cuenta de que no he felicitado la Navidad en este humilde Blog. Pero no por ello, sin duda alguna, debo abstenerme de desearlo a todo el mundo. Según me parece, con la mayor sinceridad y deseo de consecuencia. Los hechos, ya serían otra cosa. Y por ello, no puedo menos que desear a todos los posibles lectores o visitantes, una Feliz Navidad. Lo hago, como un humilde pastor, o al menos con la vocación de serlo, casi como aquellos de Belén, que fueron los más humildes pero los primeros. Lo hago a todos también, a los católicos y a los no católicos; a los cristianos y a los no cristianos; a los creyentes y a los no creyentes, porque Dios ha nacido para todos los hombres de buena voluntad, e incluso, me permito decir, que hasta para los de no tan buena. Pero, muy en especial, si lo hubiera, de entre los que puedan acceder a este sitio, a los más pobres, a los que precisamente en Noche Buena hayan nacido o vayan a nacer, a lo largo del próximo año, también en un pesebre. A los más desdichados, a todos a quienes haya visitado el dolor o la adversidad o la injusticia. Pero ellos también deben alegrarse, porque tan sólo hace muy pocos días, en Belén de Judá, la Ciudad de David, a todos y para todos, ha nacido el Salvador del mundo, Cristo Jesús. Y, si allí nació hace ahora dos mil doce años, el Niño Dios, también hoy Dios llora en Belén y en todas las partes del mundo. ¡Feliz Navidad, a pesar de todo, por que al fin terminará todo lo que ahora es imperfecto, hasta consumarse la perfección absoluta y eterna!

Feliz Navidad con la imagen postrera con la que Cáritas Nacional de España, en la Diócesis de Madrid, ha felicitado a todos los madrileños que quieran integrarse en su compromiso solidario con los más humildes y que más sufren. La que precede a esta entrada es la del cuadro del universal pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, como corresponde al humilde pastor que yo pretendo ser.

Y tambien con dos sonetos y con el cántico navideño más universal: "¡Adeste, fideles!"


I

TE ESPERARÉ, SEÑOR

 Sólo eres Niño y yaces ya en el suelo,
tendido y entre pajas tiritando
para que yo por Ti pueda  -triunfando-
de la Muerte librarme y vuele al cielo.

Otra vez, de lo alto, tu consuelo
baja a la tierra oscura, suplicando
al hombre que, entre sombras caminando
se olvida del amor, que es el anhelo

de tu Amor… Lo único que eres,
que por amor tan sólo fui creado.
A la vida llamado, porque quieres

que viva ya por siempre enamorado,
hasta que un día claro Tú me esperes
entre luces, en un cielo estrellado.



II

Si Dios estuviese patente,
el hombre no podría ser libre 
(Immanuel Kant)
 DE RODILLAS EN BELÉN

 Si Dios hubiera sido sin saberle
y no supiera yo que en Él he sido,
a mi día y mi noche, siempre herido,
hubiese suspirado por tenerle.

Ayer, dudó la sombra si he de haberle
y mi zarpa, al herir, alzó un gemido.
Hoy, despierta la luz en mí el latido
que arranca de mi pecho ansia de verle.

Aunque siempre borroso esté en mi mente,
del Alto Techo baja enamorado.
¡No hace falta, Señor, que estés patente!

Sólo basta que cante ilusionado
si en Belén, esta Noche, estás latente
y está mi corazón arrodillado.


Luis Madrigal




jueves, 27 de diciembre de 2012

OLVIDÓ AQUEL DULCE SON



ASOMADO A UN BARRANCO


Destila el humo olor, la flor aroma.
Sudor, el caminante en el estío,
como el hielo al cuajar despide frío.
En Primavera, el árbol su flor toma

y deja ver sus hojas, tras la loma
que se alza en el recodo junto al río.
Como el hombre se apega al desvarío
y a un barranco sin luz su ser asoma.

No quiere ya escuchar el dulce canto
que ayer trajo a su oído la mañana.
Quiere ocultar en lodo hoy su llanto

y no recuerda ya aquella nana
que una madre cantaba sin espanto
cuando a la luz abría la ventana.


Luis Madrigal




miércoles, 26 de diciembre de 2012

CAMBIÓ EN AZUL EL GRIS



AL MIRAR DESCUBRÍ EL CIELO

Caminaba yo ayer por una calle

y al mirar a un balcón descubrí el cielo.

Era un cielo muy gris.

Mas, a lo lejos, quise ver otro hoy

que, entre arboledas verdes,

bañaba un río azul y, su suspiro,

reflejaba con fe sobre las aguas…

Los bancales de dorada arena,

el sol a pleno día hendía a su paso

y de noche la luna iluminaba.

Era allí ya Verano,

aunque a mí, hiriente el frío,

azotara al pasar mi rostro helado.

¡Nunca te apagues…!  -clamé a aquel sol-

que un cielo gris y frío

puede habitar sombrío en mis entrañas.

¡No deje de brillar tu rayo puro…!

-supliqué a la luna-  cuando ya la noche

quiera oscura tender sombras a mi alma.



Luis Madrigal

domingo, 23 de diciembre de 2012

MIENTRAS VOY ESCRIBIENDO




PENSAMIENTOS A LA DERIVA, EN NAVIDAD


Está inmaculadamente blanco el papel sobre el que me dispongo a estampar una serie de signos alfabéticos, es decir, de ese conjunto finito y ordenado de símbolos gráficos que, al unirse, integran monemas, o fragmentos mínimos capaces de expresar algún significado, para que, a su vez, éstos constituyan lexemas, cuando no son dependientes de otro u otros. Se me ocurre sobre la marcha que pienso en hacer tal cosa, no como quien hace garabatos, sobre ese mismo papel, o excelentes bocetos, dotados ya de sensibilidad y arte plástico. También he sido y aún soy dibujante, y hasta pintor, aunque bastante malo, pero tampoco es esa la razón por la que ahora no voy a dibujar ni a pintar. Lo que en este momento pretendo, es que esos signos alfabéticos, que terminarán siendo monemas, lexemas, y aún mucho más, sintagmas, conjuntos de morfemas organizados funcionalmente respecto a un núcleo (sea de uno u otro de los distintos grupos, adjetivales, nominales, preposicionales o verbales) y ya constituya una oración, una simple proposición o, en definitiva, un texto, puedan expresar o reflejar una idea y hasta un conjunto de ideas, un pensamiento. Lo que yo pienso, o lo que yo siento.

Ello sucederá si aquellos signos que me propongo trazar sobre el papel, llegan a adquirir legibilidad, o posibilidad de ser leídos, si otras personas desean pasar su vista por lo que yo he grafiado al emplear esos signos o símbolos, para que aquéllas puedan comprender e interpretar su contenido semántico, la significación de los caracteres empleados por mi parte sobre ese papel y, en consecuencia, comprender, bien para aceptar y compartir, bien para rechazar o rebatir, el pensamiento o el sentimiento que yo he expresado. Lo primero que me propongo, pues, es escribir, para que otros puedan leer, o por si desean hacerlo. Esto segundo, ya no depende de mí, pero sí lo requiere el que yo utilice tales signos con rigurosa precisión para que, quién en su caso los interprete, pueda entender exactamente lo que yo quiero decir, y no otra cosa distinta por muy parecida que pudiera ser. El binomio escritura-lectura, suscita infinidad de cuestiones, pero eso no es todo. Aún hay bastante más. Mucho más


Resulta que, además de poder ser leídos, mentalmente, para lo que basta pasar la vista sobre el papel en el que yo he escrito esos mismos signos alfabéticos, que constituyen e integran morfemas, lexemas y unidades sintácticas en su conjunto, además de todo eso, aquellos signos, susceptibles de expresar con exactitud y precisión pensamientos o sentimientos, pueden ser pronunciados oralmente, mediante la emisión de sonidos. Es decir, poseen un valor fónico-fonológico, de tal manera que si alguien ya no puede ver, o no puede hacerlo con claridad, otra persona pueda transmitirle esas ideas mediante su propia voz. Y, ¡oh prodigio, antes habría de desplazarse físicamente, para poder hacerlo vis a vis, cara a cara, o bien a través del teléfono, pero en este momento, puede utilizar Skype o Messenger, añadiendo al sonido la imagen! Esto último, casi parece causar la impresión de que la tecnología puede obrar “milagros”, pero tampoco es esto último lo más importante. No es más importante, creo yo, que lo anteriormente dicho, en cuanto a todos los mecanismos humanos que intervienen en la operación inter-relacional escribir-leer, en sí misma considerada. No señor, no lo es, aunque con toda certeza pueda obedecer a la misma suprema causa.

Dicen que Don Benito Pérez Galdós, se sentaba en su mesa habitual (y yo he tenido el gran honor de poder sentarme también en esa misma mesa), en el Café-Cervecería que antiguamente se llamó “La Cruz Blanca”, en la esquina de la Calle Goya con la de Alcalá, en Madrid, y comenzaba a escribir  -por supuesto siempre una novela-  sin saber cual sería el tema ni el argumento que iba a desarrollar. Eso ya se vería, según los derroteros por los que su libre y portentosa imaginación le fuera llevando. Yo, pobre de mí, no soy precisamente Pérez Galdós, pero tampoco sabía acerca de qué podría escribir hoy, cuando tracé sobre el papel aquellos primeros signos alfabéticos. Estoy tan cansado de oír expresiones y frases vacías, que por un momento temí lo peor. Pensé que yo también podría incurrir en ese tópico tan pagano de desear a los demás “Feliz Navidad”. Sin embargo, fueron precisamente aquellos signos, en principio casi sin contenido alguno, los que me condujeron a este texto que, quizá alguien haya podido leer ya. No exactamente ahora, en este momento en el que escribo (eso ya sería “cosa de brujas”), pero sí una vez se publique en este humilde Blog.

Sin embargo, ahora, me detengo un instante y, al reflexionar sobre lo por mí mismo ya escrito, al mero impulso de la deducción lógica, siento una especie de mareo, o de vértigo existencial, que no me atrevo a calificar ni tan siquiera a nominar. ¡Qué maravilla, el cerebro humano! Cualquier cerebro, el de cualquier hombre, incluido el mío, que evidentemente no es nada especial, porque, de serlo, no estaría yo en este momento, como los colegiales en las felices horas del “recreo”  -es decir pasándomelo muy bien-  sino en algún lugar importante, haciendo cosas igualmente importantes. Me consuela saber que cosas importantes, de verdad, no hay casi ninguna, pero me consuela, mucho menos que me complace experimentar, al pensarlo, la capacidad de esa maravillosa máquina que es el cerebro humano. Esa masa encefálica, ha sido capaz, a lo largo del tiempo, de albergar el pensamiento, para transformarlo paulatinamente en sonido, y representar después éste mediante signos gráficos, dentro de ese armonioso y lógico código que es el alfabeto, o abecedario, y convertir todo ello en el lenguaje. No sé de donde puede haberle venido a la raza humana tales maravillosas capacidades. Desde luego, pienso firmemente que de la evolución, no. También los elefantes  -por proponer una de las especies que se dice más inteligentes-  han evolucionado, como lo han hecho todas las demás especies, pero ninguna ha conseguido hablar o leer, sino tan solo barritar, ladrar o gruñir  -aunque esto, lamentablemente, también lo hagan muchos humanos-  ni mucho menos escribir. ¡Oh, el gran misterio del hombre…! Determina la Ciencia que la especie humana evolucionó, desde su origen en el mar, donde era algo así, en lo que atañe a sus características fisiológicas, como un pez o un saurio, mucho antes de los procesos de hominización y humanización, es decir, millones de años antes de haberse subido a los árboles, como el primate que entonces era, para bajarse después de ellos y comenzar a caminar erecto. Mucho antes, pues, de “Lucy”, que parece ser era una Australopithecus afarensis, y de lo que de ella descendió. Y muy posiblemente esto es verdad, pero aquel “extraño” ser inicial, en el origen de la vida, debía sin duda albergar dentro de sí alguna potencia esencialmente especial que, entre todos los demás millones de especies, o centenares de miles, es igual, le permitiera alcanzar lo que ningún otro ser ha conseguido: Pensar, hablar y escribir, creando para ello, desde la nada, el maravilloso código del lenguaje, que actúa como un sistema perfecto de comunicación e interacción humana. Merced a ello, y solo por ello, pudo transformar el medio físico de la Naturaleza; estructurar la organización de su convivencia; crear instituciones y mecanismos de orden y, tras descubrir el fuego e inventar la rueda, alumbrar y desarrollar la complejísima maquinaria que, en la actualidad, constituye la Ciencia y la Tecnología… Al llegar a este punto de mi reflexión, después de haber trazado sobre un papel aquellos signos a los que me refería (los mismos que vosotros, queridos amigos, ahora estáis observando, analizando e interpretando), una luminosa idea vino con fuerza y nitidez a mi pobre mente: ¿No será, todo esto  -simplificando la cuestión, ciertamente, pero también reduciéndola a la luz más refulgente- un efecto clamoroso de esa substancia o principio sin causa, de ese eterno ser increado que llamamos Dios?


Yo, muy humildemente, desde luego llegó a esta conclusión, más bien hierofánica, sin ninguna ecuación ni experiencia microscópica ni telescópica. ¡Pobre de mí…! ¿Cómo podría yo llegar a semejante conclusión por tal camino? Soy consciente de mi total ignorancia al respecto, y ya ni tan siquiera recuerdo los rudimentarios conocimientos adquiridos por mi parte, en el Bachillerato, acerca del teorema de Pitágoras sobre los triángulos; o del de Euler sobre los poliedros, o su teoría acerca del número "e"; del álgebra, la trigonometría y el cálculo infinitesimal. Nunca los entendí además demasiado bien, sino por el contrario de forma muy borrosa e imprecisa, y por ello mi inclinación natural se orientó hacia la palabra, los morfemas, lexemas y sintagmas; los silogismos, la Filosofía y la Historia, en lugar de tender hacia el número y, tras él, a la Física cuántica o la Neurobiología. Ciertamente soy un total ignorante de lo tan poco que conoce la Ciencia. ¿Pero acaso los científicos saben más que yo de Dios, aparte los que lo niegan tan arbitrariamente como yo lo afirmo y creo en Él? Tengo la impresión de que, de Dios, todos sabemos lo mismo. Ninguno, sabemos nada, porque de la nada no puede saber nada la Ciencia. Incluso, respecto del antagónico binomio “evolucionismo-creacionismo”, tan de moda hoy, nadie puede pronunciarse indefectiblemente, porque una cosa es el creacionismo “científico”  -que en modo alguno puede ser tal, no puede ser científico, al pretender utilizar la Ciencia para explicar a Dios-  y otra muy distinta la creencia en la creación divina de la Naturaleza, del cosmos geobotánico y del hombre. La evolución  -que parece un hecho innegable-  acontece dentro de la creación, pero no por ello el materialismo puede excluir al Creador. Como tampoco puede la Fe, ampararse lo más mínimo en la herejía del literalismo, en esa obsesión infantil de tratar de explicar la Palabra en su expresión literal, cuando indudablemente es simbólica, porque ni Dios creó el mundo en seis días, ni Adán y Eva son más que un puro símbolo.

Quizá por eso, porque ahora estamos en Navidad, esta misma mañana, cuando me disponía a escribir, sin saber de qué, he derivado hacia esta inmensa sensación  -demoledora por otra parte de cuanto pagano me rodea en estos días-  de que, aun siendo tan poco lo que relativamente puedo hacer, sin duda es infinitamente mucho. O, más bien, todo si, como clamaba San Pablo, yo también proclamo con energía: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”. Y eso, que hoy, tan sólo es un Niño. ¡Bendito seas siempre, Señor… Te doy las gracias por haberme creado a tu imagen y semejanza! Sé que nunca te olvidas de los que sufren, pero te recuerdo a los que, por unas causas u otras, tan cerca o incluso tan dentro se encuentran del dolor, en estos días de general alegría. Tú, los consolarás. Ah… se me olvidaba: Aunque casi nadie te felicite, ni te invite a la mesa en tu fiesta de cumpleaños,ni tampoco yo sea mejor que nadie... ¡Feliz Cumpleaños, Señor!


Luis Madrigal








sábado, 22 de diciembre de 2012

EN ESPAÑA YA ES INVIERNO



DESDE AYER


Dado que, pese a la inmensa sabiduría de los mayas, plasmada en el Códice de Dresde, no se ha producido el fin del mundo, el INVIERNO de 2012-2013 en el Hemisferio Norte, y por tanto en la Península Ibérica, comenzó precisamente ayer Viernes 21 de Diciembre a las 12h 12m hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional de España (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento). Esta estación, la más corta del año desde hace algunos siglos, durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2013 con el comienzo de la primavera.
Desde el punto de vista astronómico los cielos del invierno de 2012-2013 estarán dominados por la presencia de Marte y Júpiter tras la puesta de Sol. Júpiter estará especialmente brillante durante diciembre, debido a su reciente oposición (momento de menor distancia a la Tierra) el día 3 de diciembre. Los cielos antes del amanecer permitirán observar Venus y Saturno durante prácticamente toda la estación. Por otra parte, no habrá ningún eclipse de Sol o de Luna durante el invierno. Aunque difí­cil de predecir, la actividad magnética solar durante el invierno será probablemente alta, dada la proximidad del máximo solar previsto para mayo de 2013.

Definición astronómica de las estaciones

El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más austral. El día que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Sur (-23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia, y por eso, a esta circunstancia se la llama también solsticio (Sol quieto) de invierno. En este instante en el hemisferio sur se inicia el verano.
El día del solsticio de invierno corresponde al de menor duración del año. Alrededor de esta fecha se encuentran el día en que el Sol sale más tarde y aquél en que se pone más pronto. Un hecho circunstancial no relacionado con el inicio de las estaciones se da también en esta época: el día del perihelio, es decir, el día en que el Sol y la Tierra están más cercanos entre sí a lo largo del año. Es esta mayor proximidad al Sol la causa de que la Tierra se mueva más rápidamente a lo largo de su órbita elíptica durante el invierno (según la conocida como tercera ley de Kepler) y por lo tanto la duración de esta estación sea la menor.

Fechas posibles de inicio del invierno

El inicio del invierno puede darse, a lo sumo, en cuatro fechas distintas del calendario (del 20 al 23 de diciembre). A lo largo del siglo XXI el invierno se iniciará en los días 20 a 22 de diciembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).

Duración del día

Si llamamos coloquialmente duración del día al tiempo que transcurre entre la salida y la puesta del Sol en un lugar dado, el próximo día 21 de diciembre va a ser el día de menor duración. Como ejemplo, en Madrid esta duración será de 9 horas y 17 minutos, a comparar con las 15 horas y 3 minutos que duró el día más largo (que este año fue el 21 de junio). Obsérvese que hay casi seis horas de diferencia entre el día más corto y el más largo. Esta diferencia depende mucho de la latitud del lugar, siendo nula en el ecuador y siendo extrema (24 horas) entre los círculos polares y los polos. Precisamente es en la Antártida donde algunos días al año alrededor del 21 de diciembre se da el fenómeno del sol de medianoche, en que el Sol es visible por encima del horizonte durante las 24 horas del día.

Salida y puesta del sol

Se podría pensar que el día más corto del año será también el día en que el Sol salga más tarde y se ponga más pronto; pero no es así: esto es debido a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica y a que el eje de la Tierra está inclinado en una dirección que nada tiene que ver con el eje de dicha elipse. Ello también hace que un reloj solar y nuestros relojes, basados en un sol ficticio, estén desajustados. El día en que el Sol se pone más pronto es el 7 de diciembre, mientras que el día en que el Sol saldrá más tarde será el 4 de enero del año próximo.

Distancia al Sol

Por estas fechas se da también el máximo acercamiento anual (perihelio) entre la Tierra y el Sol. En esta ocasión, el máximo acercamiento se dará el próximo día 2 de enero de 2013, siendo la distancia de algo más de 147 millones de km, unos 5 millones de km menos que en el momento de afelio o de mayor distancia (5 de julio de 2013).

Actividad solar

La actividad del Sol se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias, y en la Tierra, se aprecia en alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares. Esta actividad sigue un periodo de aproximadamente 11 años, y está asociada al ciclo magnético del Sol. Actualmente nos encontramos en el ciclo solar número 24, este ciclo comenzó en diciembre de 2008 y se espera que llegue a su máximo en mayo de 2013. Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center durante el invierno el número de manchas solares alcanzará valores entre 78 y 100. Gráficas con el numero de manchas solares en los últimos años y predicciones de la evolucion del ciclo 24 pueden encontrarse en la página Space Weather Prediction Center.

Eclipses

A lo largo del invierno no habrá ningún eclipse.

Observación nocturna del cielo en invierno

En toda época del año hay algún fenómeno astronómico de interés, predicho (como son los eclipses) o no (como los cometas nuevos). Suele ser preferible realizar las observaciones en fechas cercanas a la luna nueva (11 de enero , 10 de febrero y 11 de marzo de 2013), salvo cuando se pretende observar la propia Luna.

Luna llena

La primera luna llena del invierno se dará el 28 de diciembre, dándose las siguientes 29 ó 30 días después. En este invierno se darán otras dos lunas llenas: 27 de enero y 25 de febrero de 2013.

Visibilidad de los planetas

Saturno y hasta mediados de febrero Venus serán los luceros matutinos, Júpiter y hasta mediados de febrero Marte serán los vespertinos.

Lluvias de meteoros

Si no se dispone de ningún telescopio, se pueden observar las lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente. La primera lluvia de meteoros importante del invierno es la de las Cuadrántidas, cuyo máximo se da hacia el 3 de enero.

Constelaciones

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche Casiopea, la Osa Menor y Cefeo. Las constelaciones zodiacales (eclí­pticas) visibles en este periodo van de Acuario a Sagitario. Por encima de la eclí­ptica destacarán Pegaso y la Osa Mayor; por debajo, Orión. A lo largo de las noches de invierno se pueden ver las doce estrellas más brillantes del cielo que son visibles desde nuestra latitud: Sirio, Arturo, Vega, Capela, Rí­gel, Proción, Betelgeuse, Altair, Aldebarán, Antares, Espiga y Pólux.

Observaciones con prismáticos o pequeños telescopios

Con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado, se puede observar el relieve de la Luna. Para tener una buena visión de él conviene ir observándolo noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos. Cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1). Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.

Anuario

Para mayor información sobre los fenómenos astronómicos del año se puede consultar el Anuario Astronómico, libro que anualmente publica el Instituto Geográfico Nacional.

Información proporcionada por el Observatorio Astronómico Nacional de España (IGN, Fomento). Se autoriza la reproducción citando su procedencia.

 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

MANOS DE MADRE EN NAVIDAD


Ayer mismo compuse un soneto, salido de lo más profundo de mi corazón hacia las manos de una madre. Una madre, heroica, que lucha contra un severo percance cardiovascular. Muy posiblemente, ya cansada de vivir  -porque el vivir es la cosa que más cansa- esa madre buena y generosa lucha por sobrevivir, superando una hemiplejia, para que la persona que la cuida y tal vez más la ha querido, pueda evitar el dolor. Se trata de un caso visiblemente recíproco y, a la inversa. Ambas se aferran a la vida, porque la madre es la vida, para la hija, y ésta es la vida de la madre. Llevado por la profunda emoción que me causó lo leído en un BLog amigo, saltó de mi pecho, a velocidad inusitada, un soneto que, fruto de tal rapidez, incurrió en el imperdonable error de utilizar la misma palabra, a fin de obtener la rima consonante entre los versos primero y tercero del segundo terceto. Hoy he podido advertirlo y, aunque lo esencial es el sentimiento, tampoco me gusta nada dejarlo así. Por ello hoy vuelvo a repetirlo, ya modificado, en mi propio humilde Blog, si cabe con mayor sentimiento aún que ayer:


 A UNAS MANOS DE MADRE


 Esas manos que ayer secaron llanto,
se aferran, aún vivas, a la vida...
Quieren librar al alma dolorida
de quien, con tanto amor, las besó tanto.

Mas,si la muerte al fin tiende su manto,
será como una plácida venida
al Jardín de la flor ya florecida
que esparce con su aroma un dulce canto.

Traerá la paz al alma del que, en tierra,
al más súblime Amor ya se abandona
y mira un lago azul, allá en la Sierra

donde el cielo su puro azul ticciona
sobre el agua que la visión encierra.
Y sólo amor -sólo eso- amor pregona.




domingo, 16 de diciembre de 2012

RECORDANDO A GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER





SI MIS OJOS MIRAREN ALGÚN DÍA



Si alguna vez mis ojos, ya sin brillo,

         pueden mirarte a ti,

diré mientras me abraso en la mirada

         que un pobre ciego fui.



Y al despertar del sueño, me diría:

         - ¿por qué un día te perdí?

Sin haberte buscado, no te encuentro…

         ¡qué pronto yo nací!




         Luis Madrigal




sábado, 15 de diciembre de 2012

AUN SIN NIEVE



YA SE VEN BROTES DE NAVIDAD


Hoy ha brillado el sol desde el comienzo del día, empujando las densas nubes que días pasados derramaron el fruto de su vientre. Lo llevaron hacia el Norte, donde las olas del mar levantan barreras y violentos muros, tan sólo para arrasar las débiles hojas de los árboles, ya húmedas y vencidas, en un esfuerzo desproporcionado y baldío. Los navegantes empero, habrán de amarrar sus navíos para que el bravío Cántabro, enfurecido, no los engulla, sepultándolos en sus abisales entrañas. Mas, en la llanura, el sol acaricia la mirada de los caminantes y, en la Ciudad, comienzan a surgir los signos de la Navidad, siempre escondida en la Historia, pero siempre viva y eterna. Tan sólo falta la nieve. Pero, muy pronto, pese a la penuria de los tiempos, Madrid volverá a ser un ascua de luz.

Luis Madrigal




martes, 11 de diciembre de 2012

CAMINO HACIA LA PAZ




BUSCANDO UNA PALABRA


Buscaba una palabra, y no encontraba
sino, acaso, un bostezo o un gruñido.
Cuando no, un grito, un gesto desabrido
tras un estruendo, un portazo, un gesto airado.
Benditos sean quienes no son nada ni nadie
y, hasta tan bajo quieren subir,
que tocan ya casi el cielo con sus manos.
Los que no son, pero se hacen libremente pobres,
para alcanzar la más grande de las riquezas.
Benditos sean:
Los que buscan la paz a toda hora,
desde que el sol se pone tras los montes
hasta la aurora, que su luz derrama…
Y tienden al hermano una sonrisa
que sosiega su paso,
refresca su sudor,
nutre su alma
del don que vivifica y da la paz y la entereza;
alimenta sus cuerpos frágiles con el don del pan
y sus espíritus trémulos con el amor…
Los que mitigan el dolor de otros
y, en la hora de la verdad suprema,
cuando el viento zumba
y los aleros crujen, entre estertores de llanto,
los acompañan y conducen
hacia la Paz que no se acaba.


Luis Madrigal




domingo, 9 de diciembre de 2012

EN TAN INMENSA DISTANCIA



CRUZARON MIL VECES EL MAR


Mil veces el inmenso Mar mis besos
para habitar sobre tus labios fríos
cruzaron y, entre mil escalofríos,
cayeron en las olas siempre ilesos.

No pudieron llegar, ni aun tan obsesos,
pese al clamor que alzaban  -como ríos-
que siempre los llevaba y, ya vacíos,
se hundieron en el mar, bajo sus tesos.

Allí reposan... Saben que ya olvido
los acoge, sin nueva Primavera...
Sin la luz de la luna, ni el sonido

de una canción de amor, que bien quisiera
escuchar en tu voz, aun ya dormido,
para besar tu rubia cabellera.     

   
Luis Madrigal