viernes, 3 de abril de 2009

DERECHO DE ASILO Y... ASIENTO A LA LUMBRE


Mis queridos, muy escasos, pero también muy inteligentes lectores (¿Hay por ahí alguno?): Si alguno hay, quiero deciros que mi viejo amigo, compañero de penalidades y desdichas, el muy, a su vez, desdichado poeta Alphonso Carbajal, acaba de cerrra su Blog de Poesía Clásica, tras haber tardado más de un año en abrirlo. Según me dice, por temor al plagio (yo creo que exagera un poco). Pero me envía, acogiéndose al derecho de asilo, sal y vinagre para curar sus heridas y asiento a la lumbre, pese a encontrarnos ya en Primavera, su último poema, para que yo lo publique en este humilde Blog. Y yo, en ejercicio de la vieja y honorable costumbre de acoger al vencido, no puedo menos de acceder a su petición, en una especie de juegos florales, para el posible estímulo y loor de la Poesía, que también a veces me atrevo temerariamente a cultivar por mi libre cuenta. Por todo ello, no puedo negar a tan desdichado poeta y amigo, el favor que me pide. Y bien, los amantes y críticos de la Poesía podrán juzgar. Yo, me abstengo de todo juicio, y no digo nada. He aquí el poema:

¡QUE SÓLA MI ALMA SIENTE...!


Quisiera yo saber de ti el misterio
que bruscamente -tal vez, lento, pausado-
te hizo apartar el sentimiento
que, un día, confesaste te habitaba.
No fue por mí -es cierto- que anhelaba
verte conmigo -en mí- y en mí tu acento;

ver que, de ti, mi pecho enamorado,
no se enfriaba nunca, ni un momento.
Ni que tu amor, por mí, llevase el viento,
ni que de ti, los ecos del pasado,
turbaran la pasión que yo buscaba;
dejaran, bajo el cielo, en pleno invierno,
mi pobre ser, distante, embelesado
de tu caricia, de aquel temblor que hallaba,
en mi alma triste, alegre sentimiento.
Mas, es así... No insisto más. Adiós, mi dicha amarga,
mi ilusión florecida en el Otoño.
Adiós, te amaba,
aún te amo... Mas, me siento
vencido... Que aliento
que me pierdo
respira aún el de otro, y yo no puedo hallarte...
Y que, entre el polvo, cansado de buscarte,
tan sólo serás siempre mi recuerdo.


Alphonso CARBAJAL

Madrid, 3 de Abril de 2009