sábado, 7 de abril de 2012

LA SOLEDAD DE LA MADRE





SOLEDAD LUMINOSA



Se alzan al cielo clamores
y del cielo bajan claras
voces que la tierra llenan
de ecos y de Esperanza.
Expira un Cristo que muere,
entre pechos con medallas
que Buena Muerte juraron
al fragor de la batalla.
Camina una Virgen Sola,
balanceándose salva,
que una Salve marinera,
henchida de espuma blanca,
cual nave varada en cielo,
arrumba a Ella sus alas.
Ya, entre los cirios, la sombra
se tornó en luz... No se apaga.
Pálidas, son sus mejillas
y sus lágrimas de plata
que, sin par, y sin recato,
por ellas al par resbalan.
Un costalero, de pronto,
con su cayado apuntala
el madero que sostiene
tanta Soledad callada.
Vuelve a sonar la trompeta,
el timbal y la carraca,
y una esquila y un clarín.
La saeta, corta el aire...
De la reja que, en los días
de sol brillante, brillaba,
un rayo puro de Luna
el duro hierro besaba.


Luis Madrigal



A todas las madres del mundo
que, un día, conocieron la Soledad, ante
la muerte de sus hijos









"Stabat Mater",
de Giovanni Battista Pergolesi

Soprano: Katia Ricciarelli
Contralto: Lucia Valentini