jueves, 21 de marzo de 2013

LADRAN, LUEGO CABALGAMOS



LOS DE SIEMPRE, SIGUIENDO SUS MISERABLES COSTUMBRES,
SIEMBRAN EL VENENO DEL ODIO 


PERO LO RATIFICÓ y RATIFICA AHORA  EL JUEZ QUE efectuó el INTERROGatoRio:

Para la Justicia argentina, las insidiosas imputaciones al Cardenal Bergoglio son falsas


No es un cruce de opiniones entre ciudadanos ni periodistas. No puede haber controversia, porque ya hay un fallo judicial ¿Qué les ocurre a los de siempre?¿Es que tan sólo pueden aceptar como ciertas y fundadas las resoluciones judiciales cuando les gustan a ellos? Este tipo de gentes, tuertas del ojo inquierdo, o del derecho, según se mire, no se integrarán jamás en el orden jurídico, el “ordo iuris”, única esfera capaz de garantizar la civilidad, y no la lucha a dentelladas, la convivencia pacífica y, en suma, la realización de la virtud de la Justicia. Siempre tan dispuestos, como si tuviesen instalado un resorte en el cuerpo para ello, a acusar a la odiada Iglesia Católica. Nunca jamás al padrecito Lenin, al brutal y sanguinario asesino de Stalin (30 millones de almas, tan sólo en Ucrania, muchas más del doble que Hitler), por no hablar de Fidel Castro, Ortega y otros apóstoles de la justicia social.

En la propia Argentina, el Gobierno de Doña Cristina Fernández de Kirchner, puso a funcionar el ventilador de la falsedad y la inmundicia contra un compatriota, con independencia de que ahora sea el Papa de Roma, esto es del mundo católico universal, al conocer su elección para la Silla de San Pedro, implicando en todo ello al Embajador de la República Argentina en el Vaticano, e incluso a un Cardenal de los que entraron en el Cónclave. Luego, a toda prisa la Sra. Kirchner, se apresuró a solicitar al Papa Bergoglio una entrevista en Roma, que el nuevo Papa le concedió, pese a haberle denegado ella más de media docena, cuando quien solicitaba la entrevista era el Cardenal-Arzobispo de Buenos Aires, Primado de la Argentina. Y a decir y hacer estupideces, entre otras las de tratar de involucrar a la Santa Sede en el conflicto de las Islas Malvinas. Esta señora es increíblemente incompetente y temeraria. Pero ya a nadie puede engañar. Todo se debe a la proximidad de las Elecciones, en las que esta mediocre, y parece ser malvada persona, pretende que los argentinos le renueven el mandato para seguir privándoles de libertad, en un régimen político cada vez más dictatorial. Sabe muy bien que, en estas circunstancias, de continuar con sus insidias, perdería muchos votos, incluso posiblemente hasta los de aquellos que, con indignidad, la han votado por el único motivo de que viene comprando sus estómagos por unas miserables dádivas.

Pero, en este caso, ya hay un fallo judicial. El juez argentino Germán Castelli está seguro de lo que firmó, junto con sus colegas Daniel Obligado y Ricardo Farías, cuando condenaron a los represores de la Escuela de Mecánica de la Armada. «Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Lo analizamos, escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado», manifestó contundentemente el juez Castelli.


***

DE ELLO SE HA HECHO ECO TAMBIÉN LA PRENSA ARGENTINA:

(“La Nación”. Buenos Aires) Hace dos años, Mons. Bergoglio declaró cuatro horas seguidas como testigo en ese juicio sobre el secuestro de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976. Lo hizo en el arzobispado y fue acribillado a preguntas por los querellantes. Allí, Castelli llegó a preguntarle al ahora Papa: «Dígame, señor, quisiera saber, según su criterio, ¿cuál fue la postura de la Iglesia y del Vaticano frente a la Dictadura?»
Castelli recuerda ahora ese momento de tensión, ya que también ahora aquel testigo es el hombre en el que el mundo entero tiene puesta la mirada.
«Es importante para Mons. Bergoglio, como Papa, un fallo de esta naturaleza. Lo firmamos con la autoridad moral que nos da ser jueces y haber habilitado a los querellantes a que lo interrogasen sin limitaciones, recordó Castelli. “La Sentencia de la causa de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), disponible en la web de la Corte, reúne entre las páginas 743 y 761 la historia de Yorio y Jalics y la intervención de Mons. Bergoglio. Le dimos la oportunidad a la versión contra Mons. Bergoglio, la escuchamos, vimos las constancias y llegamos a la conclusión de que los sacerdotes desafiaron con mucha valentía a sus superiores, para seguir actuando frente a un régimen ciego, sangriento que no reconocía a quien se ponía en su camino, sean jueces, abogados, curas, o cualquier trabajador», explicó el Juez.
En el fallo, los jueces condenaron al almirante Oscar Montes, jerarca de la ESMA, por el secuestro de Yorio y Jalics (secuestrados en 1976 y liberados tiempo después). También impusieron prisión perpetua a Alfredo Astiz, Jorge el Tigre Acosta, Antonio Pernías y Ricardo Cavallo, entre otros. Se investigaron violaciones de derechos humanos de 86 víctimas. De ellas, 28 permanecen desaparecidas.
Castelli integró el Tribunal Oral Federal N° 5 que dictó la sentencia el 28 de diciembre de 2011. La firmó por un hecho inesperado. Era juez federal de Morón cuando lo convocaron como cuarto juez, suplente, en caso de que uno de los titulares no pudiera seguir en el juicio. Y así ocurrió: Oscar Hergot fue recusado y entró Castelli.

El interrogatorio al Arzobispo Bergoglio


Hoy es Juez de un Tribunal Oral Federal en San Martín. Recuerda que la declaración de Mons. Bergoglio fue objeto de discusión con sus colegas. Como Arzobispo podía solicitar que se la tomaran en su despacho. Se discutió si iba a contestar preguntas por escrito o se iba a someter a un interrogatorio oral de jueces, fiscales, defensas y víctimas. Triunfó esta última postura. La idea era poder contemplarle y evaluar sus respuestas.
«Las preguntas fueron amplias y se le interrogó a fondo. Fuimos conscientes de la importancia que tenía este testimonio para los acusadores particulares. Y fue un gran acierto, desde el punto de vista republicano y visto ahora a la distancia, dado que Mons. Bergoglio es ahora el Papa», dijo el Juez: «Para el Tribunal, y así quedó reflejado en la página 761 de la sentencia, los sacerdotes desafiaron a un régimen asesino. No juzgamos si Mons. Bergoglio pudo haber sido más o menos valiente. La pregunta es si entregó a los sacerdotes o no. Y coincidimos en que no hubo razones para que lo denunciáramos».
La reacción eclesiástica, reflejada en diversas gestiones realizadas tanto por los superiores de la orden a la que pertenecían los religiosos como por otras autoridades de la Iglesia Católica, persuadieron acerca de la liberación de los secuestrados al régimen imperante, dice el fallo. Eran jesuitas y Mons. Bergoglio era el superior provincial. No obstante, los jueces no fueron sordos a las pruebas que se desgranaron en el juicio y resaltaron el rol de algunos religiosos que dieron contención espiritual a los represores.
Los jueces Obligado, Castelli y Farías concluyeron en el fallo: «El conocimiento que Jalics y Yorio tenían del peligro que corrían sus vidas, por la actividad desplegada, era de conocimiento público, ya que el régimen dictatorial creía ver en el trabajo pastoral en las villas una fachada que escondía la guerrilla».
Cuando el juez Castelli preguntó a Mons. Bergoglio sobre el papel del Vaticano en la dictadura, hubo un revuelo en el gran salón del Arzobispado, presidido por un gigantesco tapiz de la Virgen. Los tres jueces estaban sobre un estrado que les habían armado para emular un tribunal de juicio. Mons. Bergoglio estaba cerca, a la izquierda los acusadores y a la derecha los acusados. La fiscalía y uno de los abogados se opusieron a la pregunta de Castelli, que finalmente fue rechazada por sus colegas.
Pero cuando todo terminó y la sala se vaciaba, Mons. Bergoglio fue a buscar a Castelli.
"Quiero responderle, doctor, no tengo problema en contestar".
"Mire, no puedo escuchar en privado lo que en público me fue rechazado. Me lo contesta una vez concluido el juicio", le dijo el Juez.



Pasó el tiempo y el Tribunal dictó sentencia. Castelli nunca llamó a Mons. Bergoglio para conocer su respuesta. Hoy se lamenta. «Ahora que es Papa, con más razón me interesaría, no sólo para la Argentina sino también el mundo, que pudiera explicar la postura de la Iglesia y el Vaticano frente a la dictadura militar», ha dicho  el magistrado.



ÚLTIMA HORA


Franz Jalics, SJ

En un comunicado publicado hace unas horas en el sitio web oficial de los Jesuitas en Alemania, el Padre Francisco Jalics descartó enfáticamente que el Papa Francisco, entonces provincial de los Jesuitas en Argentina tenga alguna responsabilidad en el secuestro del que fue víctima en 1976 junto al sacerdote Orlando Yorio, que falleció en el año 2000.

  
DECLARACIONES, EN LENGUA ALEMANA, DEL PADRE FRANZ JALICS, SJ

“Seit meiner Erklärung vom 15. März dieses Jahres habe ich sehr viele Anfragen bekommen, deswegen möchte ich folgendes ergänzen. Ich fühle mich dazu nahezu verpflichtet, weil manche Kommentare das Gegenteil dessen bedeuten, was ich gemeint habe.

Dies sind nun die Tatsachen: Orlando Yorio und ich wurden nicht von Pater Bergoglio angezeigt.

Wie ich in meiner früheren Erklärung deutlich gemacht habe, sind wir wegen einer Katechetin verhaftet worden, die zuerst mit uns zusammenarbeitete und später in die Guerilla eintrat (aufgrund eines Übersetzungsfehlers wurde sie in der vorigen Erklärung als Mann bezeichnet). Dreiviertel Jahre lang haben wir sie nicht gesehen. Zwei oder drei Tage nach ihrer Verhaftung wurden dann auch wir festgenommen. Der Offizier, der mich verhört hat, bat um meine Dokumente. Als er sah, dass ich in Budapest geboren war, hielt er mich für einen russischen Spion.

In der argentinischen Jesuitenprovinz und in kirchlichen Kreisen wurden schon in den Jahren davor falsche Informationen verbreitet, dass wir darum ins Elendsviertel gezogen sind, weil wir selber zur Guerilla gehörten. Das war aber nicht der Fall. Meiner Vermutung nach sind diese Gerüchte aber der Grund, weswegen wir nicht sofort freigelassen worden sind.

Früher neigte ich selber zu der Ansicht, dass wir Opfer einer Anzeige geworden sind. Ende der 90er Jahre aber ist mir nach zahlreichen Gesprächen klar geworden, dass diese Vermutung unbegründet war.

Es ist daher falsch zu behaupten, dass unsere Gefangennahme auf die Initiative von Pater Bergoglio geschehen ist.

Franz Jalics SJ”

20.03.2013


TRADUCCIÓN AL CASTELLANO:

“Desde mi declaración del 15 de marzo de este año recibí muchas preguntas, así que me gustaría añadir lo siguiente. Me siento casi obligado a hacerlo, porque algunos comentarios dicen lo contrario de lo que quería decir”, afirma el Padre Jalics.
Estos son los hechos: Ni Orlando Yorio ni yo fuimos denunciados por el Padre Bergoglio.
Como ya dejé en claro en mi declaración anterior, fuimos arrestados por culpa de una catequista, que trabajó con nosotros primero, y más tarde entró en la guerrilla.
Durante nueve meses no la vimos más, pero dos o tres días después de su detención también fuimos detenidos. El oficial, que me interrogó, me pidió los documentos. Cuando vio que yo había nacido en Budapest, pensó que yo era una espía ruso.
En la congregación jesuita argentina y en círculos católicos se extendieron en los años previos informaciones falsas que indicaban que nos habíamos mudado a los barrios pobres porque pertenecíamos a la guerrilla. Pero ese no era el caso. Supongo que estos rumores fueron motivados por el hecho de que no fuimos liberados inmediatamente.
Antes, me inclinaba a pensar que nos habíamos convertido en víctimas de una denuncia. Pero a finales de los 90, me di cuenta después de muchas conversaciones, que esta suposición era infundada.
Por tanto, es erróneo afirmar que nuestra captura se realizó por iniciativa del Padre Bergoglio.
Franz Jalics SJ

20.03.2013


Luis Madrigal