jueves, 4 de marzo de 2010

TRECE SONETOS DE AMOR (VI)




NUNCA TE OLVIDARÉ


Nunca te olvidaré, aunque me olvides
ni sepas donde estoy, ni si el desierto
prendió su fuego en mí y allí cubierto
terminó mi latir... Si nada pides

te daré cuanto tengo. Y, si tú vives
sin vivir nunca en mí, será más cierto
que en ti yo viviré y, aunque ya yerto,
mi corazón sabrá cuanto percibes:

Ese olor de la hierba de tu suelo;
ese Río azul que viaja tan deprisa,
ese zarco color sobre tu vuelo

y el aire sazonado por la brisa
de tus Sierras en flor que, en su desvelo,
harán volar mi sueño, aun sin tu risa.


Luis Madrigal





6 comentarios:

Alicia María dijo...

El río azul contiene ramilletes de no-me-olvides.
Su aroma se confunde con el la hierba de la que hablas.
Un abrazo.
Alicia

Mercedes Pinto dijo...

No es fácil dejar plasmado en el "papel" sentimientos de amor, siempre tienes la sensación de que te quedaste corto, o de que las palabras escritas no se corresponden con lo hondo del sentimiento. No es tu caso.
Enhorabuena.

Ángeles Hernández dijo...

No te olvidaré, te daré cuanto tengo, en ti yo viviré, volará mi sueño aun sin tu risa, aunque me olvides, si nada pides, si tu vives sin vivir nunca en mí...

La belleza del soneto casi oculta la sinrazón de un amor que es todo dar y nada recibir.

Yo me pregunto , sólo me lo pregunto, si eso es amor,
si el amor, el de pareja, no necesitaría quizás de un compartir, de cierta devolución del sentimiento.

Luis Madrigal Tascón dijo...

¡Alicia, cuánto celebro que ese río azul contenga ramilletes con ese nombre tan romántico y fiel a la memoria: "no-me-olvides". No se puede olvidar nunca a la vida y, dentro de ella, a lo que ha sido verdad irrefutable. Y esa verdad, tan sólo puede serlo el sentimiento. El corazón lo sabe. ¡Qué gran suerte la tuya si tienes a tu lado un río, bajo tus pies, en el que esos aromas tan fieles al sentimiento se confunden con el de la hierba!. ¡Cuídalos y trata de aspirarlos siempre!. Son la misma vida, todo lo que de ella podemos aprehender.Un beso.

Gracias, Mercedes, muchas gracias, por tu elogio, siempre cariñoso hacia mí. Te lo agradezco muy sinceramente.

Ángeles: Tu comentario, se escapa del ámbito de la Poesía, para ingresar, un tanto racionalmente, en el de la Lógica, casi diría "cartesiana". Como bien sabrás, la lógica de Descartes, es tan mecanicista que casi es pura mecánica. Y, según me parece, quiero entrever en tus palabras, una cierta tendencia a los esquemas del mundo de La Ciencia, al que perteneces profesionalmente. Gracias también por apreciar, según dices, alguna belleza en mi Soneto, pero sobre todo, gracias por formular esa pregunta, que ya no es Lógica, sino casi Metafísica. Creo que debo contestar, por mi parte, de un modo radicalmente afirmativo. El amor, no es precisamente más que eso, darlo todo sin esperar recibir nada a cambio. Es al menos un amor "quimicamente puro", aunque no sea perfecto, o completo, si tan sólo quiere uno, y el otro no, a veces porque quizá no es posible hacerlo. En ese tipo de relaciones, tan humanas, a las que te refieres, pero que también son divinas, ciertamente, puede hacerse preciso esa especie de "devolución" del sentimiento, de la que tú hablas, un tanto sinalagmática: "Do ut des", o "do ut facias". Doy, para que me dés, o hago para que hagas. Pero esto es algo propiamente "contractual". No me atrevo a decir que ello no sea necesario. Pero, sin contradicción, estoy plenamente seguro (respondiendo a tu pregunta) de que sí es amor; es más, sólo eso es amor, con las salvedades ya hechas, en cuanto a su posible "imperfección", si no es recípro, admitiendo asimismo que tal "imperfección" se identifique con la imposibilidad. Pero, dentro de un mundo, no ya platónico, sino simplemente "idealista", en el amor humano cabe establecer la misma graduación que, teológicamente, se predica del divino. La escala es de una hondura, efectivamente metafísica (aunque ya sé, y respeto rigurosamente, que no para ti), porque, el primer grado de amor responería a la exigencia de "amar al otro como yo me amo a mí mismo". Este amor, sería muy imperfecto. Pero, hay un segundo grado de mayor calidad y pureza, "amar al otro como Dios le ama". Eso ya es amor, de verdad, amor puro. Y, por último, puede exitir algo, sin duda extra-humano, más que sobre-humano, que consistiría en "amar al otro como Dios se ama". Sí, no te asustes, Ángeles, el Amor trinitario, en el que algunos creemos y queremos seguir se ama a sí mismo. Y este sería el sumum del amor también entre los humanos, en el "amor de pareja", como tú dices, porque también nosotros somos "dioses". Perdón por la extensión de la respuesta. Mi cariñoso saludo, Ángeles.

Capuchino de Silos dijo...

¡Qué derroche de generosidad hay en tu poema!¡Cuánto amor y cuánta pureza de alma!
Lo entregas todo.
Es puro misticismo y belleza, no,de este siglo.

Te superas cada día.
Siempre,siempre, prefiero tus
bellos sonetos.

Un fuerte abrazo

Man dijo...

Diez poemas al mismo amor y un corazón con los sentimientos desaforados, que sueña con tener las alas para volar junto a la amada.
Las alas parecen estar, quizás solo falte la llamada.
Una preciosidad Luis