sábado, 18 de diciembre de 2010

CANTO DESESPERADO AL IMPOSIBLE (VII)



DE TU VIDA ESTARÉ POR SIEMPRE AUSENTE


Veo tu noble rostro cada día
y una lágrima huye de mis ojos.
Alcanzo con desvelo los rastrojos
que de mi vida quedan todavía.

¿No te acuerdas de cuando te decía
que sin tu alma sólo encuentro abrojos,
y quisiera ante ti caer de hinojos
para tener conmigo tu alegría?

Eso ya no será. Se fue la hora
de mirarte a los ojos dulcemente,
y de escuchar palabra alentadora.

Ya nunca más podré decirte: ¡Vente…!
Que crepúsculo soy, no soy aurora,
y de tu vida ya por siempe ausente.


Luis Madrigal





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