lunes, 31 de enero de 2011

CONFIESO MI FLAQUEZA



LA NEGRA ESCLAVITUD QUE MI ALMA HIERE


Como el agua discurre y se aposenta
en resquicios y honduras, a su paso;
como los tiempos huecos y el fracaso,
más que vivir sin ser, son muerte lenta...

Como la ira ruge violenta
y el fuego en el que ardió el amor es laso,
la negra esclavitud en la que baso
mi triste vida, sin vivir, no alienta.

Así, no seré más que humo que huye,
piedra pulverizada en el camino,
fluido, sin fulgor, que nada fluye...

Puesta de sol sin luz, sin otro sino
que el de quien nada sabe y nada intuye...
Barro de un torpe ser... ¡Siendo divino!







Luis Madrigal



5 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Más que triste, veo este poema como un poema en dónde el poeta está consciente de la frialdad de la muerte, unos versos bellamente colocados con la severidad de la certeza.

Un gran beso, mi querido amigo.

Alberto del Río Medina dijo...

Aunque solamente fuese por motivos de cortesía y gratitud hacia la comentariasta que precede, que estimó elogiosamente hace unos días otro comentario mío, debo responder hoy a este último comentario suyo. En primer término para decir que también sigo con frecuencia su blog, "Pluma Roja", que estimo de gran profundidad. Sin embargo, en cuanto al poema que hoy comenta, me parece que también debo hacer alguna observación. A mí no me ha parecido que la idea central sea la de la consciencia de la muerte. Posiblemente, esta idea también asoma, pero en esta ocasión sólo tangencialmente. Más bien creo haber advertido en el poema la gran falsificación humana de la "cosificación", sutilmente presente en el último verso del primer cuarteto, en ese "vivir sin ser", que equivale a ni tan siquiera "existir", lo que es propio de las cosas, que tampoco existen propiamente. Me ha causado tal impresión el seguimiento, también frecuente por mi parte de este Blog, de nuestro colega Luis Madrigal, en el que tanto en sus artículos en prosa, como en sus poemas, surge con frecuencia tal idea existencialista. Por ello, considero que la clave se encierra en el verso y expresión ya citados. Todo lo demás, en el segundo cuarteto y hasta en el primer terceto, parecen similitudes o equivalencias metafóricas, el hecho de "vivir sin ser", al humo, a la piedra del camino (esto es, puras "cosas"9, incluso a una pueta de sol, que por bella pudiera ser, y esta no lo es, al carecer de luz, seguiría siendo una mera cosa, algo que no nada puede hacer por sí misma. Disculpen mi largo comentario. Un cordial saludo de sincera admiración, tanto al poeta como a la poetisa, también de gran belleza y hondura. Afectuosamente, Alberto del Río

Man dijo...

Es cierto, ese es el valor divino de lo humano.
La pequeñez de te lleva a Dios.
Un fuerte abrazo amigo leonés.

Mercedes Pinto dijo...

¡Gracias! Espero esa noticia.

Francisca Quintana Vega dijo...

Te aseguro, que nadie que lea estos sonetos...su fondo y su forma...te valoraría como un ser torpe.
¡Vaya soneto!
Escribes de maravilla. Me alegra un montón encontrarme con blog donde la rima es reina y señora.
Respeto el verso libre, pero soy una enamorada de la rima.
Saludos.