DIÁLOGO CON DIOS
"El Concierto de Aranjuez", fue escrito en el año 1939 y se estrenó universalmente, en Barcelona, en 1940, por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad Condal, dirigida por César Mendoza Lasalle. El solista a la Guitarra en aquella ocasión fue el virtuoso Regino Sáinz de la Maza. Durante un largo tiempo, y tras el estreno de la gran obra clásica, para Guitarra y Orquesta del inolvidable Maestro Joaquín Rodrigo, no sólamente los críticos musicales y los musicólogos, sino también los amantes de la Música en general, se fueron preguntando en qué hecho o motivo podría estar inspirado el segundo movimiento de esta magna obra, el Adagio, cuyo título es el de “Diálogo con Dios”. Cuando se le preguntaba al Maestro Rodrigo, éste se limitaba e encogerse de hombros, pretendiendo dar a entender que tal motivo había sido seguramente el de la pura casualidad. "Habrá sido el viento a través de los árboles", solía decir. Sin embargo la realidad era bien distinta. No había sido el viento, o al menos no sólo él, ni ningún otro elemento de la naturaleza, sino un hecho profunda y dolorosamente humano, propio de sucederle a cualquier persona, que pueda verse en circunstancias similares a las de aquél.
Joaquín Rodrigo Vidre (Sagunto, Valencia, 22 de Noviembre de 1901- Madrid, 6 de Julio de 1999), se quedó prácticamente ciego a la edad de tres años, a consecuencia de una enfermedad infecciosa, la difteria, hasta el punto de que sus trabajos musicales eran escritos en Braille y re-escritos posteriormente por otro músico colaborador vidente. En el año 1933, contrajo matrimonio con la pianista turca Victoria Kamhi, a la que estuvo profundamente unido, pese a tener que separarse de hecho al año de casados por motivos económicos. Victoria, fue su principal colaboradora, hasta su muerte, dos años antes que la de Rodrigo, en 1997, y a ella dedicó su “Cántico de la esposa”, compuesto en 1934, de la que el Maestro pensaba era su mejor obra vocal. La duras condiciones de vida que el maestro Rodrigo hubo de soportar, contribuyeron sin duda a un acercamiento profundo a Dios. Cuando inició la composición de “El Concierto de Aranjuez”, Victoria se encontraba embarazada de su primer hijo y hubo de ser ingresada de urgencia en un Hospital de Madrid. Los médicos aseguraron a Rodrigo que, ambos, la madre y el hijo que esperaban, no lograrían sobrevivir, casi con total seguridad. Ese día, El Maestro, al regresar a su casa, se puso de rodillas e inmediatamente después se sentó frente al piano y compuso el segundo movimiento, el Adagio, de “El Concierto de Aranjuez”. Precisamente por eso, tituló a este movimiento “Diálogo con Dios”, lo que hace suponer el carácter de profundo creyente que, pese a todas sus desdichas, acompañó siempre al Maestro Rodrigo.
Nada podía sorprender por tanto a los críticos que, tras un inicio de excepcional belleza y de la más honda dulzura, de repente, la Guitarra, insistentemente busque -sin duda con lágrimas en los ojos muertos de Rodrigo- la infinita misericordia de Dios. Y, cuando llega la contestación divina a este súplica, a cargo del tutti, de toda a Orquesta, manifestando que, para que Victoria viva, el hijo esperado habrá de morir, vuelve a intervenir la Guitarra, aceptando con fe, la que parece una cruel condición que Dios impone para la salvación de la esposa. Y entonces se produce el hecho glorioso de la ascensión del hijo non nato a los Cielos. Se puede escuchar este Adagio de “El Concierto de Aranjuez”, de muchas maneras, pero, cuando se hace conociendo el verdadero motivo de inspiración, uno se siente robustecido y afirmado rotundamente en su pobre fe, despertándose, por otra parte, se crea o no en Dios, los sentimientos humanos más sublimes y puros que habitan en el corazón del hombre. En esta ocasión de reapertura de este Blog, tras el breve paréntesis de inactividad, voy a ofrecer la versión de otro virtuoso y, además, de otro gran creyente, Narciso Yepes, a quien algún día hasta quizá podamos ver elevado a los altares de la Iglesia. En los del Arte, ya está. En homenaje a esta sublime composición musical, aunque pobre de mí, yo también he cerrado los ojos mientras escuchaba hoy este Adagio, para componer el Soneto que ofrezco a continuación, como humilde e insignificante homenaje, no sólo al Maestro Rodrigo, sino a todos cuantos hablan con Dios en los momentos más difíciles y siempre, como también lo hacía Narciso Yepes:
DIÁLOGO CON DIOS
Señor: Tú eres mi Luz, mi Fortaleza,
cuando mi pobre alma cobra espanto.
¡Perdóname, si te he ofendido tanto
y cuídame de lejos con largueza!
Haz que mi débil ser, se haga entereza
y mi palabra se alce como un canto
de adoración y amor… ¡Bajo tu manto,
cobíjame y disculpa mi torpeza!
Más aún le pido, a tu pecho herido,
el bálsamo que alivia y da la vida.
¡Si se apagó ya el fuego tan temido
nada me des, Señor, por más te pida!
Sólamente, si todos ya se han ido,
de quien sufre poder curar la herida.
Luis Madrigal
6 comentarios:
Hola Luis, paso a saludarte y agradecerte esos links musicales que pusiste.
El concierto de Aranjuez es algo conmovedor, no es extraño todo lo que mueve a su alrededor en cuanto a sensaciones que facilitan un contacto con lo superior.
Saludos!
Hola Luis, me he quedado escuchando el concierto de Aranjuez, que después de saber el origen de su composición, es claro entender el motivo por el que mueve tanto sentimiento. Quiero informarte que este concierto ha sido una de mis melodías favoritas desde siempre. Dejarte mi humilde felicitación por tu gran soneto.
Un fuerte abrazo y gracias por la introducción que nos dejas hoy.
Hasta pronto.
Mi querido amigo. Me arrancas este comentario desde lo profundo de mi silencio para dejarte un abrazo y un aplauso por esta genial entrada de hoy.
Se satisface mi pequeña cultura conociendo las profundas raíces que lograron que Joaquín Rodrigo compusiera esta maravilla universal.
Se satisface mi emoción murciana escuchando esta versión de la mano de mi paisano Narciso Yepes.
Se satisface mi tosca sensibilidad leyendo el soneto, creo que el más inspirado, que nos has regalado hoy.
Tres razones para darte las gracias.
Tres abrazos
Saludos.
Seguramente, y dado que es obvio que para mí, es muy especial esta pieza, habrá imaginado que me deleitaría leyendo la historia y escuchando el vídeo.
No conocía algunos detalles de los que he leído, por lo que me ha encantado leer lo que ha escrito.
El poema no desmerece para nada, cuando lo he leído, tras la bellísima entrada, con lo que quiero decirle que es precioso, que admiro la facilidad que tiene para crear sonetos y la sensibilidad para elegir los temas de sus entradas.
Creo que es un gran poeta, de esos que, por desgracia, escasean.De los de siempre, de los que saben ponerse por bandera las reglas de la poesía auténtica...y se adaptan a ellas.Ójala más gente siga su ejemplo y, aunque la poesía evolucione, lo haga sin salirse de su esencia de siempre. Ó,al menos, que no se olvide del todo.
Un saludo
Paqui: Ya había advertido que el frontispicio musical de tu Blog es esta maravilla, sobre la que estamos tratando. Puedo decirte incluso que, mientras escribía mi entrada, pensaba precisamente en tu Blog y ciertamente, suponía que te gustaría escucharla fuera de tu propio ámbito. Los elogios que inmerecidamente, sin duda, me dedicas, aun agradeciéndotelo en el alma, no son objetivamente aceptables. ¿Cómo voy a ser yo, nada menos que "un gran poeta"? En tal caso, figuraría en todas las antologías y tendría admiradores a millares (cosa que tampoco es necesaria, desde luego) y sin embargo, ya ves qué pocas personas comentáis lo que escribo. Suelo ver, en cambio, en otros lugares, infinidad de intervenciones, lo que sin duda quiere decir que interesan o gustan mucho más, o ambas cosas, a quienes leen lo que en ellos se publica. Comparto tu criterio, Paqui, pero hemos de admitir que nos hayamos en franca y notable minoría. Por este motivo, no creo que sea bueno que nadie trate de seguir lo que tú llamas "mi ejemplo". Probablemente, sería seguir un mal ejemplo. Eso sí, yo digo lo que siento y lo digo como únicamente sé decirlo. Un beso, Paqui.
A mi buen amigo MAN tendría que decirle casi otro tanto y, algo similar a Aída. A "Sombra en llamas", que se oculta tras un bellísimo pseudónimo, tan sólo le digo, muchas gracias. Hasta cuando quieras. Me alegro mucho de poder saber dónde vives. Luis Madrigal.-
Me gusta aprender, admirar las composiciones cuyo nivel y grandeza me gustaría alcanzar algún día...pero no a todo el mundo le gusta sentirse alumno, por desgracia.
¿Por qué no es usted famoso?...sería un buen tema, que en otro momento tocaré.
Pero que sus sonetos no desmerecen de los de famosos poetas...es cierto. Sé lo que me digo.
Tenga cuidado....registre estos poemas. Yo ya lo he hecho con los míos y mi código está en el blog, no ha sido difícil...bueno, la verdad es que no me he fijado si usted lo hizo ya. O publique esta belleza en un buen libro....jaja....son mis humildes consejos.
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