sábado, 11 de febrero de 2012

¿MIS ÚLTIMOS POEMAS? (II)



II

SERÉ SÓLO VACÍO Y NADA


Este peso tan hondo, esta tortura
en la que me esclavizo y me doblego...
Este cuadro sin luz, este aguacero
que cala hasta mis huesos...
¡Esta obsesión febril, esta locura...!
No podrán pervivir un siglo entero,
ni oprimir mi latido, hasta cortar el aire...
¡No...! No durarán más que la sombra
que eclipsa mi razón y hiere mi alma...
Hasta que, un día, desde el cielo,
venga a mi pisada la luz que alumbra el paso
y, el vacío, pueda correr un velo,
tan tupido y opaco,
que nada ya subsista en la memoria,
ni nada puedan ver mis ojos, oír mi oído,
y holgado quepa  -en honda fosa-  el desconsuelo.
Aún ha de espesar luz tan nublada;
enmudecer mi lengua, ahogar mi llanto...
En nuevo limbo, mi música y mi canto, procedentes de ayer,
nada serán conmigo.
Y nada seré yo, porque  -vacío-
no es posible sufrir... ni sentir nada.


Luis Madrigal




2 comentarios:

Francisca Quintana Vega dijo...

Espero que eso de "sus últimos poemas" sea sólo una idea, motivada por unos momentos de desánimo.
Todos seremos nada un día...es algo a lo que nadie ha de escapar. Ni a las enfermedades, ni a la muerte.No ganamos nada torturándonos,mientras aún estamos vivos.
Todo es pasajero...pero hay que vivir cada momento, mientras estemos en esta vida. Yo estoy aprendiendo mucho de la actitud de mi padre.Sin piernas y sin mover un brazo...el último día, me dijo que le llevara caramelos de café. Le dije que si...y me sonrió. Me dijo que tuviera cuidado en la carretera. Eso es vivir. Agradecer a Dios seguir aquí. Dar lo que le queda, aunque sólo sea una sonrisa a los que le rodean.
Hay niños que mueren de cáncer...mayores que están aquí hasta muy avanzada edad. ¿Es justo? Pues...es lo que Dios dispone. Pero no lo olvido, por eso yo doy gracias a Dios por cada amanacer. Me queden los que me queden. Bienvenidos sean.
Y miestras me encuentre bien, y tenga tiempo para escribir, seguire escribiendo.

María Bote dijo...

Me uno al comentario de Paqui, amigo luis. Todos sabemos que nos iremos, pero, mientras los poetas podamos y queramos escribir, la vida se renovará constantemente y, nuestra materia seguira formando parte de ella porque, se transforma, no se destruye. Y, al menos para los que tenemos el don de ser creyentes, nuestro espíritu, tampoco desaparecera, sino que estará en otra dimensión, junto al Altísimo.

Sigue regalándonos el don de tu escritura.

Besos. María