martes, 1 de mayo de 2012

PROSA POÉTICA (VIII)



VOLVERÁN, VOLVERÁN, VOLVERÁN...





Aún nadie las espera, pero volverán. Volarán desde muy lejos, como vuelan las ilusiones, pero para acercarse y formar parte de mí. No para situarme en la soledad. Vendrán cuando ya el sol incline más sus rayos, para que su sangre pueda arder y traspasar la energía y la vida. Año tras año, se las ve tomar posesión nuevamente de los viejos aleros, en los que aún permanecen algunos restos de barro del antiguo nido. Su oscuro plumaje y sus quiebros en el vuelo, variando radicalmente la dirección en la que se orientan, las hace inconfundibles. Pero no sospechosas. Si traman y urden sus vuelos de tal forma, abigarrada y arabesca, no es del mismo modo ni con el mismo fin que los humanos cambian, a veces dolorosamente, el rumbo de nuestra vida, o de lo que de ella pueda quedar. Simplemente, es para acariciar al aire, tejiendo en él verdaderos bordados de rizos y piruetas, como un calidoscopio juega con la luz y el color. Volverán otra vez al viejo nido donde nacieron. Ya sin sus padres, pero volverán, para que allí puedan nacer también sus hijos, esos entrañables polluelos que, cada año, asoman sus cabecitas desde el nido, contemplándome extrañados. ¡Volverán, volverán, volverán…! Las oscuras golondrinas  -esos seres compasivos que aliviaron al Señor en la Cruz de sus espinas-  volverán de nuevo al viejo nido, en el que ya vieron la luz, más o menos, cuarenta generaciones. Ellas, volverán. Las ilusiones, no volverán nunca.

Luis Madrigal








1 comentario:

Francisca Quintana Vega dijo...

Preciosa reflexión.Siempre vuelven las golondrinas...bien cierto es. Pero no siempre son las mismas, aunque a nosotros nos lo parezca o lo demos por hecho, cuando las vemos ocupar el mismos nido del año anterior.
Lo importante es que haya golondrinas. Y lo importante es que haya ilusiones, aunque algunas veces mueran unas y sean otras las que ocupen su lugar.
El ser humano siempre debe tener golondrinas en el corazón ...y cuando no las tenga...debe mirar con fe al horizonte,esperando...aunque sólo sea la golondrina del nuevo amanecer.
Un cordial saludo.
Ah...ya subsané el error del soneto.