sábado, 15 de junio de 2013

TRISTE HALLAZGO EXISTENCIAL




¡QUÉ TARDE...!


¡Qué tarde las ilusiones
que las pasiones levantan,
llegan...! Cuando ya no hay fuego
y sólo el humo y el hielo,
ya se hermanan, ya se espantan.

Que impreciso y torpe, el tiempo
que discurre sin sentido;
se va por donde ha venido,
tan ligero como el viento,
sin despertar el latido.

Qué dulces son las palabras
cuando suave es el camino
y qué duras y qué amargas
son las que  -andando-  el destino
se guarda al fin... ¡Son dolor!

¡Qué pronto se va el amor,
para cruzar a otros prados
y a otras fuentes...! Con horror,
hace brotar agua amarga,
como veneno la flor.

A prestar viene su auxilio
siempre el racional sentido...
Y, a costa de la cordura,
sufre el alma la tortura,
la soledad y el exilio.


Luis Madrigal





1 comentario:

Francisca Quintana Vega dijo...

El poema es muy bueno, D.Luís, pero...yo pienso que el amor está en todo lo que se mira y hasta el final. Y no sólo hay que fijarlo en el amor de pareja. Siempre se lo digo...todo lo que se mira desde que abrimos los ojos cada mañana...merece amor. Hasta el instante en sí de despertar. El poder ver... el no estar ciego. Mire...a mí a veces, me da migraña y veo lucecitas...y pienso..¡uf me querría morir si me pasara algo en la vista! ¡Y valoro ver! Lo valoro mucho mucho. Y no sé lo que me quedará de vida...por eso valoro cada día. Es precioso vivir. Nadie sabe lo que le queda...a veces, se van los jóvenes antes que los mayores, por desgracia. No sufra, no piense...viva, señor Madrigal. Reciba mi cordial saludo.