Los cristales, a la luz reciben
como alimento propio, cuando cruza
y esplendorosa luce en la mañana.
También de ella se nutren
al ocultarse el sol, tras la montaña
que besa el horizonte, y su reflejo
rojizo, con amor, quiere besar el alma.
rojizo, con amor, quiere besar el alma.
Quiero ser un cristal, tan trasparente
que la luz cruce en mí, al nacer el alba;
cuando el sol, ya maduro, alcanza el cénit
y al caer de la tarde, cuando acaba
su camino de luz, y otro Horizonte
al mismo sol alumbra y le traspasa.
Luis Madrigal
4 comentarios:
Bellos versos, amigo poeta.
Besos de buenas noches. María
Buenas noches Luis, vengo a conocerle y le invito que me conozca también a mí.
Un bello poema y una música que hacía muchos años no había escuchado.
Gracias
Un abrazo
Sor.Cecilia
He venido a leer su nuevo poema. Saludos.
Gracias, María y Francis, tan amables siempre.
Mil gracias, Hermana, si es que de verdad es usted una monjita, de esas tan dulces y encantadoras, que no sólamente rezan por los pecadores como yo, sino que además cargan con sus debilidaddes y flaquezas. Si es así, encantado de recibir su visita, que le devolveré con mucho gusto, no lo dude. Y en otro caso, qué le vamos a hacer me quedaré sin la maravillosa aventura de haber podido "ligar" con una monja. Eso tiene que ser sublime. Que la Paz del Señor sea contigo, Sor Cecilia. Luis Madrigal.-
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