MAYO DE LLUVIA
Y FRÍO
Luchan las rosas con el frío -ausentes-
por apuntar al cielo, que es su cumbre.
Junto al hogar, el leño hace la lumbre
y densos ríos pueden hacer fuentes.
Así, frívolos pasos, en conscientes
ha de trocar -de tanta podredumbre-
el humano latir… La pesadumbre,
en aliento feliz… Lúcidas mentes,
a cuanto habita y pisa en el camino,
impregnar del aroma de las rosas
y, al caer de la tarde, en su destino,
volar en paz y amor cual mariposas
sobre el azul del cielo cristalino,
sin llenar de miseria oscuras losas.
Luis Madrigal
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