miércoles, 29 de mayo de 2013



DEL ROSAL SE HA CAÍDO UNA ROSA

Con el frío y la lluvia, en un momento,
del rosal una rosa se ha caído.
Dejó en el suelo, al caer, mi pecho herido
y un suspiro hasta el Mar se llevó el viento.

Aquel anhelo yace, con mi acento,
entrecortado, triste y aterido
como el aliento que, sin ser, ha sido
una noche tras otra, y diez y ciento.

Ahora ya sólo es mar… Sobre una playa
tendido y olvidado a su ruin suerte,
aquel aliento muere, en la batalla

que siempre pierde el débil frente al fuerte.
Mas prefirió, al olvido y su muralla,
mil veces, y otras mil, hallar la muerte.


Luis Madrigal





1 comentario:

Francisca Quintana Vega dijo...

Precioso soneto, don Luís. Espero que siga bien. Mi cordial saludo.