DEL ROSAL SE
HA CAÍDO UNA ROSA
Con el frío y la lluvia, en un momento,
del rosal una rosa se ha caído.
Dejó en el suelo, al caer, mi pecho herido
y un suspiro hasta el Mar se llevó el viento.
Aquel anhelo yace, con mi acento,
entrecortado, triste y aterido
como el aliento que, sin ser, ha sido
una noche tras otra, y diez y ciento.
Ahora ya sólo es mar… Sobre una playa
tendido y olvidado a su ruin suerte,
aquel aliento muere, en la batalla
que siempre pierde el débil frente al fuerte.
Mas prefirió, al olvido y su muralla,
mil veces, y otras mil, hallar la muerte.
Luis Madrigal
1 comentario:
Precioso soneto, don Luís. Espero que siga bien. Mi cordial saludo.
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