jueves, 10 de octubre de 2013

AL TIBIO SOL DEL OTOÑO



SUEÑO



Si vivo en mí, cuando la aurora
corre en su carro al cielo que ha nacido
y sin estrellas veo el abismo, tras la lluvia,
cierro mis ojos… Sin querer, suspiro
y siento que la noche no ha pasado
entre convulso aliento que me mata.
Si, muerto en ti, al cielo me abandono
para tomar estrellas en mis manos,
abro los ojos y veo una guirnalda
colgada de tu cuello, y tú me dices:
No corras más, espera… Por ti vivo,
que has de volar sin viento al cielo
y en mi huerto sembrar en Primavera
rojas, de luz, mil rosas sin espinas,
que anuncien la llegada de tu vida
para vivir en mí y yo ser tuya dulcemente…
Que así desde lo eterno siempre ha sido.


Luis Madrigal





2 comentarios:

Man dijo...

Dile que no pise las hojas caídas de otoño..., porque me duele

Luis Madrigal Tascón dijo...

No, no creo que las pise. Simplemente, no las verá. Pasa siempre cuando se mira hacia otro lado. Un Abrazo, querido MAN. Que no te duela nada. Ya sabes: "Si nadie que me hiera llega a hacerme la herida..." Tu amigo, Luis Madrigal.-