Acabo de recibir diversos envíos de propaganda electoral, evidentemente con la intención de obtener mi voto en las próximas elecciones legislativas. Entre ellos (aparte de los "de la misma sangre", según calificó en su día un histórico personaje, aquél que, a su vez, dijo también que "había matado", y que no se arrepentía de ello) hasta el Partido comunista (ahora "Izquierda Unida") se ha permitido solicitar mi voto. ¿Será posible?. Dicen que ellos, los comunistas y similares, son "más izquierda". Justo, lo que yo necesito para entregarles mi voto. La izquierda, es una maravilla, esto es, un superlativo de atrocidades, miseria, cinismo y cara dura. Pero, ¿cómo se atreverán? Recientísimamente, en Cuba, Don Raul Castro ha ganado brillantemente las últimas elecciones, sin necesidad de propaganda de ningún género. Lo celebrarán por todo lo alto los cubanos que se apiñan en Miami, soñando con el regreso a la patria y, cómo no, todos los que se pudren en las cárceles. Los que ya no pueden alegrarse tanto son los asesinados por el hermano mayor del Sr. Castro, Don Fidel, el Comandante, el camarada Fidel. Pero, de todos ellos, ninguno tan canalla, miserable y sanguinario como el personaje que aparece en la fotografía en actitud orante, o más bien oratoria. Sin duda, nos está diciendo: Soy el más grande asesino de la Historia, no ya por mis famosas "purgas" y por las misteriosas desapariciones que, periódicamente, experimentaban los altos e ilustres moradores de "la Casa del Río", sino porque, tan sólo en Ucrania, dejé morir de hambre, deliberadamente, a treinta millones de seres humanos. No se preocupen, camaradas, eso fue cosa de nada, dado que no lo hicieron Hitler, Franco o Pinochet, pero tengan ustedes la seguridad, pandilla de cochambrosos, de que yo no les votaré jamás. Entre otras mil cosas, porque no quiero que, quizá algún día, en cuanto pudiera presentarse la ocasión, pretendan hacer lo mismo conmigo. Luis Madrigal.-
miércoles, 27 de febrero de 2008
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