martes, 1 de julio de 2014

AUN SIN PODER VOLAR



SOBRE UNA NUBE

I

Tendré que edificar sobre una nube,
entre el color del cielo,
una morada
donde escuche tu voz
y, con su trino,
mirar a las estrellas
con el alba.

II

Allí descansaré de mi fatiga,
años enteros persiguiendo el aura
que envuelve, sin error,
todo el misterio;
toda la dicha,
todo el amor que abrasa.

III

Por las noches, al apagarse el fuego,
miraré hacia un lucero
que me espera
y otorga su cobijo
y que desgrana
verde polvo de estrellas,
junto a ramas.

IV

Allí, podré ver siempre
y, sin mirarte,
lo que jamás he visto y que no alcanza
a ver mi pobre vista, sobre el suelo,
ni aun a través del Mar
que nos abraza.

V

Allí oiré tu risa y tus canciones
al caer de la tarde,  entre oro y grana.
Podré sentir que siento sin sentido,
que vuelo sin volar
y, en la mañana,
eterna, ya no hay tarde, ya no hay noche.
Sólo la luz del Sol, que canta y canta.


Luis Madrigal




 En la imagen de arriba "Cielo y agua de la Bolibia amazónica"
( ARNAUD Z)