AL MIRAR DESCUBRÍ EL CIELO
Caminaba yo ayer por una calle
y al mirar a un balcón descubrí el cielo.
Era un cielo muy gris.
Mas, a lo lejos, quise ver otro hoy
que, entre arboledas verdes,
bañaba un río azul y, su suspiro,
reflejaba con fe sobre las aguas…
Los bancales de dorada arena,
el sol a pleno día hendía a su paso
y de noche la luna iluminaba.
Era allí ya Verano,
aunque a mí, hiriente el frío,
azotara al pasar mi rostro helado.
¡Nunca te apagues…! -clamé a aquel
sol-
que un cielo gris y frío
puede habitar sombrío en mis entrañas.
¡No deje de brillar tu rayo puro…!
-supliqué a la luna- cuando ya la noche
quiera oscura tender sombras a mi alma.